III Festival Flamenco Alalá: las tres mil alegrías
Asistimos en la Factoría Cultural, Polígono Sur, Sevilla, a la segunda jornada del III Festival Flamenco Alalá, organizado por la fundación que lleva su mismo nombre, que significa ‘alegría’. En el cartel, Caracafé, Laura Marchena, Aroa Barea, Saray García, Pedro El Granaíno, Pedro Ricardo Miño, Polito
¡Ojú, qué mieo!, me dijeron unos cuantos cuando me eché la mochila al hombro con los avíos de afotar. Iba a la Factoría Cultural del Polígono Sur, al que le va a costar horrores quitarse el sambenito que todos conocemos. A algunos les parece hasta un acto de valentía asomarse por esas calles. Es una pena. Porque probablemente haya más mangantes en la política de la ciudad que en las plazas y bloques del barrio, descuidados por la administración.
Era la segunda jornada del III Festival Flamenco Alalá, organizado por la fundación que lleva su mismo nombre, que significa ‘alegría’. Un certamen benéfico cuya recaudación ayuda a la entidad en sus quehaceres con unos 300 niños de entornos desfavorecidos de Sevilla y Jerez a los que les imparten talleres de flamenco, teatro y artes plásticas de manera gratuita ofreciéndoles oportunidades de vida, me contaron.
Dejo el hacha crítica guardada para otros momentos. Sería inoportuno, una desfachatez, ahondar en los detallitos juzgando con los tintes ácidos que acostumbro a adornar mis palabras cuando a mi criterio la cosa no está tan bien. Que no fue el caso. Más aún a sabiendas que los flamencos colaboraron gratuitamente olvidándose de su caché. Pero además es que disfruté. Con unos más que con otros, claro.
Era mal día para abarrotar el aforo. Coincidió con la celebración futbolística y la llegada de los rocieros. Al parecer la noche grande fue la anterior. Pero esta otra quedó medio llena y las hechuras de la mayoría del público delataban que la gente no era de por allí al lado. Me van a perdonar el prejuicio, pero seguramente gran parte tenía una buena cartera y conciencia para pagar 25 euros de entrada por la causa. ¡Ole! Vamos, que aquello estaba lleno de pijos. Sin acritud, quitándole lo peyorativo al término. Si los que tienen no apoquinan… En resumidas cuentas: el contraste era bestial entre lo que se respiraba en la Factoría y la juerga improvisá que escuché y vi a lo lejos en los soportales de uno de esos rascacielos del arte. Hasta aquí les puedo contar. De este asunto, claro. Vamos al lío.
«Era la segunda jornada del III Festival Flamenco Alalá. Un certamen benéfico cuya recaudación ayuda a la entidad en sus quehaceres con unos 300 niños de entornos desfavorecidos de Sevilla y Jerez a los que les imparten talleres de flamenco, teatro y artes plásticas de manera gratuita»
Presentó con desparpajo y su vis cómica Juan Luis Cano, de Gomaespuma, que hizo reír al respetable con sus ocurrencias durante toda la velada e incluso se atrevió a cantar flamenco y copla o despedirse con un fandango de Huelva. Dijo que había dejado plantada a Mónica Bellucci por venir. Y así, entre chascarrillos, fue dándole paso a cada uno de los artistas que pisaron el entarimao. Abrió la escena el cuadro de la Fundación Alalá Sevilla. Profesores y alumnos. Subieron el Doctor Keli a la percusión y Laura Marchena al cante para el baile de Aroa Barea con el toque del pupilo Manuel Rubio. No vamos a descubrir ahora que Miguel Ángel Magüesin, que así se llama el doctor, juega con el son como le da la gana y que la garganta nazarena de Laura se amarra a la versatilidad para bucear por los géneros musicales que se le antojan aportándoles siempre su sensibilidad. Se enreó con gusto en La leyenda del tiempo morentiana dialogando con los dibujos del mantón de Barea en un idilio de flamencura que transparentó la calidad artística de ambas. Después le tocó el turno a Alalá Jerez, que colmó el proscenio con la voz rotunda de El Berenjeno, la guitarra de Manuel Heredia, las palmas de Loli Argudo y Sara Jiménez y el cante arrebatador de Mara Rey. El baile corrió a cargo de Saray García, que correspondió con lo mismo a los pellizquitos que pegaron los cantaores en las bulerías y el buen rato de age que dio Mara saliéndose del pellejo y de las tablas, perdiéndose entre el público rebosando gitanería con su gañote rajao de cristales jondos.
