Cuando uno va a La Bambera se espera cualquier cosa. Pero cualquier cosa buena. Casi siempre. Apuestan por una programación distinta que rompe el molde de los carteles jartibles. Y es, sin duda, junto a Torres Macarena, El Pozo de las Penas y la de Miguel Vargas, una de las mejores peñas de la provincia de Sevilla, a pesar de que apenas cuenta con un año en su andadura. Volvió a acertar. Trajo a sus tablas al cantaor malagueño Bonela hijo, acompañado a la guitarra por Rubén Lara, poco escuchados por estas tierras del triángulo flamenco que cada día más se desdibuja.
Acostumbrao yo a medir el cante con un manido rasero, Bonela desbarató mi oído y el de la afición con una personalidad arrolladora, haciéndolo todo suyo y despistando en las atribuciones a los cabales de escuadra y cartabón. Porque cuando el sello va por delante se olvida uno de quién fue el que le dio nombre al cante y se centra en el que lo hace y perfila. Bonela es un creador. Y parece que está por ahí escondío. ¡Bárbaro!
«Bonela desbarató mi oído y el de la afición con una personalidad arrolladora, haciéndolo todo suyo y despistando en las atribuciones a los cabales de escuadra y cartabón. (…) Bonela es un creador. Y parece que está por ahí escondío. ¡Bárbaro!»
Se rebuscó en la malagueña y puso un cielo de guirnaldas con los melismas de su gañote. Original, único. Y cosió una espuerta de abandolaos surtidos que mejor no los pudo acompañar a la sonanta el bueno de Rubén Lara, creativo y singular. De dulce fue el pregón de las moras, en desuso. Por soleá descolló enjundioso y canónico en las variantes, pero rebautizándolas al pasar por el tragaero de su garganta. Hizo una serrana deliciosa, distinta, ingeniosa y nueva, acuñada en los mimbres de un cantaor aficionao de verdá que sabe jugar con los tercios y las melodías sin salirse del tiesto. No faltó el macho de María Borrico. Y aconsejao en las letras por su eminencia Ramón Soler recreó una guajira fresca y propia que hizo cosquillas. Dijo que inspirada en la Tonada de Carvajal con guiños a El Pena padre y Juan Breva. Crujió por seguiriya parándose en la ortodoxia, que el llanto admite menos experimentos y mucha jondura. Desparramó la sal por alegrías a petición del público y echó el cerrojo por fandangos de Palanca y Corruco redondeando un recital extraordinario, colmao de empaque, conocimientos y buen paladar.
Rubén se salió del pellejo trinando con sus yemas sobre los ríos de plata de una guitarra particular, elegante, flamenca y fina. Con una pulcritud pasmosa y un compás asombroso que sabe trastear con los contratiempos y el reloj a su antojo. Porque conoce el paño y lo teje a voluntad con tintes nuevos.
¡Qué manera de cantar! Bonela hijo la formó bien formá. Y quedará en el recuerdo de los aficionaos con gusto el recital que dio en La Bambera aquel día.
Ficha artística
Recital de cante de Bonela hijo
Peña Flamenca La Bambera, Sevilla
22 de marzo de 2025
Cante: Bonela hijo
Guitarra: Rubén Lara