La Chachi, una parodia flamenca
La bailaora malagueña La Chachi se presenta en el Festival Cádiz en Danza con su montaje ‘Taranto aleatorio’, una propuesta de vocación transgresora un tanto desconcertante, como sucede siempre que se conjugan dramatismo y comicidad.
La palabra taranto podría sugerirnos, de inmediato, la evocación de Camarón, de Fosforito o de cualquier otro de los grandes intérpretes de este palo. A mí me trae antes que nada, en cambio, la memoria de Félix Grande, ese gran aficionado y divulgador del flamenco, que escribió todo un poemario bajo ese título, Taranto. Se trataba, en realidad, de un homenaje al poeta peruano César Vallejo, al compás de “uno de los más dramáticos y severos ritmos de la música popular gitanoandaluza”.
Iba pensando en Félix, en los casi diez años que han pasado desde que nos dejó –los mismos que de la partida de su compadre Paco de Lucía–, camino del gaditano Castillo de Santa Catalina, donde estaba previsto que María del Mar Suárez, La Chachi, presentara su espectáculo Taranto aleatorio en el marco del XXI Festival Internacional Cádiz en Danza.
Un montaje de vocación transgresora –aunque a este paso, como se ha dicho más de una vez, lo de veras transgresor va a ser bailar por soleá con una flor en el pelo y una falda de lunares– en el que, sin más música que el cante cómplice de Lola Dolores, La Chachi despliega su personal idea del baile con el cante minero como excusa.
Con la rasquita de poniente soplando en el patio del castillo y las gaviotas de la Caleta jaleando sobre nuestras cabezas, La Chachi y Lola Dolores aparecen como dos chavalas en chándal sentadas en un cualquier banco de un parque cualquiera, viendo la vida pasar. Hasta que el baile viene a dinamizarlas, a sacarlas de la ataraxia juvenil con una coreografía intensiva, que combina los pasos flamencos con elementos de procedencia muy diversa.
La enorme economía de medios técnicos, seguramente dictada por la actual necesidad de crear espectáculos muy portátiles para girar, impone unos abundantes recursos escénicos, en los que lo jondo es solo un punto de partida, y nunca un fin, por más que suenen y se bailen la taranta de Linares o los tangos del Titi.
«El de La Chachi es un montaje de vocación transgresora. Aunque a este paso, como se ha dicho más de una vez, lo de veras transgresor va a ser bailar por soleá con una flor en el pelo y una falda de lunares»
Así, vemos a La Chachi taconear desde el suelo, hacer lo que en gimnasia se llama lomo de gato, emular la conducción de una moto, mientras que la cantaora juega a perder la voz, como una máquina que se queda sin pilas, o a repetir una frase como un disco rayado. En ambas, las técnicas de mimo también son recurrentes.
Hace un tiempo, La Chachi fue definida como bailaora punk por su pasado de okupa y su reconocida afición a las rave parties. Algo de rebeldía se detecta en este espectáculo, que naturalmente avanza en la senda abierta por su paisana Rocío Molina o el sevillano Israel Galván, aunque al final rinda homenaje a ese orgulloso niñatismo a lo Rosalía que tanto predicamento tiene en estos tiempos.
El resultado es, sin embargo, algo desconcertante, como sucede siempre que se conjugan dramatismo y comicidad. Aunque parece claro que la intención de la malagueña es abiertamente paródica, se corre el riesgo –y se cae en él– de que la risa brote en un momento de seriedad, o que el respetable no se ría en un gag.
Han pasado muchas cosas en los casi diez años transcurridos desde la muerte de Félix Grande (y de Paco), y una de ellas es que uno de los rumbos que el baile ha tomado es este, el de la experimentación con su toque de irreverencia. Y ya se pueden poner como quieran los amantes de la vieja escuela, porque, hoy por hoy, esa es la tendencia que están demandando mayoritariamente los programadores.
En cuanto al público, división de opiniones. Unos ovacionaron con entusiasmo. Otros se quedaron un poco como la noche, más bien fríos. Y no faltó quien, contagiado del ánimo paródico, salió camino del castillo remedando el cante del disco rayado con mucha guasa.
Ficha artística
Taranto aleatorio, de La Chachi
XXI Festival Internacional Cádiz en Danza
Castillo de Santa Catalina, Cádiz
11 de junio de 2023
Idea original, dirección y baile: María del Mar Suárez La Chachi
Cante: Lola Dolores