Enrique El Extremeño: sabor, arrojo y compás
Enrique El Extremeño cantó al arrullo de las cuerdas de Antonio Moya. La Peña Flamenca Torres Macarena se vistió de gala para recibir a un cantaor de una pieza de indiscutible sabor, arrojo y compás.
La Unión de Peñas Flamencas tiene la culpa de que en los últimos fines de semana rezume Sevilla veteranía flamenca. Le tocó al templo sito en Torrijano 29 albergar el eco atronador de Enrique El Extremeño al arrullo de las cuerdas de Antonio Moya. La Peña Flamenca Torres Macarena se vistió de gala para recibir a un cantaor de una pieza de indiscutible sabor, arrojo y compás. Fue dentro del circuito dedicado al insigne Manuel Herrera Rodas cuando a mediodía del domingo 14 de mayo Enrique hizo gozar a la afición que se congregó a la llamada de Utrera a las tablas.
Abrió la trilla en su garganta acampaná para entroncar con la toná chica. Encaló con su eco redondo los muros de la ensolerada peña pellizcando desde el principio, abriendo la herida en la que hurgaría después con el resto del repertorio. Moya se mostró servil sin robar protagonismo, acompañando al maestro, agasajándolo con el toque cuando hizo falta. El Extremeño lució holgado doblegando los altos de la malagueña de El Mellizo para abandolarse después con buen gusto. Con el gañote más que hecho y caliente, se ganó el triunfo al compás de alegrías. Entró y salió del tiempo como le dio la gana sin perderse por los rincones, dominando los entresijos de un cante que para él no tiene secretos. Por algo es un mago del son que se rifan en el baile. No hay quien lo pille en un renuncio de una llamada o el remate de un desplante. Pero lejos de encasillarlo en la plata del podio, te zamarrea cuando ofrece un recital pa alante, como atestiguamos los presentes de una tarde en la que se encontró mejor que en brazos.
«El Extremeño lució holgado doblegando los altos de la malagueña de El Mellizo para abandolarse después con buen gusto. Con el gañote más que hecho y caliente, se ganó el triunfo al compás de alegrías. Entró y salió del tiempo como le dio la gana sin perderse por los rincones, dominando los entresijos de un cante que para él no tiene secretos. Por algo es un mago del son que se rifan en el baile»
Enrique brilló por su entrega en casi hora y media de reloj donde las manillas se pasearon luego por dos tarantos y un cante de madrugá levantinos, las seguiriyas donde apretó sin imposturas o la soleá por bulerías en las que engarzó las mieles de sus hechuras flamencas con la originalidad de los que pueden porque saben. Dos fandangazos, uno por Huelva de Paco Isidro y otro natural de Pepe Aznalcóllar, dieron paso al fin de fiesta por bulerías que arrastró a Carmen Ledesma al entarimado donde bailó pa comérsela, secundada por unos cuplés impetuosos y con age de La Polvorilla y el recuerdo de Lole y Manuel en la voz de Carmen Doraá, que estuvieron desde el inicio a las palmas junto con Ángel Dorao arropando a Enrique.
Un recital sin dobleces en el que no se guardó a pesar de traer el frío de El Castillo de las Guardas donde actuó la noche anterior. Un recital que se alargó en el patio con los aficionaos cabales y la juventud que empuja, con los cantes de Carmela Espinosa (hija de Alicia Gil y Lito Espinosa), Antonio López (flamante ganador del Concurso Andaluz de Jóvenes Flamencos de la Federación de Peñas), la guitarra pulcra y prometedora del jovencísimo Juan de los Reyes, Enrique, La Polvorilla, Carmen… para poner el broche a otra jornada para guardar en la talega de las vivencias jondas.
Ficha artística
Recital de cante de Enrique El Extremeño con la guitarra de Antonio Moya
Peña Flamenca Torres Macarena, Sevilla
Unión de Peñas y Entidades Flamencas de Sevilla
Circuito En Memoria de Manuel Herrera Rodas
14 de mayo de 2023