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Perspectivas del baile flamenco en España y el extranjero - Archivo Expoflamenco
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Perspectivas del baile flamenco en España y el extranjero

Extractos de la entrevista de Estela Zatania con el New York Times acerca de la comprensión del interés norteamericano en el flamenco y los gustos de los seguidores en Estados Unidos frente a los de España.


Hace un par de años, Marina Haars, crítica de danza en aquel entonces del New York Times, queriendo ampliar su comprensión del interés norteamericano en el flamenco, me entrevistó por lo privado acerca de los gustos de los seguidores en Estados Unidos frente a los de España. He aquí algunos extractos de aquella entrevista inédita.

 

– ¿Piensa que los gustos en espectáculos, específicamente los de flamenco, son distintos en Estados Unidos comparado con los europeos o de otros lugares? ¿Le parece que los americanos prefieren menos extravagancia, mayor pureza de forma? ¿O están los gustos uniformados a nivel global?

– Los gustos fuera de España tienen diversos niveles. Están los aficionados, muchos de los cuales bailan o tocan la guitarra. Esta gente suele querer menos teatro. La generación más joven agradece la influencia de la danza contemporánea y un planteamiento actual, mientras que la gente mayor prefiere un flamenco tradicional y de más peso. Luego están los amantes del teatro. Son personas que asisten a la ópera clásica, ballet, flamenco o cualquier cosa que haya en un momento dado. Esta gente agradece una puesta en escena de nivel alto, buena iluminación y un espectáculo profesional, incluyendo buen baile y música.

 

«En los años 90, las instituciones públicas, para las que el flamenco había sido hasta entonces poco más que motivo de vergüenza, empezaron a interesarse por el mercado en potencia del género»

 

– Hace poco ha escrito que el flamenco en España está “disneyficado” desde hace unos años. ¿Podría elaborar sobre esa afirmación?

– Ha sido un proceso largo y paulatino que empezó a comienzos de la década de los setenta con el sorprendente genio del guitarrista Paco de Lucía, que se propuso, con toda la intención del mundo, renovar el flamenco. Su deseo de abrir nuevos caminos, y su capacidad para hacerlo, encajó muy bien con la creatividad de Camarón [José Monge Cruz, 1950-1992], y llegando a la década de los ochenta, el ánimo aperturista experimental empezó a influenciar también en baile. Ya en los años 90, las instituciones públicas, para las que el flamenco había sido hasta entonces poco más que motivo de vergüenza, empezaron a interesarse por el mercado en potencia del género, y el flamenco se enganchó al dinámico mundo de las subvenciones, ruedas de prensa, propuestas y ayudas. Obligados a competir para lograr financiación, empezaron a salir obras rebuscadas y sobre conceptualizadas. Todos hemos visto algunas de las más desafortunadas creaciones que no han aportado nada al flamenco.

– ¿Ha notado alguna reacción negativa en años recientes en contra de los espectáculos más conceptuales y vistosos, o son preferidos por el gran público? ¿Qué opinan al respecto los críticos españoles?

– El asunto no se reduce tanto a vistosidad, sino a una forzada sobrecarga conceptual: Me visto de negro, por lo tanto, soy profundo. Se produce un curioso maridaje con la imagen habitual del flamenco como apasionado y emotivo que guarda en la cabeza la mayoría de las personas de a pie. No oculto mi falta de interés en los espectáculos promocionados como “flamenco”, un reclamo poderoso, incluso cuando no se sabe qué esperar del producto, pero que ofrecen un oscuro posmodernismo, a veces sin guitarra, cante o compás. Es engañoso y prepotente presentar estas obras en el nombre del flamenco, y luego refugiarse en “la libertad de expresión”.  Será buen teatro, pero se aleja de lo que entiendo como la intención flamenca.

Otros críticos tampoco tienen pelos en la lengua acerca de su disgusto al respecto, pero algunos aceptan estos inventos tal cual, y detecto cierto síndrome de “el traje nuevo del emperador”, una actitud reacia a denunciar la falta de rigor, y el flamenco se convierte en un pez insignificante en el gran mar de la cultura popular internacional.

 

«Saura es director de cine, no una autoridad flamenca. Su visión del arte jondo tiene todo el glamour frío de las chicas de Robert Palmer en Addicted to Love»

 

– ¿Qué opina de las películas de Saura/Gades como Bodas de Sangre? ¿Han ayudado o entorpecido la causa flamenca?

– Hay una estética severa que contradice lo flamenco como yo lo entiendo. Saura es director de cine, no una autoridad flamenca. Su visión del arte jondo tiene todo el glamour frío de las chicas de Robert Palmer en Addicted to Love.

– ¿Piensa que el baile tradicional a veces pierde algo en un contexto teatral?  A menudo me ha parecido que los escenarios grandes diluyen el impacto del flamenco de calidad, sea música o baile.

– Pienso que el flamenco es un género que se comunica mejor en espacios reducidos. La abundancia de obras flamencas de gran formato, y la desaparición de los escenarios más íntimos como salas de fiestas, son factores que han disminuido la intensidad.

– ¿Sigue el flamenco formando parte de la vida cotidiana en España como el tango para los argentinos? ¿Se reúne la gente para bailar y cantar entre amigos o familiares? ¿Tiene vida fuera del teatro?

– Sí, el flamenco existe más allá de las presentaciones comerciales, pero está en declive, hay que buscarlo. Algunos de nosotros, acérrimos, intentamos cultivar y animar lo que los etnomusicólogos llaman “flamenco de uso”, aquel que se practica por tradición y por la satisfacción personal que aporta, a diferencia de “flamenco de cambio”, que es un producto a la venta. Cuando el flamenco de uso deja de existir, pienso que será el comienzo del final y se cambiará en otra cosa. Sin duda la palabra perdurará, lo que corre el peligro de extinguirse es la música y el baile que representa.

 

Foto de la compañía de María Pagés: web oficial de la compañía

 


Jerezana de adopción. Cantaora, guitarrista, bailaora y escritora. Flamenca por los cuatro costados. Sus artículos han sido publicados en numerosas revistas especializadas y es conferenciante bilingüe en Europa, Estados Unidos y Canadá.

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