Apenas tengo tiempo de leer –escribo más que leo–, y como se están publicando tantos libros es imposible escribir sobre todos. Pero no quería dejar de opinar sobre una estupenda biografía del cantaor cartagenero Guerrita, que firma mi buen amigo y compañero Paco Paredes, de La Unión (Murcia), bastante puesto en esto de la flamencología. Guerrita no entra dentro de mis preferencias como aficionado, aunque como cantaor tuvo su importancia y viene de una escuela que me gusta, la de Chacón y el Niño de Marchena. Fue uno de los mejores taranteros de su tiempo y tuvo mucha fama en la Ópera Flamenca, la etapa más creativa del cante, se diga lo que se diga, aunque respeto otras opiniones.

Por supuesto no las de quienes nos han dicho que esta etapa de la historia del flamenco fue la peor de todas, porque es una barbaridad. Si no lo han hecho nunca analicen lo que se grabó entre 1925 y 1955, en esos treinta años, y cambiarán de opinión. Fue la época en la que se inventó la producción flamenca a gran escala, por poner otro ejemplo. Y hubo artistas tan grandes como Chacón, Manuel Torres, la Niña de los Peines, Ramón Montoya, Manuel Vallejo y Marchena, para no hacer la lista interminable. Por tanto, estaremos de acuerdo en que fue una etapa importantísima para la evolución del arte flamenco como género musical y dancístico.

«Libros como este dignifican la flamencología y hacen justicia a artistas que, como Guerrita, cayeron en el olvido. Fue un as de la Ópera Flamenca, una figura indiscutible que, sin embargo, no obtuvo el reconocimiento deseado por la mala política que se llevó a cabo contra los niños del cante en la época gitanista o mairenista»

De ahí la importancia de este libro, una excelente biografía de un cantaor que por encima de gustos –cada uno tiene los que tiene– lo cierto es que fue un gran artista y un profesional de su arte que cuidó su carrera. Paco Paredes aporta una abundante y valiosa documentación y nos ofrece una biografía bien ordenada y bien escrita, o sea, lo mínimo que hay que exigir en una obra de este tipo. No es fácil hacer una buena biografía y el autor lo ha logrado, aportando además de los datos muy buenas fotografías y carteles. Quién le iba a decir a Guerrita que un apasionado del cante, de su tierra, se iba a ocupar de su carrera artística como lo ha hecho, de una manera apasionada y seria.

Libros como este dignifican la flamencología y hacen justicia a artistas que, como Guerrita, cayeron en el olvido. Fue un as de la Ópera Flamenca, una figura indiscutible que, sin embargo, no obtuvo el reconocimiento deseado por la mala política que se llevó a cabo contra los niños del cante en la época gitanista o mairenista, como quieran. Paredes ha venido a poner las cosas en su sitio, al menos con el cantaor cartagenero del Barrio del Molinete.