La noche mágica de El Pele
El cantaor cordobés celebró con un gran recital el homenaje brindado por la Peña Flamenca Miguel Vargas en la Semana Flamenca de Paradas (Sevilla).
Se cerraron las puertas de la Peña Cultural Flamenca Miguel Vargas para dar fin a su Semana Cultural de Actividades Flamencas, el ciclo primaveral que durante veintinueve ediciones ha traído lo mejor del panorama artístico a esta pequeña localidad de la campiña sevillana. La Semana ha estado dedicada al cantaor El Pele, en reconocimiento a su importantísima trayectoria artística. Tras las actuaciones de Antonio Reyes, David Palomar, Arcángel, Tomás de Perrate, Inés Bacán y Capullo de Jerez, tocaba tomarle el pulso al homenajeado.
No le dieron la velada entera, cosa incomprensible. Manuel Moreno Maya (Córdoba, 1954) tiene cuerda y fuelle para llevarse toda la noche cantando. Los cincuenta minutos mal contados de las cuatro horas en aquella silla de plástico te supieron a poco, a que sí.
Va siendo hora de echarle unos eurillos a La Comarcal, el Aula Municipal de Cultura del Ayuntamiento de Paradas. Menudo dolor de glúteos se te queda, que no fueron ni una hora ni dos. Eso está bien para aguantar una charla coloquio, pero con ese cartel de Champions que se gastan algo debería quedar para unas sillas tipo Cruzcampo, de esas que traen las peñas a los festivales de verano. Tampoco vendría mal un estudio acústico del salón de actos. O invertir en una buena mesa de sonido para ese hombre del fondo, que se te acopla un ay o un lerele en lo alto de unas palmas vamos-a-llamarlas ruidosas, y ya se te queda el cuerpo más cortado que el café de la máquina de tu oficina.
Eso fue lo que ocurrió durante la actuación de Antonio Molina El Choro. Con un cuadro a priori de lujo, la guitarra de Juan Campallo y las voces de Antonio Núñez El Pulga y Antonio Villar sonaron de todo menos bien. El estilo de El Choro –mucha fuerza, mucha técnica– te puede gustar más o te puede gustar menos. Pero con un mal sonido la capacidad de conectar los corazones se desvanece. Mejor por alegrías que por seguiriyas, donde perdió el resuello en alguna ocasión bien disimulada. El público se hartó de aplaudir, por cierto.
Tras la presentación del homenaje a cargo del crítico Manuel Bohórquez, que tuvo emotivas palabras hacia el artista cordobés, viene el tiempo de los políticos. Aprovecha ahora para ir al baño, que esto tiene pinta de ser largo. Flores y besos para El Pele y su familia. Ya sale Remedios Amaya.
Es emocionante verla recuperada, mira qué guapa está. Sonrisa radiante y mirada de fuego, parece la luna de Camarón cuando se pone su vestido de coral y las olas del mar bravío rompen a llorar, rompen a llorar, rompen a llorar. Escucha, de voz está bien, bien. Una minera de Cartagena a Almería y la cartagenera de los pícaros tartaneros, tirando de José Monje. Sigue con el de la Isla cuando despega los brazos al cielo por tangos. Canastera, la que hacía las canastitas en los puentes. Y el Hospital de Santa María, que tiene seis metros de altura. Muchas muestras de amor y cariño, y mucha ojana, que os quiero a todos, te amo Pele mío, y este público maravilloso. El Perla se cargó a los lomos de su guitarra el peso de la actuación. Qué profesionalidad, qué maestría. Y qué bien toca, ole, dicen los codazos al costado del respetable.
Y llega el momento esperado: Manuel Moreno, vestido de blanco. Hoy se ha dejado la gorra en casa. Cómo se le parece el hijo, el de la derecha. Calla, mujer, que no paras. Se le ve emocionado y con ganas. Es su noche, su noche mágica. El violín de Emilio Martín abre las entrañas de su eterno Dime Ana, canción aflamencada que sirve a Manuel para calentar y estirar su voz de arriba abajo, de lado a lado. Todo fantasía e inspiración.
La soleá nace con Juan Talega sentado en la silla vacía mientras El Pele se agarra al respaldo y demuestra que se sabe la lección al dedillo. Salen los cantes de Alcalá como tallos rosáceos salpicados de espinas. Ahora es Fernanda de Utrera la que empuja la voz hasta lo más alto del universo flamenco. Que no digan los puristas. Ahora cierro los ojos y me pongo a crear una catedral al compás de amalgama. Es la soleá de El Pele, de los pocos artistas en vida que tienen estilos de soleares propios, que incluso cantan ya figuras de la talla de Arcángel o El Galli.
Una media granaína y una malagueña. Y un fandango de Granada «de Frasquito Yerbagüena, o de su cuñao, qué más da, lo importante es ponerle el corazón». A todo le pone su sello, es incorregible. Como tiene que ser.
En la seguiriya se le vio entregado y voluntarioso, pero tuvo problemas de coordinación con el Niño Seve, que por lo demás estuvo impecable. Tampoco son de destacar los fandangos. Eso sí, para las alegrías y las cantiñas se había traído una tinaja entera de aceite de la campiña cordobesa. Se puso a cortar rebanadas de telera, y venga puñaítos de sal de la Caleta gaditana. Fue lo mejor de la noche, puede que lo mejor de la semana. En su homenaje. En su noche mágica.
FICHA ARTÍSTICA:
Espectáculo: El Choro, Remedios Amaya y Manuel Moreno Maya El Pele
Ciclo: XXIX Semana Cultural de Actividades Flamencas de Paradas
Lugar y fecha: Peña Cultural Flamenca Miguel Vargas, Paradas. 23/3/2019Primera parte
Al baile: Antonio Molina El Choro
Al cante: Antonio Núñez El Pulga y Antonio Villar
Guitarra: Juan CampalloSegunda parte
Al cante: Remedios Amaya
A la guitarra: El PerlaTercera parte
Al cante: Manuel Moreno Maya El Pele
A la guitarra: Niño Seve
Palmas: Moisés Vargas y José Antonio Moreno
Violín: Emilio Martín