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Al maestro Pedro Bacán, semblanza a su memoria - Archivo Expoflamenco
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Al maestro Pedro Bacán, semblanza a su memoria

Pedro Bacán (1951 - 1997) asentó las bases de la guitarra en Lebrija con un toque evolucionado desde la más pura y honda raíz flamenca. Su toque flamenco, su sentimiento y pasión por sus orígenes, por los suyos, por lo andaluz, por el arte jondo, queda para la historia.


Recuerdo como si fuera ayer cuando mi padre me llevó a comprar varios discos flamencos por mi cumpleaños. Me fijé en uno que se titulaba Pedro Bacán y el Clan de los Pinini. Esa misma tarde lo escuché. Sentí ese pellizco en el que te das cuenta cuál es el flamenco que te gusta, el hondo, el de auténticas raíces, el de las vivencias y del legado verdadero.

 

Pedro Juan Peña Peña, Pedro Bacán, nace en Lebrija un 12 de febrero de 1951, en el seno de una familia con verdaderas raíces flamencas y dedicada al trabajo de matarifes y carniceros. Pedro es hijo de Bastián Bacán y Ana la del Pelao. Se casaría con la estadounidense Jill Snow y del matrimonio nacerían Pedro y Sebastián. Pero para comprender el legado flamenco que Pedro Bacán atesora, creo necesario realizar un breve repaso de su genealogía flamenca.

 

Por una parte, su padre, Sebastián Peña Peña, Bastián Bacán, era hijo de Juan Peña Peña, Juan Funi, y Fernanda Peña Vargas, Fernanda la Vieja, hija de Fernando Peña Soto, Popá Pinini, patriarca al que se le atribuye la creación de las famosas Cantiñas del Pinini, de ahí el parentesco familiar con los Funi, los Pinini y Fernanda y Bernanda de Utrera. No obstante, debo apuntar que Batián Bacán fue un conservador de los cantes de Juaniqui de Lebrija, sobre todo del cante por soleá. Por parte de la madre, Ana Peña Vargas, Ana la del Pelao, es hermana de Bernardo Peña Vargas, padre de Juan Peña  El Lebrijano, y emparentado también con los Perrate de Utrera. Ademas de lazos que se unen con la familia de los Sorderas de Jerez y la familia de Diego Carrasco.

 

Pedro Bacán pasa su infancia en Lebrija. Estudia primero en el Colegio La Caridad y luego en el Colegio Público Rector Merina, pero pronto aprendería el oficio familiar en el matadero municipal ubicado en el municipio lebrijano. Cuando tiene unos trece años, le llama la atención cómo un primo toca la guitarra en fiestas familiares. Poco después, toma clases con un maestro lebrijano. Es su primo Pedro Peña el que le transmite las principales lecciones del toque flamenco junto al Padre Carlos, que lo inicia en el solfeo. En la calle Perales, domicilio familiar, Pedro pasa horas estudiando el toque y el cante, estudia diferentes toques y falsetas, como podían ser las de Diego del Gastor o Niño Ricardo, pero él asienta su guitarra en el legado flamenco heredado a través de las vivencias familiares. Como anécdota, Diego Carrasco se desplazaba a Lebrija para estudiar con Pedro, según me cuenta Juan Peña, hermano de Pedro.

 

Pedro Bacán toma su nombre artístico en homenaje a su padre, Bastián Bacán, aunque su apellido era Peña. En sus principios se anuncia como Pedrito Funi o Bacán, hasta que se formaliza como Pedro Bacán. Empieza a tocar en fiestas familiares, al ser un amante del arte de su familia. A los veintiún años de edad había tocado en todos los festivales y galas importantes de la geografía flamenca, como la Caracolá de Lebrija, donde se estrena como guitarrista, Potaje Gitano de Utrera, Festival de Cante Jondo de Moguer o Gazpacho de Morón, entre los más destacados. Desde ahí empezaría una carrera artística como guitarrista de acompañamiento a diferentes e importantes artistas del panorama flamenco, como José de la Tomasa, Fernanda y Bernarda de Utrera, Calixto Sánchez, Curro Malena, Luis de la Pica, Manuel de Paula, Cristobalina Suárez, Paco Valdepeñas, Perrate de Utrera, Gaspar de Utrera, Chano Lobato, Fernanda Peña o Borrico de Jerez. Además, Pedro graba con la mayoría de ellos, como con El Lebrijano, José de la Tomasa, Calixto Sánchez, El Cabrero, Carmen de la Jara, Manuel de Paula, Juan Delgado, El Perro de Paterna, José Parrondo, Miguel Vargas o El Chozas. Sin dejar de reconocer el valor de las grabaciones junto a Curro Malena en los siete discos grabados entre 1971 y 1988.

