La utrerana Consolación García ganó el concurso Saetas de la Tierra
La Peña Flamenca de Castro del Río (Córdoba) organizó su popular concurso Saetas de la Tierra. Jesús León, de Mairena del Alcor, Mariángeles Cruzado, de Moguer, y Consolación García, de Utrera, fueron los elegidos.
Castro del Río y su grito desgarrado. Así se tendría que haber titulado esta pequeña crónica, pero bien está lo que bien acaba.
Hoy, lunes de resaca… Sí, sí, no se extrañen por eso. Hoy es la resaca de una Semana Santa casi atípica, ¿por qué no decirlo? La pasada estábamos todos encerrados y esta, a pesar de no haber podido tener nuestras imágenes en la calle, sí se ha podido disfrutar de esas primeras bocanadas de una primavera exultante que se nos viene encima a pasos agigantados.
Como también se han vuelto a llenar nuestras maltrechas almas con ese canto hecho rezo que se llama Saeta.
El pasado 28 de marzo se celebraba la final del concurso que la Peña Flamenca de Castro del Río (Córdoba) puso en marcha bajo el nombre Saetas de la Tierra, por la singularidad del mismo. Y es que las personas que se inscribieran habrían de enviar un vídeo grabado en un rincón emblemático de su lugar de residencia para ensalzar la belleza de nuestro suelo. Y vaya si lo hicieron. Iglesias, plazas, peñas flamencas, hasta la Venta Vargas… sirvieron de marco para grabar esa saeta que pasaría por el tamiz del jurado.
Jesús León, de Mairena del Alcor, Mariángeles Cruzado, de Moguer, y Consolación García, de Utrera, fueron los elegidos en el apartado general para disputar la final anteriormente citada. Por su parte, dos castreños, José Antonio López y Andrés Jiménez, competirían por el primer premio del apartado local de Saeta Samaritana.
«Otro año más que la Peña Flamenca de Castro de Río no ha querido que el silencio sea dueño de las calles en Semana Santa»
Arrancó en primer lugar la que a la postre se alzaría con el primer premio, que no fue otra que Consolación García, de cuyos ecos se llenaron todos los rincones de la Iglesia Madre de Dios de la localidad de Castro del Río, en cuyo recinto y a puerta cerrada se ponía el broche a esta vigésimo octava edición del Concurso de Saetas de esta localidad que organiza, como de costumbre, la Peña Flamenca Castreña con la inestimable colaboración de su Ayuntamiento y Telecastro.
A continuación cogía el relevo la moguereña Mariángeles Cruzado, segundo premio en esta edición, que también elevó su rezo a los retablos que atesora esta bella Iglesia.
Y cerraba la terna de lo general Jesús León, que ya sabía lo que era proclamarse vencedor de este concurso allá por el año 2017 y que esta vez quedaría en tercer lugar.
Por su parte, y dentro del apartado local, José Antonio López demostró su garra con sus dos samaritanas que le alzaron al primer puesto, demostrando con su insultante juventud que la voz de la saeta local no se apagará en las calles de su pueblo. Y Andrés Jiménez (segundo premio local) hizo gala de una flamencura añadida al rezo, que nos trasladó a los años donde el bueno de Dionisio Millán (saetero local q.e.p.d.) mecía la saeta hasta llevarla al punto de conseguir que emanaran lágrimas de emoción en aquel que lo escuchaba.
También hubo un repaso por las dos saetas locales restantes. No en vano Castro del Río cuenta con tres rezos autóctonos –la ya citada Samaritana, la Saeta de la Vía Sacra y la Saeta a Rigor o Pregón–, que se vieron reflejados en las voces del director de la escuela de saetas, Juan Luis Navajas Carvajal, y la del joven Jesús Quintero Millán.
Días de continuo trabajo y quebraderos de cabeza desembocaron en lo que al final se pudo llevar a muchos rincones de España gracias a la emisión en directo, tanto por televisión como plataformas digitales, que la empresa Telecastro hizo de este evento.
Gracias al párroco de la villa, don Ignacio Sierra Quirós, que tan amablemente cedió esta Iglesia para celebrar tal fin. Muchos momentos emotivos se vivieron en ella, como cuando se nombraba a los ausentes. Pero esa emoción envolvía a todos en el instante que se recordó la figura de Francisco Moya Kiki de Castiblanco, a cuya memoria iba dedicado el concurso. Se evocaron sus cantes, pero también su persona. Y con tal motivo, se le haría entrega a su familia de una placa conmemorativa de esta final. En ella se podía leer lo siguiente:
Uno de los más grandes saeteros que hemos conocido.
La villa de Castro del Río guardará siempre el recuerdo entrañable del eco de su voz.
CON FUERZA Y CON MAESTRÍA
FRANCISCO MOYA CANTABA
Y EL PUEBLO SE ESTREMECÍA.
En Castro del Río, a 28 de marzo del 2021
En definitiva, otro año más que la Peña Flamenca de Castro de Río no ha querido que el silencio sea dueño de las calles en Semana Santa. Ahora toca recoger todo para que el año que viene y Dios mediante se pueda disfrutar de la tan añorada normalidad.
Les contaré un pequeño secreto. Junto al altar donde los finalistas ejecutaban sus rezos hay una imagen de San Roque que en varios momentos de la final soltaba el bastón, aplaudía y limpiaba las lágrimas que corrían por sus mejillas. Pero eso no se lo cuenten a nadie, o tomarán por loco a este que suscribe.
Queden con Dios y difundan la palabra del flamenco.
Julio Porcel
(RRPP de la Peña Flamenca de Castro del Río, en nombre de su Junta Directiva)