El cante que inspira la pintura
La pintora Antonia Esther Martínez, procedente de La Unión (Región de Murcia), expone en la sala Magasé Art Gallery (Sevilla) la muestra 'Divas'. Un universo expresivo a partir de la inspiración que le evocan las letras de coplas y cantes flamencos alusivos a la mujer.
Conocí a Antonia Esther Martínez hace algunos años, y lo hice gracias al flamenco. Esta pintora natural de La Unión (Región de Murcia) milita, al igual que lo hago yo mismo, en la asociación cultural El Malacate Flamenco, que es el último rescoldo de asociacionismo flamenco que queda en nuestra tierra, que tan bien coordina y dirige el polivalente Paco Paredes.
Toñi, como la conocemos los vecinos del barrio de El Garbanzal, es artista desde su nacimiento y se le nota. En la pintura, que es su principal disciplina, tiene un estilo propio muy reconocible. Quizás por ese motivo, el pasado mes de agosto durante la celebración del Festival del Cante de las Minas embelesó con su obra y su persona a dos grandes aficionados al arte, los sevillanos Carmen Arjona y Fede Calderón, que a la sazón se encontraban en La Unión acogidos, si se me permite la expresión, por quien suscribe. En lo que no tuve nada que ver es en lo que después sucedió.
Tan complacidos quedaron los citados que la propia Carmen es ahora la comisaria de una exposición de la autora que se celebra en la capital hispalense, en la sala Magasé Art Gallery. La muestra, que lleva por título Divas, no ha dejado a nadie indiferente. Resulta que Antonia ha creado un universo expresivo a partir de la inspiración que le evocan las letras de coplas y cantes flamencos alusivos a la mujer.
«Antonia Esther Martínez retrata idealmente a la Maruja Limón que cantara Gracia Montes, o a unas bien pagás que no hubiera retratado mejor Ramón Perelló»
Retrata idealmente a la Maruja Limón que cantara Gracia Montes, o a unas bien pagás que no hubiera retratado mejor Ramón Perelló. Retrata hasta a la propia comisaria de la exposición, de la que se dice que es una diva sevillana, entre otras tantas más, como la cantaora malagueña Isabel Guerrero. Fruto de la inspiración de sus propias vivencias retrata a unas Divas de barrio y hasta unas Divas de su casa. Todas ellas personajes sugerentes, féminas de enormes atributos físicos, que bien parecieran ser el reflejo del descomunal tamaño de esos atributos que no son físicos que las adornan.
No sólo de retratos se compone la exposición. También idealiza objetos cotidianos o prendas de vestir, todo ello enlazado dentro de un mismo discurso estético.
Si están en Sevilla no se lo pierdan, porque a partir del 28 de junio las visitas estarán guiadas por la propia autora, quien ya inauguró la muestra con una curiosísima performance. Por mi parte sólo me queda desearle la mejor de las suertes. Vaya por anticipada mi enhorabuena por el rotundo éxito que le espera.