Solo hace unos meses que enamoró a Granada en la Peña La Platería, a los pies de la Alhambra. Fue en un concierto acústico a la luz de las velas y arropado por una afición muda. Dorantes es un prestidigitador. Volvió a Sevilla a tocar en clave de son, robándole al Neupert el flamenco que habitaba en él sin ni siquiera saberlo. Hurgó en las entrañas del pasado decantando las cadencias flamencas en el origen. Porque Domenico Scarlatti ya las apuntaba. Dorantes las vio con su oído y quiso desempolvar el pasado adornándolas con el contrabajo de Antonio Torres, la percusión de Sergio Fargas y el cante de Cristian Guerrero.
La Iglesia de San Luis de los Franceses viró al pasado. Dorantes escarbó en los entresijos del pentagrama hasta encontrar las huellas del arte que nos cautiva. Y sin desvirtuar su esencia, hizo el barroco jondo.
El virtuosismo técnico asombra. Pero lo realmente sobrecogedor es la destreza de ingenio. Y la maestría en sensibilidad. La clave está en el alma. Y David la desnuda exponiéndose abierto en canal pero abrigado por el piano, el piano digital y el clave, de donde, inspiración mediante, floreció la música hipnótica que nos nubló los sentidos.
«La clave está en el alma. Y David la desnuda exponiéndose abierto en canal pero abrigado por el piano, el piano digital y el clave, de donde, inspiración mediante, floreció la música hipnótica que nos nubló los sentidos»
El sonido metálico y sostenido del instrumento a las órdenes de las yemas de David nos trasladó a otras épocas con marfiles desteñidos que Dorantes refrescó vistiéndolos de nuevo. Como si el clave naciera ayer para apellidarse Peña y ser tocado por este gitano trilero que derrite lo que palpa con tintes morenos. Tocó el hoy y el ayer, quizás también el mañana del barroco contemporáneo y de siempre, con trazos magistrales de musicalidad, abordando composiciones de escalas interminables preñadas de semitonos imposibles y melodías reiterantes que convierten los aires antiguos en la sintonía del piano flamenco actual tamizado según Lebrija.
Amoldó las notas hilvanando compases de tientos, tanguillos, guajiras… cantando con sus cuerdas La Tarara, caracoleando una zambra e incluso rindiendo honores a Diego dibujando Morón a salpicones de cal viva. Seguiriya, fandangos, malagueña y abandolaos… Todo ello en cascada trepidante con ligazones melódicas y transiciones de locura que envolvieron en un viaje en el tiempo a quienes tuvimos la ocasión de vivir el sueño.
Ficha artística
Scarlattianas. Tributo a Domenico Scarlatti, de Dorantes
XXIII Bienal de Flamenco de Sevilla
Iglesia de San Luis de los Franceses
22 de septiembre de 2024
Piano, piano digital y clave: Dorantes
Contrabajo: Antonio Torres
Percusión: Sergio Fargas
Cante: Cristian Guerrero
Lo malo de esto, es perdérselo.
Maravilloso!