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Festival Flamenco Juan Talega: y Aurora formó el lío

Crónica del XL Festival Flamenco Juan Talega, celebrado el viernes 17 de junio en el Auditorio Los Del Río de Dos Hermanas, Sevilla. Actuaron Pansequito, Aurora Vargas, Alicia Gil, Manuel Céspedes y Miguel de Tena con las guitarras de Antonio Gámez, Marcos Serrato, Lito Espinosa y Raúl El Perla.


Hoy no me da la gana de pegarle palitos a los flamencos de en medio. Ni de enturbiar demasiado la celebración de los cuarenta años del evento. Aunque no por ello tapo el tintero ni callo mi boca insumisa. Vaya por delante el primer tirón de orejas para el festival: se han olvidado del baile. En esto lo han hecho mal. Ya sabemos lo poco doctos que andan los consistorios en cuestiones flamencas. Salvo algunas excepciones. Esta no es una de ellas. Si fuera la peña quien decidiera otro gallo cantaría. Pero el jurdó está en las arcas municipales. Quien paga manda. No obstante, el elenco tiene categoría. Especialmente por los veteranos. Se dieron cita sobre las tablas Pansequito y Aurora Vargas, que formó el lío. Además de Alicia Gil, Manuel Céspedes y Miguel de Tena. Pusieron las cuerdas las guitarras de Antonio Gámez, Marcos Serrato, Lito Espinosa y Raúl El Perla, que sustituyendo a Miguel Salado vino a sentar cátedra en el acompañamiento. Su toque supo a gloria.

 

Como maestro de ceremonia el compañero Manuel Curao, a la postre el presentador que ha conducido el festival en más ocasiones. Por algo será. Y es que conoce los laberintos nazarenos como el pasillo de su casa. Aquí lo quieren. No es para menos. Aunque de ser por los guardias de seguridad del control de entrada nos quedamos sin presentación, porque insistían en no dejarlo entrar. Cosas que pasan. Como también tuvimos que soportar la retransmisión por los walkie talkies de las conversaciones de estos agentes a pie de escenario a más decibelios que la megafonía. Sin duda una flagrante falta de respeto al público y sobre todo a los artistas, que tuvieron que soportar las insidiosas interrupciones durante todo el espectáculo. Estos aparatos tienen un botón para ajustar el volumen, como comprobamos después. Pero parece que a los que los portaban les faltaba la neurona que los acciona.

 

Para conmemorar estas cuatro décadas, Dos Hermanas se vistió de gala. Ideado por la directiva de la peña, dejaron a cargo de los pinceles del pintaor Patricio Hidalgo el diseño de la cartelería. Este año luce sin duda la imagen de Juan Talega con más solera que nunca, porque se ha elaborado el mejor cartel de la historia del festival.

 

Manuel Céspedes y Antonio Gámez

Con Manuel Céspedes se hizo el cante. Descorchó la noche con la guitarra de Gámez por soleá. Manuel le tiene rabia al silencio y desde que empezó por Alcalá sus letras sentenciaron un repertorio comprometido con la lucha por los derechos. Dedicó su actuación a El Cabrero profesándole su profunda admiración. Cada vez que abre la boca recuerda su queja. Siguió con el tributo al malagueño Manuel García Caparrós por farruca en una emotiva composición para entroncar con el cuplé por bulería y llegar a los fandangos valientes de Alosno, donde se revuelve en la protesta y levanta al respetable.

 

Los niños en la guardería
y al padre lo meten en el asilo.
Los niños en la guardería.
Y ahora compramos un perro
pa que nos dé compañía.
¡Yo este mundo no lo entiendo!

 

Ahí quedó eso. Pero quiso poner la guinda por toná recordando a los poetas Miguel Hernández y Federico García Lorca. Terminó así la intervención de un cantaor quizá incomprendido por encasillarse en el compromiso social. Pero posee un timbre caliente, un quejío punzante y la bondad cantaora. Siguen siendo necesarios flamencos de este corte.

 

 

«Aurora Vargas engarzaba los quejíos y hacía sangre. Pero aliviaba el llanto de la que sabe rebuscar. ¡Qué manera de cantar! ¡Qué forma tan gitana de quejarse! Descarnaba por arriba y pegó rebañones de locura cuando más templaíta supo contenerse. Fue un torbellino de negrura en los tangos, bailó derrochando arte con arremetías de almíbar. Un espectáculo de mujer»

 

 

Alicia Gil y Lito Espinosa

Alicia Gil trajo el pellizco. Irrumpió con su bella estampa en el entarimado y se desquitó por toná llorando a Cagancho. No le hizo falta apretarse en el grito. Con media voz acarició con dulzura meciendo los tercios que introdujeron la seguiriya trianera. No me juego el verano si digo que la soleá fue la melaza que enjugó sus labios como anticipo de un repertorio variao en el que Triana se alzó como estandarte de su actuación. No repitió variantes. Demostró el dominio que le otorgan treinta años de experiencia para erigirse esa noche compromisaria de la otra orilla del Guadalquivir. La apolá de El Portugués, alguna de Charamusco, golosinas que supieron a Chiquetete y aires de El Arenero perfumaron el auditorio con el olor de la cava. Dobló algunos tercios jugando con la cadencia melódica de su barrio, rajó en los altos y dejó entrever que podía con medio tono más para recogerse mejor en los bajos.

