Su nombre es Pepe Planas y lleva más de cuatro décadas ejerciendo el sacerdocio. En la actualidad está jubilado, pero trabaja como ayudante en la parroquia de Alhaurín de la Torre, en Málaga, lugar al que llegó tras su conocido paso por Campanillas y el barrio de Miraflores de los Ángeles, donde se hizo viral por sus bailes flamencos en plena misa.
Ataviado con una estola muy flamenca donde no faltan los lunares, ofrece misa en las que no cabe un alfiler y donde no duda en cantar y bailar por sevillanas o bulerías para hacer sus oraciones. «Procuro alabar a Dios a través de la música y tener la alegría del Evangelio. La misa tiene que ser una fiesta», ha confesado en el programa Mañaneros de TVE.
Recientemente ha vuelto a viralizarse uno de sus afamados bailes, acompañado para la ocasión por voces del mundo flamenco como la de María Cañete y Luz María. Una iglesia abarrotada con feligreses y curiosos de toda la provincia de Málaga.
«Procuro alabar a Dios a través de la música y tener la alegría del Evangelio. La misa tiene que ser una fiesta»
Un arte que le viene de familia, porque el padre Pepe Planas desciende de una familia gitana y entiende que la palabra de Dios es felicidad y nada mejor que transmitirla con ese duende que le caracteriza. Por eso arranca a bailar y cantar al más puro estilo jondo.
Además de sus bailes virales y sus misas flamencas, el sacerdote malagueño es conocido también por bailar ante el mismísimo Juan Pablo II allá por 1997, cuando acudió junto a un grupo de gitanos de Palma-Palmilla a la beatificación de El Pelé, el primer gitano mártir que fue elevado a los altares.
Ya ha informado de que su próxima misa flamenca coincidirá con la celebración de la eucaristía en la Misa del Gallo, la noche del 24 de diciembre. Para la misma, el padre Pepe ha prometido desplegar todo su duende con protagonismo de cante y baile, pero también con pestiños, borrachuelos y una copita de aguardiente en la puerta de la iglesia.