«Érase un hombre pegado a una guitarra: Caracafé, una de las almas del proyecto». Se inspiró en la sencillez de sus cuerdas, especialmente en la segunda pieza parafraseando con sus ríos de plata el Soy gitano de Camarón. O por bulerías acompasás tomándole el pulso al aire moronense. Iba escudado por la percusión de Doctor Keli, el bajo de Pablo Zapata y el teclado de Ramón Santiago. Le siguió el piano, cante y baile de José Luis Pérez-Vera, que principió dulce con un bolero y después caracoleó su timbre redondo embaucando al final por soleá acompañado solo con sus palmas sordas y la pataíta del postre. Pedro El Granaíno brilló con la guitarra soberbia de Antonio de Patrocinio. Primero por granaína con remate de fandango de La Parrala, luego echando los restos en la seguiriya con macho de Manuel Molina y dos fandangazos con los que cerró su recital. El último enhiesto, fuera de micro, acordándose de Caracol. Pedro Ricardo Miño posó sus manos sobre el marfil del piano homenajeando con su magnífica actuación al guitarrista Joaquín Amador, recién fallecido. Lloró con negras sobre blancas por seguiriya el lamento de una pérdida para contribuir después al alivio derrochando el compás por bulerías con la percusión de Lolo y Emilio Fernández.
Y llegó el baile de Polito. Para mí, un talento poco tenido en cuenta al que me gustaría ver en más carteles. Un atrás de lujo, con la guitarra fina de Luis Amador, el teclado fresco de Melchor Borja, la percusión eléctrica de Lolo y el cante almibarado de El Pechuguita y Juan Fernández, puso un broche de caramelo gitano al festival. Por bulerías y subiéndose a bailar en el cajón, hiló llamadas espontáneas, desplantes con empaque, un zapateao definido y potente, dibujos flamencos y gestos de elegancia morena, atributos que Polito paseó con la naturalidad suprema de los que lo han mamao.
Dos horas y media de arte en la Factoría Cultural. Allí nos regalaron las tres mil alegrías.
Ficha artística
III Festival Flamenco Alalá
Factoría Cultural
Polígono Sur, Sevilla
1 junio 2023
Alalá Sevilla
Cante: Laura Marchena
Guitarra: Manuel Rubio
Baile: Aroa Barea
Percusión: Doctor Keli
Alalá Jerez
Cante: Mara Rey y El Berenjeno
Guitarra: Manuel Heredia
Baile: Saray García
Palmas: Loli Argudo y Saray Jiménez
Guitarra: Caracafé
Percusión: Doctor Keli
Teclado: Ramón Santiago
Bajo: Pablo Zapata
Piano, cante y baile: José Luis Pérez-Vera
Cante: Pedro El Granaíno
Guitarra: Antonio de Patrocinio
Piano: Pedro Ricardo Miño
Percusión: Lolo
Percusión:Emilio Fernández
Baile: Polito
Guitarra: Luis Amador
Cante: El Pechuguita y Juan Fernández
Teclados: Melchor Borja
Percusión: Lolo
Regiduría: Efrosina Tricio
Sonido: Fali Pipio
Pedro Cordoba 3 junio, 2023
¿La leyenda del tiempo morentiana?
Kiko Valle 3 junio, 2023
Buenas tardes,
Sí, me refiero a que Laura Marchena cantó La leyenda del tiempo (de Lorca, claro) arrimándose a la versión de Morente. Camarón por ejemplo lo hizo de otra forma. Siento si no se me ha entendido bien.
Gracias