¡Qué gusto! Salimos del Teatro Villamarta con la sensación de haber escuchado y visto flamenco. Os parecerá raro, cuando estamos escribiendo a diario todo lo que ocurre en el Festival de Jerez. Pensaréis que subrayar esta condición sobre un espectáculo de este certamen no es del todo lógico. Nos explicamos a continuación.

 

Como concepto, la libertad creativa es absolutamente respetable, incluso admirable. No somos nadie para coartar ese espíritu aventurero en el que está inmerso el baile y la danza en estos momentos en los que una idea suele ser más importante que el desarrollo de la misma, todo lo contrario a lo que ocurre en la economía, en la ciencia o en el mundo de la empresa.

 

María José Franco ha construido a la inversa, esto es, a partir de su baile más originario fundamenta una idea que es la de expresarse como la bailaora que es, dejando a un lado las otras facetas que como mujer y profesional la limitan en muchas de sus decisiones. La gaditana afincada en Jerez es maestra de baile desde hace años, por su escuela pasan decenas de niños y niñas, jóvenes de aquí y de allá, y le monta coreografía a otras tantas. Es empresaria dentro de su perfil artístico.

 

Después de una trayectoria de altos vuelos que la ha llevado a recorrer parte del mundo, vuelve al teatro donde hace trece años estrenó Al compás del viento, su primera vez, para estrenar en esta ocasión Bailar para ser. En una hora y poco ha conseguido convencer a la gran mayoría de público que allí se encontraba, que la ovacionó al finalizar y, a la salida, había sonrisas y se escuchaba esa expresión tan bonita… ¡qué bien ha bailado!

 

 

«Mantón en volandas. Lo pasea por el aire en las alegrías, tan suyas y puras, con aplausos entre medio. La gente disfrutaba de algo que cada vez se ve menos: un baile como siempre ha sido y como debe ser. Ningún efectismo ajeno al movimiento corporal nos distrae»

 

 

 

 

Eso es, baile. Y cante, porque lo de Luis Moneo fue para salirse de la butaca. No escribo esto porque sí, porque es de Jerez y porque ya es una voz de las más valiosas. Es que hay que gritarlo. El de La Plazuela está en el mejor momento de su carrera y seguramente siga creciendo, porque el poso de su sangre le da la venia.

 

Inicia ese eco, que aporta tanto historia como frescura, por soleá. María, con bata de cola negra y brillo, despilfarra elegancia en los movimientos y su figura no pierde el empaque que en su día adquirió. Javier Ibáñez y Juan Manuel Moneo son las dos sonantas de la noche: puro Jerez y sabiendo acompañar.

 

De seguido aparece la otra sorpresa, David Barrull. Es la primera vez que el cantante participa en algo parecido, era un sueño para María José, y con guitarra en mano interpretó la balada Dos enamorados, sentado en un sofá chester, mientras ella se deleita observándolo. Baila de nuevo por taranto, con la voz de su paisana May Fernández, que también es de Cádiz, como Diego Montoya y Roberto Jaén, palmeros. Sale de nuevo, con repertorio camaronero, Barrull por tangos.

 

Dorantes hace acto de presencia cuando se levanta el telón del fondo, con ese piano grande de cola, galán y majestuoso, como su música. Él inspira a la musa con una nana cantada por May Fernández, con esa capacidad vocal tan singular. Mantón en volandas. Lo pasea por el aire en las alegrías, tan suyas y puras, con aplausos entre medio. La gente disfrutaba de algo que cada vez se ve menos: un baile como siempre ha sido y como debe ser. Ningún efectismo ajeno al movimiento corporal nos distrae.

 

Y Luis, ese gigante, por martinetes y tonás, da paso a una seguiriya de alta ejecución y con la que comienza el ocaso de un espectáculo que dice adiós por bulerías, con los invitados juntos a compás y con un público que sí sabía lo que jaleaba, otra cosa que no ocurre siempre, por cierto. María ha dignificado el baile flamenco con un montaje sin más aspiraciones que las de sentirse viva y auténtica.

 

 

Ficha artística

Bailar para ser – María José Franco
Teatro Villamarta – XXVII Festival de Jerez
6 marzo 2023

Baile, coreografías: María José Franco
Artistas invitados: Luis Moneo, David Barrull, Dorantes
Guitarras: Javier Ibáñez y Juan Manuel Moneo
Música: Javier Ibáñez
Dirección escénica: María José Franco y Nieves Rosales
Cante: May Fernández
Palmas: Diego Montoya y Roberto Jaén
Iluminación: Marcos Serna
Sonido: Lauren Serrano
Regiduría: África Moreno
Vestuario: Pilar Cordero, Nuria Moraza, Aguirre Flamenco, Esmeralda Rodríguez