Los ecos de La Plazuela golpean sobre las esquinas esconchás. Los vientos los llevan al sur y resuenan en la barriada de Federico Mayo. José Mijita se empapó allí desde que era un chiquillo del sabor que ahora rebosa su cante. Y a través de la pluma del amigo y compañero Pepe Castaño como autor de la mayoría de las letras –algunas las firma Antonio Gallardo– viaja a su infancia a por los olores que el recuerdo revive para dibujar a quejíos de añoranza su historia personal. La pureza que mamó en su casa se funde con aires frescos para reivindicarse Al sur de la libertad, un disco y espectáculo de corte tradicional con guiños actuales y que conforman así las credenciales cantaoras de un jerezano con paladar añejo y los pies en hoy.
Bañao por un cenital rompió el silencio por martinete acompañado por el bajo de Ricardo Piñero. Pleno de excitación y ganas, lleno de voz, discurrió José por distintos caminos tonales, pero augurando por el empaque con que empujó los tercios que lo iba a dar todo. Y así fue, porque desde que pisó los maderos de la Sala Compañía se entregó a Jerez y al mundo sin guardarse nada. Mijita no entiende el cante sin que le crujan las costillas.
Vencío y desesperao se mostró en el taranto y cartagenera que enjaretó desde sus negras entretelas con Domingo Rubichi a la sonanta tizná. Se miró después en Los Chichos y Pansequito al arrope de la percusión de Carlos Merino, la guitarra de Fernando Carrasco, las palmas de Diego Montoya y Carlos Grilo y los coros de Malena Carpio y Gema Cantarote. Del Mijita y La Martínez se acordó por fandangos por soleá al compás de los nudillos sobre la tapa de madera de una bota de vino, embistiendo con jondura, cantándole al baile ensolerao de Carmen Herrera.
«Se encomendó a Undivé por seguiriya y rajó el lamento doliente abriéndose en canal, apretando las ducas en sus puños cerraos y echando el cante fuera desde las tripas. Lo mejor del recital, sin duda. Porque el cante de verdad a veces hiere. Y El Mijita se rebañó los centros a jirones de piel en carne viva»
Tamizó las hechuras de El Mellizo, Frijones y otras tantas variantes, llevándose la soleá a Jerez para mascarla con su impronta, marcando los tiempos, a golpes de campanas gordas. Y encendió La luz que a mí me guía por tangos salpicando la gracia con el soniquete del bamboleo canalla que evocaba las maneras de El Capullo.
Luego se encomendó a Undivé por seguiriya y rajó el lamento doliente abriéndose en canal, apretando las ducas en sus puños cerraos y echando el cante fuera desde las tripas. Lo mejor del recital, sin duda. Porque el cante de verdad a veces hiere. Y El Mijita se rebañó los centros a jirones de piel en carne viva.
Abrochó la presentación por bulerías. Toma María Castaña, con un soniquetazo y compás con denominación de origen en su tierra y sus apellidos. El cuadro lució alborotao y José se pegó la pataíta de rigor con la que echó el cerrojo y cerró el estuche del disco con palmitas sordas en una pincelá como fin de fiesta.
José Mijita ofreció un espectáculo fresco y flamenco, sin aburrir, siempre en la tangente de la afinación y en ocasiones con dicción confusa. Pero nada más lejos de las señas de identidad jerezanas. Dos tonterías que apostillar, por decir algo, de un recital del que salí con ganas de juerga, con el compás metío en el cuerpo y los primeros pellizcos para calentar la noche Al sur de la libertad.
Ficha artística
Al sur de la libertad, de José Mijita
XXIX Festival de Jerez
Sala Compañía
2 de marzo de 2025
Cante: José Mijita
Guitarra: Domingo Rubichi y Fernando Carrasco
Bajo: Ricardo Piñero
Percusión: Carlos Merino
Coros: Malena Carpio y Gema Cantarote
Palmas: Carlos Grilo y Diego Montoya
Colaboración especial al baile: Carmen Herrera