 

 

«Pedro Bacán asienta las bases de la guitarra en Lebrija con un toque evolucionado desde la más pura y honda raíz flamenca, donde confluyen tradición y vanguardia. Todo bajo la musicalidad de sus guitarras preferidas, entre ellas una de Gerundino Fernández y otra de Valeriano Bernal»

 

 

Pedro es el que presenta en sociedad a su hermana, la cantaora Inés Bacán. Ella misma me cuenta que la descubre en una fiesta en casa de unos amigos cantando por seguiriyas, y es el guitarrista el que le dice a su madre: “Parece que mi hermana sabe cantar”. Desde ese momento sus carreras artísticas irían de la mano. De hecho, es él quien la lleva a Francia. En el país galo es donde Pedro adquiere mayor importancia. Allí es una institución reconocida tanto en el flamenco como en la música general. Maurice Ohana, pianista y compositor francés, lo cataloga como el músico del siglo XXI. El músico e investigador francés Claude Worms estudia su obra desde el punto de vista de la musicología. Analiza sus composiciones por soleá, seguiriyas, tientos, tangos y bulerías. También desde la etnomusicología, Frayssinet Savy, doctora en filosofa, antropóloga musical y profesora varias universidades francesas como la de Montpellier, investiga a Pedro Bacán en el ámbito familiar, ante el público y su puesta en escena.

 

Uno de los pilares flamencos de Pedro es la pasión y el amor por el cante de su familia. El propio guitarrista confiesa a Manuel Bohórquez en su casa de San Juan de Aznalfarache durante una entrevista para El Correo de Andalucía: “No puedo componer estudiando a Falla o a Montoya estando ahí mi familia, el eco de mi padre, la estampa de mi primo Funi, el metal de Fernanda o la frescura gitana de Bernarda». O incluso alguna de sus conferencias, como en el Simposio Flamenco de Ronda de 1996, defendía el origen gitano del flamenco e incluso la influencia de su familia en ello. Sentía especial orgullo por esto, aparte de que no entendía la música sin sus raíces familiares flamencas. Y en 1990 graba una antología de cuatro volúmenes, titulada Noches gitanas en Lebrija. La grabación se realiza en directo en una finca en las cercanías del pueblo, para evitar ruidos innecesarios. En ella participa como guitarrista e incluso se atreve a cantar en varios cortes. Interpreta unos fandangos por soleá y algunas letras de bulerías romanceadas o arromanzadas, cantes tan populares de la zona de Lebrija y Utrera. En este proyecto discográfico, Pedro se rodea de artistas aficionados de su tierra como La Morena, La Parrenga, Manuel Da Costa, Diego el Daíto, Luisa Peña, Concha del Legaña, Diego Vargas, Batián Bacán, Inés Bacán y Pepa de Benito, su tía, también subida a los escenarios por Pedro Bacán. Además, con su hermana Inés Bacán graba tanto en las Noches Gitanas de Lebrija, el volumen de Al Alba, como en la obra maestra De viva voz en 1995.

 

 

 

 

Pedro Bacán graba en solitario su trabajo Aluricán. Aquí homenajea a su padre y, por supuesto, a sus raíces. En este trabajo pone de manifiesto toda su música interior y demuestra cómo el verdadero camino flamenco viene de la evolución desde el pasado, desde los orígenes, de los ecos de los Pinini y los Funi. Hace un despliegue de sus estudios, de su identidad, cómo desde la tradición renueva su lenguaje flamenco repleto de hondura y verdad. Esto también se pone de manifiesto en Marisma, donde, junto a Joselito de Lebrija, Inés Bacán y Pepa de Benito, se aprecia una evolución musical. En esta obra introduce a Stephan Schmidt con la guitarra de diez cuerdas y a Ramón Jaffé con el violonchelo. Este disco sería grabado en el espectáculo presentado por Pedro Bacán para la Bienal de Flamenco de Sevilla de 1986 y sale a la luz tras su fallecimiento.

 

Pero no sería la única vez que Pedro aparece en la Bienal de Flamenco. En 1984 participa en el Concurso del I Giraldillo al Toque. En 1992, con motivo de la Exposición Universal, organiza un espectáculo que engloba los enclaves flamencos de Sevilla, Cádiz, Jerez, los Puertos y sobre todo Lebrija y Utrera. En 1990 gana el premio Demófilo a la innovación musical, con el espectáculo Nuestra historia al Sur. Pero aparte de la Bienal organiza otros espectáculos puramente flamencos, como Del pentagrama a las fuentes y Tesoros escondidos del flamenco. Siempre con su identidad flamenca lebrijana y su gente como hilo conductor. Aparte de todo esto, aparece acompañando a diferentes artistas en la serie Rito y geografía del cante y en la Puerta del Cante de Canal Sur.

