Fernanda Peña lució la clausura de La Caracolá de Inés Bacán

Fernanda Peña o el fresco terruño de Lebrija

Rancapino Chico, en el Torrelodones Flamenco Festival. Foto: Vera Valentín

Rancapino Chico brinda una lección magistral de cante en Torrelodones

Lebrija te rompe el cuerpo. Llega La Caracolá y los vecinos se preparan para restregarse el flamenco por el pecho. Se olvidan las horas de sueño. Los aficionaos y los artistas se hermanan como familia y acogen con los brazos abiertos a quien se une a la fiesta. El flamenco en Lebrija es un disparate. Pocos festivales consiguen que permanezcan los bares abiertos hasta al amanecer. Y al son de las palmas y nudillos sobre las mesas se forma el taco cuando acaban los recitales. El albero del Bar Miano es fiel testigo del age del pueblo y de los que vienen de fuera. Pero eso ocurre después. La antesala de cada cita es un hervidero de cabales. La Plaza del Mantillo y la Peña Flamenca Pepe Montaraz albergan las noches de cante y baile. Mientras dura el festival, siempre estamos los mismos. Y como no podía ser de otra manera, acudimos a la clausura para disfrutar del cante de Rancapino Chico y Fernanda Peña, además del acto de imposición del Caracol de Oro a Inés Bacán. Tocaba despedirse. Pero ahí no quedó la cosa. Lo contaré en otro artículo.

El amigo y compañero Juan Garrido no trajo consigo papeles. Presentó como le iba saliendo. ¡Y qué bien lo hace! Porque conoce el paño, porque tiene el talento. Condujo con la solemnidad y templanza que requería, sin estridencias, con flamencura y con mucha naturalidad. Se sacó de la manga la glosa a Inés. Ni preparándosela a conciencia la hubiera bordao mejor. Dio paso a Rancapino Chico, que vino acompañado a las palmas por Naim Leal, Manuel Vinaza y El Pijote. La guitarra trinó poniendo guirnaldas al cante del chiclanero. El jerezano Antonio Higuero lo llevó en volandas, recogiéndolo tras los silencios, marcándole los tiempos, con falsetas de enjundia y una pulsación jonda y pulcra.

Rancapino abrió con la bulería pa escuchá mirando a Jerez. Luego por tientos. Después tangos y bulerías. No le desmenuzo la actuación porque volvió a presentar el mismo repertorio de siempre, aunque sus hechuras nos gusten. En su gañote se funde el caramelo. Ralentizó en exceso los tercios, deambulando a veces por el filo del compás de esos cantes que sí tienen medida y que se empeña en ablandarlos a su antojo para el lucimiento del almíbar. Una vez vale, pero cuando se convierte en seña de identidad tanta dulzura empalaga y dice menos. Aún así embelesó a parte del público, pegó unos cuantos giros bonitos y meció los melismas a voluntad del bamboleo gustoso que domina. Para despedirse, dos fandangazos que sonaron a gloria. El último para Inés. Ole.

La cantaora lebrijana recibió emocionada el Caracol de Oro y se lo dedicó con lágrimas en los ojos a su hermano Pedro Bacán. Juan Garrido le ofrendó una espontánea y hermosa semblanza, aludiendo a ella como «defensora del cante como rito natural, una persona honesta a la que no le gustan las voces ni las medias tintas, que intenta siempre decir lo que piensa y cantar como siente. Es un referente de singularidad, no se parece a nadie… lo que viene siendo una cantaora de arte. Por su sangre viajan los genes más preciados de la casa de los Pinini. Fue niña prodigio, ya cantaba en la cuna, en las fiestas, cuando se reunían… escuchaba y después ella lo hacía a su manera. Su hermano Pedro la convenció para que pisara los escenarios, donde se sube y se siente una dama del cante. No solo en el sur del sur. Cuando viaja por Europa y ve que el público tiene paladar, se crece. Es una mujer culta e inteligente, una mujer hecha a sí misma, con nombre propio en la historia del flamenco, no solo de Lebrija, pero sí para mayor honra de su pueblo. Cuando canta levanta su brazos y dibuja pentagramas en el aire y por eso su metal de voz nos llega al corazón, donde tiene que llegar, porque si no de nada sirve. Hoy se hace justicia con una gitana que nunca ha pedido nada y todo lo que tiene se lo ha ganado a base de esfuerzo, siendo como el agua: limpia y clara». El alcalde Pepe Barroso y el concejal de Cultura Pepe Martínez hicieron lo propio en el acto protocolario donde le entregaron a Inés diploma, ramo de flores y se le impuso el Caracol de Oro en el vestío. La cariñosa ovación fue tremenda.

«Fernanda Peña nos regaló un espectáculo nuevo sin salirse del tiesto. Respetuoso con la tradición a la vez que original. Porque los cantes añejos caen frescos en su voz, preñada de tintes de antaño y colmada de rabiosa actualidad»

Inés Bacán. LIX Caracolá Lebrijana. Recital de Rancapino Chico y Fernanda Peña. Imposición del Caracol de Oro a Inés Bacán. Plaza del Mantillo, Lebrija, Sevilla. 20 de julio de 2024. Foto: Kiko Valle

Llegó el turno de Fernanda Peña, que cargá de responsabilidad y herencia cantaora en sus venas, pisó con arrojo los maderos para cerrar La Caracolá. Dos guitarras de la tierra, Curro Vargas y Pedro María Peña. El contrabajo de Gal Maestro y las palmas de Manuel Valencia, Juan Diego Valencia y Alonso Carrasco. Curro le dio empaque y gitanería al asunto. Pedro lo empapó de musicalidad. El contrabajo de Gal le aportó el contrapunto de distinción. Y entre todos tejieron las sedas sobre las que acarició con el cante la joven Fernanda.

