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Con una copla de más: las malas lenguas

Pocas cosas tan malas y perjudiciales como las habladurías, las críticas infundadas. En fin, como decimos por Andalucía, las malas lenguas.


Coincidirán probablemente conmigo en que pocas cosas tan malas y perjudiciales como las habladurías, las críticas infundadas. En fin, como decimos por Andalucía, las malas lenguas. Su veneno es mortal desde el punto de vista sociológico y, a veces, literalmente, puede provocar la destrucción no sólo psicológica sino física de la persona. En el flamenco aparecen a menudo estas malas lenguas para indicar su efecto malsano, en especial en el terreno amoroso, interfiriendo en la dinámica natural de las relaciones.

 

Ya Demófilo en su colección de cantes califica este ejemplo como magnífica copla contra la murmuración y la calumnia. En sólo cuatro versos vemos la bajeza de los murmuradores o calumnia­dores y el citado efecto que ejerce:

 

 

Más mata una mala lengua

que las manos del verdugo,

que el verdugo mata a un hombre

y una mala lengua a muchos.

 

 

“Publicar guerra” es sinónimo de declarar la guerra, en sentido figurado. Es decir, hacer a alguien víctima de las murmuraciones:

 

 

 A mí me publican guerra

porque me vieron jablá 

contigo por Puerta ‘e Tierra.

 

                                                           

Malas lenguas o lenguas de doble filo, qué peligro. En esta soleá se nos recuerda:

 

 

Mira lo que andan hablando:

sin tener naíta contigo

la vía m’ están quitando.

 

 

Antonio Mairena la recreó a su modo:

 

 

Mira lo que andan hablando:

sin tener que ver contigo

el creito m’ están quitando;

sin comerlo ni beberlo

el creito m’ andan quitando.

 

 

El amante ruega que no se atienda a las lenguas sibilinas, como en esta seguiriya gitana del repertorio de Silverio:

 

 

Por Dios no te lleves

de los consejitos, compañera mía,

que naide te diere.

 

 

Y del repertorio de Juanelo es esta debla, con la personi­ficación del árbol, excelente medio de comparación con el dolor del amante calumniado:

 

 

Hasta los árboles sienten

que se le caigan las hojas,

mira si sentiré yo

que hablen de tu persona.

Deblica barea.

 

 

Otra lograda copla nos aconseja no prestar atención a las malas lenguas, no ser esclavos de la maldad de la gente, y entregarnos sin miedo al amor, lo que no es fácil:

 

 

Deja que la gente diga,

en queriéndonos los dos

pase la gente fatiga.

 

 

La cantaora María Jesús Bernal publicó en 2019 un cedé con el título, precisamente, de Las malas lenguas y basta poner esa expresión en YouTube para que asomen diversas grabaciones que la contienen en interpretaciones de Pepe Pinto, Camarón de la Isla o el joven Ezequiel Benítez, entre otros. Nos quedamos con este enlace del Pinto para que las disfruten. Y ya saben, aléjense de las malas lenguas:

 

 

Canallas, canallas,

que han dicho lo que no es

y la verdad se la callan.

 

 

 

 

 

 


Paradas (Sevilla), 1961. Licenciado y doctor en Filología Hispánica. Aficionado gracias a ver de joven en directo a Miguel Vargas. Autor de varios libros de investigación de flamenco y de coplas flamencas. Colaborador de varias revistas de flamenco. Da gracias a la vida por conocer, un poco, y amar, mucho, el flamenco.

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