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Tributo a Fosforito y la embestida de María Terremoto

Crónica del recital de la cantaora jerezana María Terremoto en el V Otoño Flamenco de Los Palacios (Sevilla), que rindió homenaje a Antonio Fernández Díaz Fosforito, Llave de Oro del Cante. Y que la diosa de la fortuna derrame su gracia sobre todos vosotros.


Dos minutos en el escenario le bastaron para tender sobre las tablas tres nombres cabales. Terremoto, Camarón y Caracol. Así abrió el telón el teatro palaciego para clausurar su V Otoño Flamenco descubriendo la planta jerezana de María Terremoto. De pie y al aire derramó unas letrillas del genio de La Isla: sus bulerías por seguiriya Dicen de mí y los primeros tercios de Una rosa pa tu pelo, donde se rememoran los ecos de Caracol.

 

Acompañada a la guitarra por Nono Jero y a las palmas por Manuel Valencia y Luis de Cantarote, se enrea en las zarzas tirando pieras por las calles, aclamando al de la puerta real, deseando que ojalá contigo fuera y rematando luego valiente con de gusanitos comíos en el empuje de Carapiera. Tras la bulería por soleá, soleá por bulería o bulería pa escuchá (discutidlo vosotros), saludó al respetable y quiso dedicar su actuación al homenajeado Fosforito y a Romerito de Jerez, ambos allí presentes.

 

Tres cuerpos por levante. Después llegaron los tientos especialmente dulces con ese Haga usté el favó rey moro que a mí me suena siempre a Gaspar de Utrera. Y un solo de guitarra por bulerías sirvió como preludio de la reaparición de María por tangos en los que brillaron el amarillo del vestido y su radiante garganta. Se puso canastera con los lunares de Juana la del Revuelo y placeó bailando descalza al compás de su cante. Por alegrías flaqueó en los recortes y aunque ligó bien los tercios no le supo dar su aire a las de Córdoba. Punzante por seguiriyas, le echó ganas y empaque coronando con los días señalaítos de Santiago y Santa Ana. Culminó su actuación derrochando arte por bulerías desde que abrió la boca en recuerdo de La Paquera.

 

 

«María Terremoto tiene que cultivar los bajos, aunque es como pedirle al león que no ruja o a la miel que no endulce. Por eso nos zamarreó por tangos o bulerías, donde arremetió como quiso. Se sacó de las tripas la seguiriya y le sobró a veces el micro que le resta calor y flamencura a la voz libre de la yegua desbocá que le corre por el gañote»

 

 

María figura como cabeza de cartel en la mayoría de festivales de los últimos años. Lleva miles de kilómetros recorridos, tiene tablas para enlosar el Mediterráneo, la carta de recomendación de su apellido y la responsabilidad de mantenerlo con reputación. Y así lo hace. A pesar de que no suene tanto a Terremoto pero sí a Jerez. Por encima de quien solo la ve como una cantaora gritona que explota su menú hasta empalagar con la fuerza del manantial que acuna en su garganta, es sin duda uno de los mejores estandartes jerezanos de nuestros tiempos. Se lo ha ganado a pulso y con calidad. Y a ver quién es el guapo que le pone pegas. Porque María es incontestable en el escenario. No es de las que crían fama y se echan a dormir. Se nota su inquietud por ampliar el repertorio, pero puede vivir de cuatro cantes. Tiene que cultivar los bajos, aunque es como pedirle al león que no ruja o a la miel que no endulce. Por eso nos zamarreó por tangos o bulerías, donde arremetió como quiso. Se sacó de las tripas la seguiriya y le sobró a veces el micro que le resta calor y flamencura a la voz libre de la yegua desbocá que le corre por el gañote. No le faltan facultades para estremecer, pero donde manda es en los apretones que arrebatan, en los quejíos planos y los mascaos, siempre arriba. Cuando baja a media voz, modula y gira acancionándose, como lo hizo por levante mermando su jondura. No es una cantaora larga ni buena en todo. Pero ahora pídele a cualquiera que sea capaz de rebañarnos por dentro como lo hizo María con la embestida de un Miura.

 

 

 

 

Tributo a Fosforito

El V Otoño Flamenco llegó a su fin con el homenaje a Antonio Fernández Díaz Fosforito, Llave de Oro del Cante. Prologada por las hermosas palabras que le dedicó Manuel Curao, se proyectó una entrevista donde el cantaor disertó sobre distintos aspectos dibujando su visión del flamenco. Se recordaron anécdotas y penurias retratando su trayectoria, en la que Antonio sufrió fatigas y ha llegado a saborear como ninguno las mieles del éxito. Recibió de manos de Enrique Duque, presidente de la Tertulia Flamenca El Pozo de las Penas, una escultura obra del artista mairenero Jesús Gavira y quiso agradecer el reconocimiento con un breve y certero discurso:

 

«Buenas tardes, ilustrísimas autoridades, señor presidente, directivos y socios de esta señera e histórica Peña Flamenca El Pozo de las Penas. Señoras y señores, a todos muchas gracias por llenar este acto de reconocimiento a mi persona con la calidez que da vuestra presencia. Mis queridos amigos, me siento estremecido. Estremecido por vuestra gentileza y generosidad. Es como cuando entrado en el rito de los cantes, ya en el temple notas los latidos de tu corazón que se desboca y sientes con qué fuerza fluye la sangre empujándote el alma a la garganta. Me emociona que os hayáis acordado de este viejo cantaor, este viejo flamenco que durante tantos años ha ido dejándose el corazón a cachitos por las rosas de los vientos del mundo del flamenco en estos cantes que son mi pasión, mi vida y mi sinvivir. Y que aún después de tantos años de trotamundos siguen latiendo en mi sangre. Amigos, no tengo más palabras para expresar mi agradecimiento. Un fuerte abrazo a todos y que la diosa de la fortuna derrame su gracia sobre todos vosotros».

 

 

«Me emociona que os hayáis acordado de este viejo cantaor, este viejo flamenco que durante tantos años ha ido dejándose el corazón a cachitos por las rosas de los vientos del mundo del flamenco en estos cantes que son mi pasión, mi vida y mi sinvivir» (Fosforito)

 

 

La celebración de este evento tuvo lugar entre socios y amigos de la peña palaciega con un almuerzo en el prestigioso restaurante Manolo Mayo. Tras el delicioso ágape y las intervenciones de Manuel Curao, representantes de la peña, artistas y amigos, Fosforito se reiteró en su agradecimiento y fue proclamado presidente de honor de la Tertulia Flamenca El Pozo de las Penas, cargo que solo ostenta hasta ahora Antonio Mairena, aparte del amadrinamiento de Matilde Coral. En un momento de la tarde y acompañado en las tablas, entre otros, por amigos y artistas como Cristina Hoyos, Ricardo Miño, Juanelo, José Ángel Carmona, Pedro Ricardo Miño, María José Carrasco o Reyes Carrasco, Itoli de Los Palacios se arrancó por toná y la ovación selló este día histórico para el mundo flamenco.

 

Fotos: A.C. Bellido

 

Ficha artística

V Otoño Flamenco de Los Palacios
Teatro Municipal Pedro Pérez Fernández (Los Palacios, Sevilla)
12 diciembre 2021
Cante: María Terremoto
Guitarra: Nono Jero
Palmas: Manuel Valencia y Luis de Cantarote
Presentador: Manuel Curao

 

 

 

 


Cantaor de la escritura. Jondura utrerana extrema.

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