Pincipió con la malagueña de El Mellizo, recreándose en lo melódico. Se abandoló con el zángano de Puente Genil y el fandango de Frasquito Yerbabuena. Enjaretó la soleá con aromas tradicionales, luciendo la de La Andonda, echándole reaños a la de El Machango y a la de Paquirrí. Se acordó de algunas letras del catálogo de cosquillas de Inés. Fernanda inundó las tablas del soniquete canalla de Bambino en su Año Salvaje. Arribó a Lebrija con aquel temazo rumbero: Mi amigo. Y lo que pudo ser una osadía, lo defendió con desparpajo. El público lo aplaudió con entusiasmo. No podían faltar las cantiñas de Pinini, llevadas como son. Ni el negro llanto de la seguiriya, que abrochó con el macho de Juanichí el Manijero. Pero donde sorprendió fue rindiendo honores a su tía Inés Bacán en la interpretación de aquella nana que impresionó en De viva voz. Fernanda se entregó en Cansada marisma al arrope de un acompañamiento de categoría de quienes le arreglaron la delicada armonía entre la que su garganta se coló. Y terminó por bulerías, buscando el aire de Pepa, Fernanda y Bernarda de Utrera.

Fernanda nos regaló un espectáculo nuevo sin salirse del tiesto. Respetuoso con la tradición a la vez que original. Porque los cantes añejos caen frescos en su voz, preñada de tintes de antaño y colmada de rabiosa actualidad, conformándose como una cantaora llena de presente con un futuro por pulir. A poco que sepa trazar su camino, podrá estar llamada a ocupar un rinconcito digno en Lebrija.

La Caracolá echó el cerrojo con la soleá pausaíta y pastueña de Inés Bacán, a quien le sale el cante desde las tripas para arañarnos el alma.

Ficha artística

LIX Caracolá Lebrijana
Recital de Rancapino Chico y Fernanda Peña
Imposición del Caracol de Oro a Inés Bacán
Plaza del Mantillo, Lebrija, Sevilla
20 de julio de 2024

Cante: Rancapino Chico y Fernanda Peña
Guitarra: Antonio Higuero, Curro Vargas y Pedro María Peña
Palmas: Naim Leal, Manuel Vinaza, El Pijote y Manuel Valencia, Juan Diego Valencia y Alonso Carrasco

Contrabajo (Fernanda): Gal Maestro

Presentador: Juan Garrido

Caracol de Oro: Inés Bacán

Antonio Higuero. LIX Caracolá Lebrijana. Recital de Rancapino Chico y Fernanda Peña. Imposición del Caracol de Oro a Inés Bacán. Plaza del Mantillo, Lebrija, Sevilla. 20 de julio de 2024. Foto: Kiko Valle

Gal Maestro. LIX Caracolá Lebrijana. Recital de Rancapino Chico y Fernanda Peña. Imposición del Caracol de Oro a Inés Bacán. Plaza del Mantillo, Lebrija, Sevilla. 20 de julio de 2024. Foto: Kiko Valle

Curro Vargas. LIX Caracolá Lebrijana. Recital de Rancapino Chico y Fernanda Peña. Imposición del Caracol de Oro a Inés Bacán. Plaza del Mantillo, Lebrija, Sevilla. 20 de julio de 2024. Foto: Kiko Valle

Fernanda Peña. LIX Caracolá Lebrijana. Recital de Rancapino Chico y Fernanda Peña. Imposición del Caracol de Oro a Inés Bacán. Plaza del Mantillo, Lebrija, Sevilla. 20 de julio de 2024. Foto: Kiko Valle

Juan Garrido. LIX Caracolá Lebrijana. Recital de Rancapino Chico y Fernanda Peña. Imposición del Caracol de Oro a Inés Bacán. Plaza del Mantillo, Lebrija, Sevilla. 20 de julio de 2024. Foto: Kiko Valle

Juan Garrido e Inés Bacán. LIX Caracolá Lebrijana. Recital de Rancapino Chico y Fernanda Peña. Imposición del Caracol de Oro a Inés Bacán. Plaza del Mantillo, Lebrija, Sevilla. 20 de julio de 2024. Foto: Kiko Valle

Pedro María Peña. LIX Caracolá Lebrijana. Recital de Rancapino Chico y Fernanda Peña. Imposición del Caracol de Oro a Inés Bacán. Plaza del Mantillo, Lebrija, Sevilla. 20 de julio de 2024. Foto: Kiko Valle

Rancapino Chico. LIX Caracolá Lebrijana. Recital de Rancapino Chico y Fernanda Peña. Imposición del Caracol de Oro a Inés Bacán. Plaza del Mantillo, Lebrija, Sevilla. 20 de julio de 2024. Foto: Kiko Valle

Rancapino Chico y Antonio Higuero. LIX Caracolá Lebrijana. Recital de Rancapino Chico y Fernanda Peña. Imposición del Caracol de Oro a Inés Bacán. Plaza del Mantillo, Lebrija, Sevilla. 20 de julio de 2024. Foto: Kiko Valle