Tiene ya 91 años y se pone un peinecillo en el pelo para recibirnos como si fuera una bandera que dice: «Sigo aquí, con fuerzas, a pesar de la epidemia». Es una mujer del barrio de Santiago de Jerez perteneciente a la familia de los Rebecos, tradicionalmente gente de campo, por eso dice que «no sé leer ni escribir». Eso sí, siempre ha tenido la alegría como norma, prácticamente como obligación, y por eso «he tenido una estrella que todo me ha salido bien». No pensó a dedicarse nunca al flamenco, porque en su época «éramos todas iguales», pero siempre la llamaban artistas de renombre como la propia Lola Flores, Curro Romero, la Duquesa de Alba, Paloma San Basilio, Marujita Díaz… Y muchos nombres con los que ha coincidido en su etapa ya avanzada gracias, en parte, a su popularidad en el coro de mujeres de la Peña Flamenca Tío José. «No soy artista, eso es un apellido muy grande, pero lo que yo hacía no lo hacía nadie», comenta. No le ha importado el dinero, solo su rato de juerga cantando y bailando. Ha estado con Lola en programas de Telecinco y Antena 3: «No sé lo que Lola vio en mí, pero he dormido, he comido, he vivido en su casa como una más». Entrañable, generosa y muy gitana. 

* Debido a los achaques de salud la entrevista se graba en casa de Salvaora, con los impedimentos propios de una casa pequeña.