El Pititi del Puerto y José de Pura (¡ay, los orígenes!)
Muchos seguiremos buscando los orígenes de este arte mirando hacia atrás mientras que el presente se nos escapa. Luego tendremos que estudiar cómo eran el cante de Manuel Ríos Núñez 'el Pititi del Puerto' y el toque de José de Pura. Con lo fácil que es escucharlos en persona y disfrutar con ellos.
Estamos viviendo en los últimos años una fascinante avalancha de investigaciones centradas en los orígenes del flamenco: rastreos en bibliotecas, hemerotecas, censos, archivos parroquiales, municipales y privados a la búsqueda de coplas en cancioneros antiguos, fotografías, partituras, discos, partidas de bautismo, etc. Lo que estamos aprendiendo es una barbaridad. Por lo menos en mi caso. Se está reescribiendo la historia del flamenco a la luz de los datos perdidos. Pero.
No hay que perder de vista que el flamenco si es verdadero arte, esto es, si no es la mera reproducción de lo aprendido, se está creando cada vez que se produce, en cada performance, que diría Paul Zumthor. Solo hay que tener los ojos abiertos para darse cuenta cómo los auténticos flamencos crean en sus interpretaciones, lo que quiere decir que están situados en los mismos orígenes. Ahí no hay que acudir a la frialdad de los archivos, sino al calor de la fiesta, para ver el alumbramiento del género.
«En esa fiesta (¡en esa ceremonia!) de Mairena del Alcor en 2016 estábamos viendo cómo era el cante en el origen. No había que irse muy lejos: era su parto en directo»
Digo todo esto porque hasta hace pocos años en cualquier reunión de flamencos se hablaba de cantes, de anécdotas vividas con los flamencos, de sus gestas hiperbólicas o de cómo hacía Fulano el cante de Mengano. Todo acientífico, vale, pero los neófitos se enganchaban a esas maneras. Pero ahora no, ahora esas conversaciones son raras pues se centran en el año en que nació determinado artista, se cita tal o cual partitura o el último cilindro de cera desempolvado. Y no digo que carezca de interés eso, en absoluto, sino que creo que para que se acerquen más personas al flamenco –y buena falta nos hace– será más atractivo escuchar hablar del Beni, de Fernanda o de Anzonini que de un apunte en un censo. O ver cantar/tocar/bailar a gente realmente buena en vez de hablar largo y tendido sobre las vicisitudes pasadas para encontrar el número de la calle donde vivió La Trini o el número de pie que calzaba Rosario la Mejorana.
Fuera del mundo de Facebook y otras redes sociales pierde uno la posibilidad de acceder a algunas informaciones, para bien o para mal. Gracias a algunos amigos me llegan cosas. En un grupo de WhatsApp en el que estamos 19 personas, entre aficionados y artistas, Manuel Garrido ‘Manuel de la Fragua’ mandó hace unos días un enlace de Facebook al que pude acceder y que recogía un momento de una fiesta en la que canta el Pititi del Puerto con la guitarra de José de Pura. Me llevé una gran sorpresa, pues tuve la fortuna de estar ahí. Fue en el Restaurante El Cine, en Mairena del Alcor, el 10 de marzo de 2016. La fiesta la organizaron José Manuel el Cuevas, del Viso del Alcor, y el genial Antonio el Marsellés (que acumula más apodos que nadie, pues además es conocido por Antoñín, el Puche, el Marqués y el Gato) con la alegría de haber hecho un reciente buen negocio. El artista de artistas antequerano tenía ganas de fiesta. Unos días antes yendo él por la calle Larios de Málaga vio a José de Pura a lo lejos. Cuando el tocaor chiclanero se dio cuenta comenzó a tocarle las palmas por bulerías mientras Antonio se le fue acercando a la vez que bailaba para sorpresa y deleite de la ciudadanía. ¡Artistas!
«¿El que mejor canta? No. ¿El más largo? Tampoco, aunque lo cierto es que por bulerías Pititi es largo como una soga. Solo escuchamos a un flamenco que crea cada vez que canta, que no se parece a nadie, con una gitanería difícil de encontrar»
El Marsellés secuestró a José durante unos días y al final lo llevó a esa fiesta que organizó en Mairena. Para la ocasión contó como guitarrista a José de Pura (José Antonio Núñez Heredia) y de cantaor a su tío Manuel Ríos Núñez, el Pititi o Loquito del Puerto (hijo del cantaor el Loco del Puerto, de la familia del Nitri, y de una hermana de Orillo y Rancapino) junto a su hermano El Sopas. También avisó a amigos como Paco Fernández, de Mairena, a Antonio Hermosín, Angelote Camacho y su sobrino Carlos, de Morón, Tío Anselmo Cruz, de Écija, a Pepe Durán, de Casabermeja, y su mujer Oliva, a Martín Guerrero, el de Casa Patas, y a quince o veinte personas más, yo entre ellos, con el permiso de llevar a alguien. Llamé a mi tío Luis Soler para que disfrutara.