 

 

«Su toque flamenco, su sentimiento y pasión por sus orígenes, por los suyos, por lo andaluz, por el arte jondo, queda impregnado para la historia, en su Lebrija y en tantas personas que se alimentaron de su música y de su personalidad»

 

 

Un hecho significativo en la vida de Pedro Bacán, según conversaciones con su hermana Inés Bacán, la bailaora Concha Vargas y el guitarrista Antonio Moya, es la puesta de largo de Pedro Bacán y el Clan de los Pinini, grabado en directo en 1996 en Bobigny. Una verdadera manifestación flamenca de las auténticas y más hondas raíces de Lebrija y Utrera. Un trabajo que desgrana el cante más puro, donde Inés Bacán, Pepa de Benito y un joven Joselito de Lebrija, antiguo sobrenombre del cantaor José Valencia, cantan los melismas más auténticos de la flamencología lebrijana y utrerana. Antonio Moya aporta una segunda guitarra de acompañamiento magistral, sumando frescura flamenca de acompasado soniquete. También, el baile de Concha Vargas y Carmen Ledesma a ritmo de sus pinreles y sus figuras corporales del más estilizado y verdadero flamenco. El toque de Pedro pone de manifiesto la autenticidad flamenca en un despliegue artístico donde un clan es protagonista al completo. En las charlas con Concha Vargas me cuenta que la idea de Pedro era recrear una fiesta familiar en su casa. Antonio Moya me refiere que se conocieron en Nimes y desde entonces se forjó una gran amistad, pero que le llamaba mucho la atención cómo Pedro era capaz de improvisar en el escenario. Su hermana Inés me comenta que era un prodigio, que hacía unos trémolos por bulerías que eran muy difíciles. Pero hay un testimonio común en todos: «Pedro nos dejó huérfanos».

 

No podemos olvidar que Pedro Bacán recibe el Premio Nacional de Guitarra de la Cátedra de Flamencología y Estudios Folclóricos de Jerez de la Frontera en 1980, la Mención de Honor del Departamento de Musicología de la Universidad de Washington en 1983. Es el primer flamenco en tocar en el Palacio de los Papas de Avignon e incluso llega a tocar en la Ópera de París. El propio Pedro escribe una investigación en la revista Sevilla Flamenca, en su número 84: El Flamenco, un escalón entre oriente y occidente. Nota aparte, Francisco Javier Escobar, profesor de literatura de la Universidad de Sevilla, guitarrista, compositor e investigador, en su artículo Poética musical, paisaje sonoro y oralidad simbólico-narrativa en el pensamiento estético de Pedro Bacán, apunta el nivel de compromiso del guitarrista con la música, ya que se hace construir una cabina de estudio en su casa de Mairena del Aljarafe. A modo de conclusión, se puede decir que Pedro Bacán asienta las bases de la guitarra en Lebrija con un toque evolucionado desde la más pura y honda raíz flamenca, donde confluyen tradición y vanguardia. Todo bajo la musicalidad de sus guitarras preferidas, entre ellas una de Gerundino Fernández y otra de Valeriano Bernal.

 

Desgraciadamente, la noche del 25 de enero de 1997, cuando Pedro volvía de acompañar a su primo El Lebrijano de la Peña Flamenca El Laurel de Lora del Río, su coche se salió de la carretera y se produjo un mortal accidente. Su toque flamenco, su sentimiento y pasión por sus orígenes, por los suyos, por lo andaluz, por el arte jondo, queda impregnado para la historia, en su Lebrija y en tantas personas que se alimentaron de su música y de su personalidad.

 

No puedo concluir este escrito sin agradecer enormemente a Inés Bacán, Juan Peña Peña, Antonio Moya, Concha Vargas, Paco Escobar y Sebastián Bacán, hijo de Pedro, las conversaciones tan agradables y de incalculable valor mantenidas. Personas que me han ofrecido sus vivencias, su sabiduría, su amistad y que han resultado imprescindibles para el desarrollo de este artículo.

 

Imagen superior: Pedro Bacán – Foto de Manuel Bohórquez

 

→  Ver aquí los artículos de Juan Israel Torres Toscano en Expoflamenco

 

 


Huelva, 1977. Maestro y guitarrista apasionado del flamenco. Investigador y divulgador de nuestra cultura. El camino del compás le lleva a ser un docente con duende.

3 COMMENTS
  • Francisco en París 3 abril, 2022

    Gracias por traernos esta información tan valiosa e interesante. Gloria a Pedro Bacán.

  • Irra Torres 6 abril, 2022

    Gracias por sus palabras.

  • Felix Prieto Agudo 11 mayo, 2022

    Gracias por enseñarnos a este gran hombre.
    Gracias.

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