Los apóstoles de Camarón
Juan Villar, Pansequito, Turronero y Chiquetete. Estos jóvenes tradicionales acompañaron a Camarón en su viaje hacia el nuevo horizonte de lo jondo, y su influencia sigue condicionando nuestros oídos.
Los seguidores del flamenco a menudo recordamos y honramos a los intérpretes en el aniversario de su desaparición. Pero puede ser bastante más interesante tomar nota de cuándo nacen los artistas, porque es una marca indeleble que revela las influencias que dieron forma a sus respectivos caminos artísticos.
En la dinámica década de 1970, el cante adquirió coros y canciones –a diferencia de cantes–, a menudo presentadas como alegrías o tangos lentos, con voces armonizadas, mucho nayno y un decir canastero con notas bemolizadas en momentos puntuales, incluso en los cantes más tradicionales como las siguiriyas. Gaspar de Utrera, entre otros de la generación anterior, incorporó estas notas, dando un brillo contemporáneo a su repertorio rigurosamente clásico.
Una generación de cantaores sobresalientes había nacido justo antes de Camarón (n. 1950), y eran jóvenes adultos cuando el de La Isla realizó su primera grabación con Paco. Llegaron justamente a tiempo para el estreno de un nuevo camino con su rico aunque algo polvoriento equipaje de cante tradicional. Empapados de las formas clásicas, pusieron sus conocimientos y juventud a la disposición de los nuevos vientos que estaban soplando. Aquel jovencito Camarón, con el genio de Paco a su lado, no hacía más que innovar y descubrir cosas, y había que renovarse para seguir en el juego. Con sus grabaciones y actuaciones, cuatro cantaores nacidos entre 1946 y 1948 han servido de puente permanente entre el mundo de Terremoto-Chocolate-Mairena-Caracol, y el actual ambiente aperturista.
Estos jóvenes tradicionales acompañaron a Camarón en su viaje hacia el nuevo horizonte de lo jondo, y su influencia sigue condicionando nuestros oídos. Muchísimos más seguirían sus pasos, pero estos coetáneos de Camarón eran los pioneros de un estilo determinado:
JUAN VILLAR, nacido en 1947
Este cantaor clásico de Cádiz, con tesitura de voz flamenca, se unió a la movida y supo exprimir cante del bueno de las nuevas tendencias. Su primera grabación, donde figura como Juanito el de la Gineta, es de gran calidad a la vez que convencional, aunque el cantaor pronto aprovechó la libertad que los jóvenes estaban disfrutando. Saboreó las formas extremeñas que estaban de moda en Madrid con tangos lentos y coros jugosos, un tipo de repertorio que no figuraba en el radar de Antonio Mairena, que además afirmaba que el flamenco “canastero” –que describe el de Extremadura– no era “auténtico” porque carecía de raíces (Antonio Reina Gómez, Vivencias con Antonio Mairena).
José Cortés ‘PANSEQUITO’, nacido en 1946
Cuando la anciana Periñaca fue entrevistada en Rito y Geografía del Cante, ofreció su opinión acerca de Camarón con palabras poco halagüeñas para el joven innovador del momento. Y piensas “claro, demasiado mayor para comprenderlo”. Pero a renglón seguido destaca que ¡el otro, sí que vale!, que resulta ser Pansequito, y Dios bendiga a esta sabia abuela que tuvo los buenos instintos y una mente abierta para apreciar a Panseco, magnífico intérprete que sigue deleitándonos con su particular personalidad cantaora.
Manuel Mancheño ‘TURRONERO’, nacido en 1947
Gracias a su temperamento joven y su energía, este cantaor criado en Utrera manejó con soltura la transición al cante contemporáneo. Empezó directamente con un repertorio variado y formas camaroneras, con tangos lentos de Paco Cepero, notablemente Me tocó perder, popularísimo dentro y fuera del círculo flamenco, y canciones por bulerías ricamente musicales y frescas. Unos problemas de salud nos privaron prematuramente de su creatividad.
Antonio Cortés ‘CHIQUETETE’, nacido en 1948
Fue el primer joven cantaor de peso en poner la soleá del Zurraque (etiqueta atribuida a Emilio Jiménez Díaz) sobre la mesa para el disfrute de la afición. También fue el primero en saltar limpiamente al mundo de la música pop sin miramientos, y la voz aterciopelada de este cantaor/cantante se adaptó bien a ambos registros. En 1992 la canción Tú y yo, otra creación de Paco Cepero, pegó el pelotazo. Hace unos años, Chiquetete, algecireño criado en Sevilla, quiso volver al cante clásico, pero no terminó de recuperar su personalidad jonda.
Foto superior: Turronero, Juan Villar, Pansequito y Camarón (Foto: Peña Juan Villar)