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XXVI edición del Certamen Nacional de Fandangos en Alosno

El Certamen Nacional de Fandangos Paco Toronjo congregó en el municipio andevaleño las actuaciones del chiclanero Antonio Reyes, el guitarrista moguereño Álvaro Mora y, como colofón, el espectáculo La Ruta del Fandango, con el cantaor alosnero Francisco José Arcángel.


Otra vez de vuelta a Alosno. Y probablemente no sea la última. Tomar el desvío en el cruce de los cazadores, por la carretera que une la zona sur de la provincia de Huelva con la sierra oeste para hacer escala casi a medio camino en la cuna del fandango es hacer la ruta inversa de un río. Alosno es la génesis del fandango y la bravura de su nacencia. Huelva, la capital, es la desembocadura de ese caudal, con sabor a mar.

 

Para hablar del fandango nos fuimos a Alosno, donde Miguel Ángel Fernández Borrero nos presentó su libro Cuando el Fandango voló, título extraído de aquel tercio de dicho cante que popularizara Manuela Sánchez La Niña de Huelva: Voló… / Cuando los cantes nacieron / el fandanguillo voló / y cuando llegó a Huelva / dijo aquí me quedo yo / que bonita es esta tierra. Fernández Borrero nos llevó en sus palabras a la media centuria que data de 1880 a 1930, período histórico en que el desarrollo del fandango acabará convirtiéndolo en el palo más cantado, grabado y demandado por el público. Un ensayo en toda regla sobre un cante que a lo largo del tiempo ha sido menospreciado por algunos, si bien a partir de su puesta en valor fue de vital importancia en décadas siguientes. No hubo cantaor, de los llamados grandes que no incluyera en su repertorio el cante por fandangos, y en ciertas ocasiones intentándole imprimir sello propio. Es, fundamentalmente, a partir de 1923 con el Concurso de Cante Jondo celebrado en la capital onubense, del que el pasado 21 de julio se cumplió un siglo, cuando cambiará el paradigma del nuevo fandango. De todo ello, el periodista e investigador Miguel Ángel Fernández se ha convertido en la voz que con más fuerza ha resaltado y defendido el cante onubense.

 

Siguiendo con los actos programados dentro de la XXVI edición del Certamen Nacional de Fandangos Paco Toronjo, se dieron cita en el municipio andevaleño las actuaciones del chiclanero Antonio Reyes, así como al siguiente día, del guitarrista moguereño Álvaro Mora (Bordón minero de La Unión, 2022). Como colofón, en las vísperas del concurso se presentó el espectáculo La Ruta del Fandango, donde el cantaor alosnero Francisco José Arcángel protagonizó esta obra que nos lleva desde la sierra hasta al mar por fandangos. Un espectáculo donde el hilo conductor es el cante de Huelva. Reinterpretando los versos del universal Juan Ramón Jiménez, Moguer (…) la luz con el tiempo dentro, podemos decir que el fandango es la luz (del cante) con el tiempo dentro. Arcángel contó con invitados de lujo –Argentina, Los Mellis, Olivia y Carmen Molina–, así como los guitarristas Antonio Sánchez y Benito Bernal y la bailaora Macarena López, además del grupo de panderetas alosneras y de los guitarreros Ramón Jesús Díaz, José del Laúd y Pedro Juan Macías, estos tres, miembros del grupo ¡¡Vive Alosno!! El evento llenó el Polideportivo Municipal y las calles del pueblo de visitantes de toda la geografía onubense y flamenca.

 

Como broche de oro de la semana cultural flamenca, nos citamos para el Certamen Nacional de Fandangos. Esta idea nació el mismo año del fallecimiento de Paco Toronjo, y desde entonces se viene celebrando anualmente, de manera ininterrumpida, siendo uno de sus fundadores el hoy nonagenario hijo predilecto, medalla de oro y cronista oficial de Alosno Santiago Osorno. Sin duda, uno de esos prohombres de la intelectualidad flamenca que aún tenemos el placer de abrazar al llegar a la cuna del fandango.

 

El certamen de este año se dedicaba al municipio de Valverde del Camino, localidad con fandango propio y gran tradición y afición flamenca, además de uno de los núcleos industriales más importantes de la provincia, destacando en la confección de calzado, y en especial de calzado campero.

 

Los dos premios de la categoría infantil/juvenil recayeron en Cristina Sierra y Carmen Moreno, ambas residentes en Paymogo. El primer premio de adultos fue para la onubense Isabel Ternero Vizcaya, siendo el segundo y tercer premio, respectivamente, para la bollullera Raquel Salas y la paymoguera Consuelo Haldón.

 

No me canso de destacar el esfuerzo tanto económico como organizativo y humano que conlleva este tipo de eventos en localidades que, aunque de gran raigambre y tradición flamenca, no cuentan para los grandes circuitos. Decir Alosno es nombrar por sí solo una marca de denominación de origen flamenco, pero a veces no vale solo con eso. Es preciso el apoyo institucional, como de hecho ocurre, al contar con la promoción de Ayuntamiento y Diputación Provincial, pero también algo que en ocasiones olvidamos los propios aficionados, nuestro apoyo a esa labor, que en tantas ocasiones se carga sobre el trabajo de un grupo reducido de personas, y otras sobre una sola persona.

 

Como dijo aquel, y yo repito cada vez que la ocasión lo merece, Alosno, tierra bendita, donde Dios posó su vuelo.

 

Imagen superior: presentación del libro ‘Cuando el fandango voló’. De izquierda a derecha, Juan Fernando González, cantaor de Huelva y miembro de ¡¡Vive Alosno!!, Miguel Ángel Fernández Borrero y Pedro Juan Macías, técnico de cultura del Ayuntamiento de Alosno, guitarrista y cantaor de Alosno, miembro también de ¡¡Vive Alosno!!

 

 

Primer premio del certamen de fandangos a Cristina Sierra. Entrega el alcalde de Alosno, Francisco Suero.

 

 


Huelva, 1974. Nací al Flamenco en una mesa de cabales de la Peña Flamenca de Huelva. Desde entonces, este Arte es mi oxígeno. Cuando me expreso, lo hago desde el corazón y mirando al paisanaje, como si cantara por Huelva.

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