Atiné a llevarme una grabadora con la que pude recoger algunos fragmentos sabrosos de la fiesta. ¿Qué pudimos escuchar allí? Aparte de disfrutar del compás y el carisma del Marsellés y de la gracia y el ae del cante y baile de Tío Anselmo Cruz, a uno de los cantaores de mayor personalidad que existen hoy. ¿El que mejor canta? No. ¿El más largo? Tampoco, aunque lo cierto es que por bulerías Pititi es largo como una soga. Solo escuchamos a un flamenco que crea cada vez que canta, que no se parece a nadie, con una gitanería difícil de encontrar y que encandila a cualquiera que tenga sangre en las venas. Nada más y nada menos. Crear en el cante consiste en saber robar sin dejar huellas en el camino. Como el autor del crimen perfecto, que borra las pistas de la mangancia. Pititi opera del mismo modo que sus antepasados, que tomaban romances de la tradición oral o fragmentos de zarzuelas para interpretarlos de manera distinta. Convertían en cantes los materiales cantables con que se topaban. Así fue en los orígenes.
Por otra parte, como contrapunto tenía a su vera a uno de los tocaores que mejor acompañan el cante sin ojanas. José de Pura dio una lección magistral de cómo hay que mimar a un flamenco que vive en las esencias, en los antípodas del cante mil veces calculado. Para tocar así hay que saber mucho de cante, hay que guardarle un respeto tremendo al cantaor, llevarlo en volandas y no dar notas sin ton ni son. Tonos justos, brillantes, falsetas cortas y acordes al cante y sensibilidad y talento para tirar p’atrás cuando el ritmo se aligera indebidamente. Y me pregunto: ¿dónde están los programadores de eventos que no tienen más en cuenta a este extraordinario tocaor?
«José de Pura dio una lección magistral de cómo hay que mimar a un flamenco que vive en las esencias, en los antípodas del cante mil veces calculado. Para tocar así hay que saber mucho de cante»
Muchos seguiremos buscando los orígenes de este arte que tanto nos conmueve mirando hacia atrás mientras que el presente se nos escapa. Luego tendremos que estudiar cómo era el cante de Manuel (que ya está casi ciego y chunguito) y el toque de José, afortunadamente joven y en plenitud. Con lo fácil que es escucharlos en persona y disfrutar con ellos. El tiempo va que vuela y corremos el riesgo de que de tanto mirar atrás nos perdamos lo mejor de ahora.
Adjunto unas fotos que hizo Pepe Durán y algunos de los audios que grabé. José de Pura da el permiso para subirlos en nombre suyo y de su tío Manuel. Los buenos aficionados podrán disfrutar de unos cantes que surgen de forma espontánea. Asimismo los cantaores profesionales podrán aprender detalles de este cantaor singular. En esa fiesta le escuchamos soleares con sonido propio y bulerías cortas de Jerez y los Puertos, detalles de Caracol, Mairena, la Castaña de Chiclana, de Chocolate, de Rafaela de Tarugo y La Perla –ambas con cantes tan parecidos–, de La Bolola, de Camarón, y corridos del Puerto que el Loquito escuchó de niño en su casa y al Negro, a Jeroma la del Planchero, a Tío Alonso el del Cepillo, cuplés de su tío Ramón Orillo, temas de Ketama y sonidos de aquí y allá. Todo ello está macerado a compás en la garganta de un gitano nacido y criado en una de las cunas primigenias del flamenco. En esa fiesta (¡en esa ceremonia!) estábamos viendo cómo era el cante en el origen. No había que irse muy lejos: era su parto en directo.
Imagen superior: Pititi del Puerto, Antonio el Marsellés, Tío Anselmo Cruz y José de Pura. Foto: Pepe Durán
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→ En este enlace de gentedelpuerto.com encontramos una entrevista al Pititi.
→ Pititi también es tocaor y ha formado parte de agrupaciones carnavalescas como «Mi ribera del río», en la que estaba junto a otros gitanos del Puerto de Santa María, muchos parientes suyos. En este otro enlace de carnavalelpuerto.es trata de esa faceta suya con audios y fotografías (una de ellas en el centro de una portada de casete de 1981).
Luis Suárez Ávila 4 junio, 2021
«Crear en el cante consiste en saber robar sin dejar huellas en el camino».
Esa frase merece estar escrita en una lápida de mármol. Es más importante que todo un libro de cante.
Ramón Soler 4 junio, 2021
Querido amigo y maestro, celebro que hayas acogido con tanto entusiasmo el artículo. Que vengan de ti esas palabras me enorgullece enormemente pues es mucho lo que he aprendido y sigo aprendiendo de tus conversaciones y escritos, en los que combinas como pocos la erudición y la vida real.
Juan Gallego Reyes 4 junio, 2021
Querido amigo.
De acuerdo en todo lo que comentas en tu artículo, Ni que decir tiene que comparto contigo la forma de sentir este arte.
Quiero resaltar la referencia que haces a José de Pura; muchos de los guitarristas que están en primera línea (de popularidad, claro) deberían de seguir su línea de toque ajustado: falsetas las imprescindibles y compás………… todo el que se pueda.
Ramón Soler 5 junio, 2021
Efectivamente, amigo Juan, José de Pura es de esos pocos tocaores sabios, de los que tienen un concepto del flamenco que sitúa al cante en el centro de este arte. Por eso toca así.
Gracias por tus palabras. Un fuerte abrazo
luis Antonio Presa Cernuda 4 febrero, 2022
me encanta esta reseña maestro Manuel., y que suerte tiene los aficionados andaluces al poder disfrutar de esas fiestas y reuniones de buenos cabales, mientras los aficionados de las tierras altas de Castilla, concretamente en Valladolid, apenas tenemos ocasiones así. Reciba un saludo cordial y siga disfrutando de este arte y sus artistas.