 

Carmela y Bebé en los coros, David Fernández y Rocío La Turronera a las palmas y la guitarra pulcra, apropiada y oportuna de su inseparable Lito Espinosa arroparon a Alicia. Eligió con gusto la entrada de Salmarina por fandangos de Huelva en los que se entonaron sus dos criaturas adorando a Rengel y al de la Nora. Fue el preludio del remate de Alicia con los de Juan María Blanco y el valiente de Toronjo en el que tiró a matá con palabras mu cortas. Después llegaron los tangos, dedicados al cantaor El Chozas, allí presente. Se puso canastera y prosiguió con el revuelo encandilando con su flamencura. No podía faltar la originalidad musical, aunque sea un temita, que le mangó al amigo Antonio Ortega de su pregón a la Hermandad de los Gitanos de Sevilla. Una letra de sensibilidad exquisita que en la voz flamenquísima de Alicia sonó a dulce. La iglesia de los gitanos huele a mi abuela. La elegancia de ese gitano asomó por las tablas. Antonio recitó un fragmento que me empujó los vellos hasta los bordaos del palio de María Santísima de las Angustias. Abrochó Alicia por bulerías sentaíta en el Corral de los Judíos. Hizo cantar al público y dejó derramada su gracia en una actuación más que digna.

 

 

Alicia Gil. XL Festival Juan Talega. Auditorio Los Del Río, Dos Hermanas (sevilla). 17 junio 2022. Foto: Pocket Studio

 

 

Pansequito y Raúl El Perla

Pansequito subió al escenario y crujieron los maderos. Comenzó a desgranar su genialidad por alegrías salpicado de sal. Entraba y salía de la música como le daba la gana. Sometió la cuadratura a la voluntad de un creador que sabe dónde empieza la letra pero no cuándo la acaba. Paró los tiempos, dobló y ligó los tercios en un ejercicio acrobático al alcance de muy pocos. Con esa voz acaramelada, preñá de arañazos y los surcos que dejan los años, enrejó la emoción de un público entregado que ovacionaba cada cante. Más de lo mismo en la soleá por bulería, donde evidenció despacito los entresijos de su maestría colocando la voz en su sitio, tostando donde falta el calor y endulzando los tercios que piden florituras. Desmenuzarle la soleá en las versiones es casi una osadía, porque a todas les puso el sello que las bautizó inconfundiblemente con el apellido Panseco. No tiene imitadores ridículos porque es único. A pesar de que pinchara en el taranto, donde insistió en meterle tercios hasta apretarlo tanto que desvirtuó su esencia. Quizá en el tercer cuerpo se templó en la sencillez y siguió enamorando con su gañote privilegiado para terminar por bulerías en las que pudo alargarse cuanto quiso regodeándose en los manjares de la sabiduría. Las palmas de Juan Diego y Manuel Valencia vinieron de Lebrija cargaítas de compás.

 

Merece mención aparte la guitarra de Raúl El Perla. Apoteósico en el acompañamiento. La sonanta le sonó gorda, acompasada, con un soniquete extraordinario, recortes potentes, bordoneos de contundencia, picados y trémolos cristalinos y una enjundia tocaora que le hicieron ganarse el sueldo nada más empezar. No era fácil escudar a Pansequito, pero lo acompañó sirviendo, sin molestar, respondiendo con empaque cuando lo requería y acunando el cante en el regazo de las seis cuerdas de una bajaní de postín que fue la perla del festival. Hizo lo mismo después con Aurora, disfrutando del momento, engrandeciendo a la artista y provocando el gozo del graderío al llevar levitando esa voz gitana que agarró de su mano.

 

 

«Alicia Gil trajo el pellizco. Irrumpió con su bella estampa en el entarimado y se desquitó por toná llorando a Cagancho. No le hizo falta apretarse en el grito. Con media voz acarició con dulzura meciendo los tercios que introdujeron la seguiriya trianera»

 

 

Miguel de Tena y Marcos Serrato

Miguel de Tena levantó a todo el mundo del asiento. Al público le gustó su interpretación. Marcos Serrato mostró cómo sacarle partido a sus cualidades con la guitarra. El tocaor mejora con el tiempo. El extremeño empezó por soleá y su cante ortodoxo referenciaba a Mairena. El pentagrama no tiene secretos para el amplio registro de Miguel. Su voz laína, templada, fuerte, moldeable… y un pecho sin fondo en el que no falta el aire, le permiten arremeter el cante alargándolo en extremo consiguiendo el efectismo que entusiasma a parte de la afición. Miguel es un cantaor con conocimientos e inteligencia. Suple el pellizco que le falta con la majestuosidad de su voz. Y a pesar de ser un poco tibio, engancha. Si de algo se le puede tachar es de ser impoluto. Cantar, canta fenomenal. Y para gustos los colores. Como los que ofreció por tientos y sobre todo en los tangos, donde se movió con soltura por Triana, Granada y Extremadura. La granaína de Vallejo es su fuerte. A ver quién le echa ahí la pata. Después un cuplé por bulería y unos fandangos porrineros al aire con la cejilla al nueve donde a Marcos le faltó poco para hacer las falsetas silbando, como me soltó con gracia un amigo. El mismo me apuntó acertado que el último que cantó ya con el mástil más tierno en el seis, era un fandango de Gabriel Moreno.

