Crónicas jerezanas: la dulce personalidad de Felipa del Moreno
Continúa con éxito el Festival de Jerez en su vigesimotercera edición, en la que se nota la apuesta por el cante de una manera más centrada.
Fotos: Festival de Jerez / Javier Fergó
Continúa con éxito el Festival de Jerez en su vigesimotercera edición, en la que se nota la apuesta por el cante de una manera más centrada. Tras los buenos comentarios que consiguieron Argentina, Lela Soto, José de la Tomasa o Israel Fernández en la anterior publicación sobre la muestra, ahora es el momento de destacar a Felipa del Moreno, una auténtica revelación para muchos, y una confirmación para otros. Esos otros, los de Jerez. Pues es esta una gitana que siempre ha contado con el cariño de su tierra. Ha participado en los grandes acontecimientos flamencos de su ciudad natal y no ha llegado a despegar definitivamente a otros aeropuertos, hecho que sorprende al ver cómo ejecuta los cantes y, sobre todo, su dulce personalidad.
Pues ella ha sido una de las grandes triunfadoras de lo que llevamos de Festival. Ocurrió todo en la noche del miércoles 27, que además era su cumpleaños, en la Bodega González Byass. El público era tanto local como forastero, pero todos disfrutaron. Fue una noche de ensueño para esta cantaora, que bebe de las fuentes creadoras de su gente: Terremoto, Manuel Moneo, Torta o cantes de La Paquera, Tía Bolola o Lola Flores. Es un gusto escucharla recorrer la soleá, la granaína o los fandangos, así como la bulería o los tangos. Estuvo arropada por Manuel Valencia, a la guitarra, y qué guitarra. Luis de Periquín, Manuel Cantarote y Juan Diego Valencia, a las palmas y percusión. Y contó con Rosario ‘La Reina Gitana’, al piano, y Andrés Peña, al baile, como artistas invitados. El público acudió a la importante cita de Felipa, ella lo dio todo y por eso es de justicia destacar su recital como de lo mejor que ha pasado por el Festival hasta ahora.
En el Teatro Villamarta, centro de todas las miradas, han estado Jesús Carmona, Edu Guerrero y el Ballet Andaluz de Flamenco. El primero de ellos, Jesús, con el mayor de los aciertos. A diferencia de lo que habitualmente vemos en estas propuestas que se acercan, o eso parece, a las vanguardias desde discursos abstractos, el bailaor catalán demostró tener las ideas claras, saber mostrarlas y acertar. Es el público quien manda y se notó la mayor ovación vista en el teatro hasta estos momentos. Y no sólo ocurrió al final la obra, sino en cualquier momento en el que Jesús conectaba sin barreras. De recuerdo queda ya la caña en la que se partió hasta el tacón de su bota. Lejos de parar, continuó echándole más leña el fuego. Apoyó su montaje Amator en el cante de Juan José Amador, Jesús Corbacho y Jonathan Reyes, así como en la guitarra impecable de Juan Requena. Menos valorada ha sido la presentación en Jerez de Sombra Efímera de Edu Guerrero. El bailaor está en lo más alto, merecidamente. Se ha ganado a pulso ser uno de los reclamos más valiosos de este Festival y tiene un público que bebe los vientos por él. No nos extraña al comprobar una vez más sus potencial, eficacia e impresionantes cualidades físicas. Tiene compás, aire y personalidad. Pero a ser justos, no ha sido este un título que haya destacado por su calidad. Intenta reflexionar sobre el espacio temporal en el que vivimos a partir de una montaña de arena, unas ramas que más tarde se convierten en un árbol con guirnaldas y un telón de ropa usada. No queda del todo claro qué quiere decir. El BFA (Ballet Flamenco Andaluz) bastante tuvo con estar y defender el peso de esta institución tras los meses que ha vivido, de renuncias y nuevas incorporaciones. Gracias a Úrsula López, y pese al poco tiempo para preparar la obra, puede decirse que muy dignamente el Ballet cumplió las expectativas con Naturalmente Flamenco, con el acompañamiento moral y en coreografías de Rubén Olmo. Un repertorio bien ejecutado, desde la farruca, los romances, las bulerías, las alegrías, tientos, seguiriyas o caña… combinando la presencia del elenco total de bailarines o la propia Úrsula en solitario. Sensaciones positivas, y a seguir.
En Sala Compañía hemos acudido a la llamada de Vanesa Coloma con Flamenklórica, en una versión poliédrica de esta bailaora que derrochó fuerza y poderío, con unas hechuras flamencas con las que cautivó a la audiencia. Menos suerte corrió otra Vanesa, en este caso, Aibar. Presentaba Sierpre, o movimiento de serpiente. Un poco de mal bajío sí que da eso de recurrir a la bicha para inspirarse. Ella tiene cualidades de sobra, pero no convenció con este mensaje que se hizo poco llevadero y demasiado espeso. El trío Leonor Leal, Antonio Moreno y Alfredo Lagos sí consiguió cautivar en Sala Paúl a los que se agolparon para ver cómo son los mensajes en Nocturno. Sin cante, con mucha percusión y con la celestial música de Alfredo, Leonor encuentra su propio yo antes de dormir, en ese justo momento en el que el silencio se hace dueño del espacio y en el que la mente se centra en crear desde la tranquilidad y la seguridad. Espectáculo asequible, cercano y digerible. Además, el mensaje quedó claro, que ya eso es noticia en los tiempos que corren.