Integridad y poderío de Diego Clavel
Dedicación, sabiduría, integridad y una larga y limpia carrera han ganado para Diego Clavel la admiración de su pueblo y de aficionados de todo el mundo. En este año 2020 se le dedicará la edición nº 52 de la Reunión de Cante Jondo de La Puebla de Cazalla.
¿Cómo se describe a un cantaor de flamenco? Bien, pues suelen ser extravagantes, dinámicos, expansivos y algo bohemios. Muchos motes han reflejado esta supuesta peculiaridad: El Chalao, El Loco Mateo o el encumbrado Manuel Torre, referido a veces como el Majareta, apodos que indican cariñosamente ese toque de locura.
Pero debemos poner todo ese bagaje a un lado para hablar de Diego Andrade Martagón, Diego Clavel, uno de los recursos naturales de La Puebla de Cazalla (1946), apadrinado y animado por el pintor y poeta Francisco Moreno Galván, que hizo lo mismo por otro morisco, José Menese. Las palabras que mejor describen a Diego Clavel son discreto, cerebral, reservado, conocedor y profundamente entregado al género que nos une aquí en Expoflamenco.
Decir que es un estudioso del cante sería una subestimación tamaño industrial. Entre sus numerosas grabaciones hay obras monográficas magistrales dedicadas a la siguiriya, con 17 estilos, malagueña, con 47 estilos (no es error tipográfico), 60 fandangos de Huelva, 85 estilos de soleá y 33 estilos de cante minero, todo acompañado de una riqueza de detalles acerca del origen y autor de cada cante, con la poética y sabia salvedad de Diego: «¿De dónde vienen los cantes? Creo que el cante estuvo, está y estará ahí, y que cada uno le puso, le pone y le pondrá lo que buenamente pueda».
No creo que exista otro cantaor cuya identidad esté tan estrechamente ligada a un solo cante específico, a saber, la siguiriya de Manuel Molina. No el Manuel de Lole, sino el “señor” Manuel Molina, como se le solía decir, un cantaor jerezano del siglo diecinueve. Diego creó una dramática versión personal basada en una especie de grito interiorizado que ha llegado a ser su seña de identidad.
«¿De dónde vienen los cantes? Creo que el cante estuvo, está y estará ahí, y que cada uno le puso, le pone y le pondrá lo que buenamente pueda» (Diego Clavel)
Diego Clavel administra sabiamente su inconfundible decir sin voces ni histrionismo, internalizando emociones, sólo desenfundando el poderío de su voz en momentos determinados para comunicar su concepto personal del cante más clásico. Es un aficionado ejemplar que indaga en las formas más arcaicas o en peligro de extinción. Repasando mis propias crónicas de sus intervenciones, veo que prologó cantes con detalles como “malagueñas del maestro Ojana que aprendí de Vallejo, y una de Chacón rematada con el cante de la Rubia de las Perlas”, o “taranta de Rojo el Alpargatero con verdial de Vélez”, además del fandango de Puente Genil, soleá apolá, trillas, liviana, serrana y María Borrico y todas las formas básicas que esperas de un profesional de su calibre.
Recuerdo el año en La Puebla cuando Diego llegó al escenario apoyado en muletas, heroicamente decidido a defender la tradición de clausurar la Reunión de Cante Jondo a las 5 o las 6 de la mañana con una ronda de tonás. No sólo entregó su habitual nivel alto, sino que fue el único cantaor que se presentó para aquel momento tan difícil.
Punto y aparte, y merecedora de mención especial, es la sorprendente pataíta por bulerías de Diego Clavel. Lo ves cantar, tan serio y reservado… ¡quién se imagina ese baile de chascarrillos de campesino! Más auténtico imposible.
El 10 de julio de 1971, hace medio siglo, Diego Clavel cantó por primera vez en la Reunión de Cante Jondo de La Puebla de Cazalla. Yo estuve allí. También estuvieron Fosforito, Terremoto, Fernanda y Bermarda de Utrera, Curro Mairena, José Menese, Juan Habichuela, Parrilla de Jerez, Pedro Peña, Matilde Coral, Rafael el Negro y Farruco. Mucho flamenco agolpado, típico de los festivales de la época. Diego llegaría a cantar en otras cuarenta ediciones del venerable evento. Dedicación, sabiduría, integridad y una larga y limpia carrera han ganado para Diego Clavel la admiración de su pueblo y de aficionados de todo el mundo. En este año 2020 se le dedicará la edición nº 52 de la Reunión, reconocimiento bien merecido por una trayectoria impecable.
Imagen superior: Diego Clavel (foto: Estela Zatania)