El flamenco se compone de geografías diversas. No podemos entender nuestra cultura sin esa singularidad que da la tierra, la comunidad, el colectivo. Es lo que llamamos zonas cantaoras. Algunas de las cuales con un distintivo muy marcado. Desde los barrios de San Miguel y Santiago de Jerez de la Frontera llegan Jesús Méndez y Pepe del Morao a la andevaleña Peña flamenca El Contrabando, de Paymogo. Casi 250 kilómetros cruzados de sur a norte de la Andalucía occidental, y entre medio un sinfín de hechos diferenciales con marcadas personalidades.
Acabo de llegar de Paymogo y me apetece contarles el buen sabor de boca que han dejado ambos artistas. Estaba claro que Méndez y Morao habían venido a poner su corazón. Ambos son profesionales de reconocido prestigio, y desde la primera nota han establecido una comunión particular con el público asistente. Templaba la sonanta Pepe del Morao por soleá, para que Jesús Méndez nos llevara con su acostumbrada elegancia al disfrute del cante grande. Qué dolor de mare mía / cuándo voy a tener una mare / como la que yo tenía. Con este tercio soberbio remataba el jerezano su actuación por soleá, tocando la sensibilidad de los presentes.
Rescatando los aires de El Mellizo y Chacón nos regala dos malagueñas, sin más adorno que lo que el propio cante requiere. La poderosa voz de Jesús se templa y nos envuelve para pellizcarnos en uno de los mejores momentos de la noche. Perfectamente escoltado por un guitarrista que oxigena y lleva en volandas al cantaor hasta entregarle los sonidos melódicos justos para que este encuentre el hueco y ejecute el cante de manera notable. Tientos y tangos nos llevan al cierre de la primera parte del recital.
“¡Qué bien te ha sentado el descanso!”, se escuchó entre el público. Muy buena la siguiriya que nos ha regalado Jesús. En su garganta aparecieron los sones siguiriyeros de Jerez de la Frontera y en las cuerdas de Pepe la siguiriya se enriquecía, aún más.
Están sintiendo las piedras
Las fatigas mías
Yo las llevo de día y de noche,
De noche y de día.
Sin duda, el momento de la noche. Jesús y Pepe. Morao y Méndez. Un mágico latido que nos ha emocionado y nos ha hecho sentir. Justo aquello que debe demandarse del cante por siguiriyas.
«Templaba la sonanta Pepe del Morao por soleá, para que Jesús Méndez nos llevara con su acostumbrada elegancia al disfrute del cante grande. ‘Qué dolor de mare mía / cuándo voy a tener una mare / como la que yo tenía’»
No faltó la sinfonía jerezana, el cante por bulerías. Ahí, compás y melodía se envuelven al unísono. No hay resquicio para el menor desacompasamiento. Suena a Jerez, ¿qué más puede pedirse? La enorme voz de Jesús y el acompañamiento de Pepe nos llevan a la tierra del vino y el caballo y hasta nos meten el ritmo en nuestra dermis. Nos atrevemos a hacer compás, aunque sea sordo, en nuestros asientos. El remate de la noche lo pondrá un abanico de fandangos, acabando con un público agradecido a la entrega de un cantaor que, como él mismo avisó al principio de la noche, venía a poner el corazón, y así se ha sentido.
Es difícil encontrar recitales de artistas de relevancia, como Jesús Méndez, en peñas flamencas. Es por ello que debemos resaltar cuando profesionales de esta talla ponen el foco en el papel de las asociaciones flamencas, con su presencia. Como bien ha repetido en varias ocasiones el artista, durante su actuación, ellos no son nada sin la afición. Igualmente debemos reconocer cuando artistas de esa talla visitan nuestras entidades no dejando ni un ápice de profesionalidad fuera del escenario.
Ficha Artística
Recital de Jesús Mendez y Pepe del Morao
Peña Flamenca El Contrabando, Paymogo (Huelva)
10 de enero de 2025
Cante: Jesús Méndez
Toque: Pepe del Morao