En una época donde los tablaos han sufrido tanto, hay noticias que iluminan el alma. Es el caso de la reapertura de un local donde la historia, la leyenda y el mito borran sus fronteras, el popular Café Chinitas, que ha permanecido cerrado nada más y nada menos que 87 años.
El local reabre en su misma ubicación, situado en el Pasaje de Chinitas, en pleno casco histórico de Málaga, a escasos metros de la Plaza de la Constitución. «Queremos recuperar una parte de la historia de la ciudad. Nos parece importante, más aún cuando se está perdiendo tanta identidad», explica Manuel Medina, gerente del establecimiento, en unas declaraciones recogidas por El País.
Por sus paredes aún suenan los ecos de voces tan afamadas como la de Manolo Caracol, Antonio Chacón, La Niña de los Peines, Juanito Valderrama o Juan Breva, entre otros. Pero también guarda recuerdos de personajes tan míticos como Federico García Loca, un habitual del lugar, que incluso dejó constancia de ello en uno de sus versos: «En el Café de Chinitas dijo Paquiro a su hermano: soy más valiente que tú, más torero y más gitano».
«Por sus paredes aún suenan los ecos de voces tan afamadas como la de Manolo Caracol, Antonio Chacón, La Niña de los Peines, Juanito Valderrama o Juan Breva, entre otros. Pero también guarda recuerdos de personajes tan míticos como Federico García Loca»
Precisamente una estatua a tamaño real de Lorca apoyado sobre la barra es lo que recibe a los visitantes en el actual Café Chinitas. Un total de 300 metros cuadrados con una barra circular que homenajea a la Plaza de Toros de Málaga. Son innumerables los detalles que recuerdan al desaparecido café.
El original Café Chinitas fue construido en 1857 sobre un convento de monjas agustinas descalzas tras la Desamortización de Mendizábal, pasó de ser un templo del arte de la Málaga de finales del siglo XIX hasta su cierre en el 1937 en plena Guerra Civil.
Sí, era una taberna flamenca, como pocas. Pero también acogió otras muchas tareas en su casi centenaria historia. Teatro y burdel encubierto, por ejemplo, pero también refugio para compartir ideas afines en tiempos donde había cosas que no podían ser contadas a la luz pública.
El local ha sido impulsado por el Grupo Lapaz, compañía fundada por Adolfo Lapaz, que adquirió el local en 2018. El edificio fue rehabilitado en 2021, una recuperación que ha corrido a cargo de Alicia Lapaz Proch, hija de Adolfo Lapaz.