 

Y Aurora Vargas

Pero la noche brilló con nombre de mujer. Y si hubo alguien que arrasó con gitanería fue ella. Empezó por alegrías y le puso guirnaldas al techo de estrellas. Desde el clasicismo festero de Cádiz a la profundidad solearera y el grito por toná, pasando por unos tangos adictivos o las bulerías, Aurora Vargas formó el lío.

 

En la soleá se miró en Manuel Torre, Joaquín el de la Paula y Fernanda. Engarzaba los quejíos y hacía sangre. Pero aliviaba el llanto de la que sabe rebuscar. ¡Qué manera de cantar! ¡Qué forma tan gitana de quejarse! Descarnaba por arriba y pegó rebañones de locura cuando más templaíta supo contenerse. Fue un torbellino de negrura en los tangos, bailó derrochando arte con arremetías de almíbar. Un espectáculo de mujer. Por bulerías señaló el camino donde mamar. Irremediablemente arrebatadora, flamenca con mayúsculas. Con la fuerza recorriéndole las moreneces de un cuerpo tiznao cultivao en las juergas de otra época, tiró del fondo del repertorio encajando una alegoría de letras y melodías para el deleite. Con micro y al aire inundó el auditorio sin dejar lugar a dudas de quién mandaba. Llegó la toná antes de irse. Ella también sabe, también puede. ¡Y cómo lo hizo! Pa pegarse bocaos.

 

Plena de facultades se prodiga en pocos carteles en detrimento de una juventud descafeinada, con excepciones. Pero Aurora tiene ovarios para encabezar cuarenta festivales. O la afición está sorda o los programadores no tienen cordura. Aurora sigue estando en el candelero flamenco. Y quien no lo vea así está ciego.

 

Fotos: Pocket Studio

 

 

Ficha artística

40 Festival Flamenco Juan Talega
Dos Hermanas, 17 de junio de 2022
Auditorio Los del Río
Cante: Manuel Céspedes, Alicia Gil, Miguel de Tena, Pansequito y Aurora Vargas
Toque: Antonio Gámez, Lito Espinosa, Marcos Serrato y Raúl El Perla
Palmas: David Fernández y Rocío La Turronera, Juan Diego Valencia y Manuel Valencia
Coros: Carmela y Bebé

 

 

Manuel Céspedes y Antonio Gámez. XL Festival Juan Talega. Auditorio Los Del Río, Dos Hermanas (sevilla). 17 junio 2022. Foto: Pocket Studio

 

Manuel Céspedes. XL Festival Juan Talega. Auditorio Los Del Río, Dos Hermanas (sevilla). 17 junio 2022. Foto: Pocket Studio

 

Alicia Gil. XL Festival Juan Talega. Auditorio Los Del Río, Dos Hermanas (sevilla). 17 junio 2022. Foto: Pocket Studio

 

Miguel de Tena. XL Festival Juan Talega. Auditorio Los Del Río, Dos Hermanas (sevilla). 17 junio 2022. Foto: Pocket Studio

 

Miguel de Tena. XL Festival Juan Talega. Auditorio Los Del Río, Dos Hermanas (sevilla). 17 junio 2022. Foto: Pocket Studio

 

Pansequito. XL Festival Juan Talega. Auditorio Los Del Río, Dos Hermanas (sevilla). 17 junio 2022. Foto: Pocket Studio

 

Pansequito. XL Festival Juan Talega. Auditorio Los Del Río, Dos Hermanas (sevilla). 17 junio 2022. Foto: Pocket Studio

 

Aurora Vargas y Raúl El Perla. XL Festival Juan Talega. Auditorio Los Del Río, Dos Hermanas (sevilla). 17 junio 2022. Foto: Pocket Studio

 

Aurora Vargas. XL Festival Juan Talega. Auditorio Los Del Río, Dos Hermanas (sevilla). 17 junio 2022. Foto: Pocket Studio

 


Cantaor de la escritura. Jondura utrerana extrema.

1 COMMENT
  • Iván M 18 junio, 2022

    Joder…
    Mare mía.
    O alguna expresión de este tipo.

    Este texto tiene más pixeles que cualquier tecnología que exista.

    Viendo el festival como lo vi, no puede uno sacarle tanto como leyendo la crítica.

    Porque aquí se dilata el tiempo.
    Los que gustamos de nuestro arte disfrutamos buscando en noches así la gracia de cada artista y leyendo estas letras de otro artista flamenco, aunque no cantaor ni baiilaor ni tocaor, podemos vivir lo que yo viví ayer en directo.

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