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Rosario Ancer: «El flamenco nació en Andalucía y vive en nuestros corazones» - Archivo Expoflamenco
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Rosario Ancer: «El flamenco nació en Andalucía y vive en nuestros corazones»

Su escuela, su compañía y su festival son referentes del flamenco en Canadá. Nacida en México y formada en la escuela Amor de Dios (Madrid), Rosario Ancer lleva el pulso del arte andaluz en Vancouver, la ciudad de su marido, el guitarrista Víctor Kolstee. «No hay nada en el mundo igual que el flamenco», dice.

Montaje «Fastforward Rewind» de Rosario Ancer, Vancouver, 2015. Foto: Tim Matheson.

Rosario Ancer es la más firme representante del arte y la formación flamenca en el oeste de Canadá. Sabemos que en 1989 se trasladó a Vancouver, gran ciudad portuaria de la Columbia Británica, donde regenta un gran centro de formación flamenca –Flamenco Rosario– y dirige el prestigioso Vancouver International Flamenco Festival. De entrada, le solicitamos unos apuntes biográficos para situarnos. «Nací en México, en General Terán, estado norteño de Nuevo León, de madre mexicana y padre de ascendencia libanesa. Mi padre era presidente municipal y dueño del único cine en el pueblo. Yo pasaba las noches viendo películas de lugares lejanos y hermosos, gente haciendo cosas extraordinarias. Allí, con solo diez años, vi por primera vez a la jerezana Lola Flores en la película Pena Penita Pena. Su forma arrolladora de cantar y sus desplantes me dejaron una fuerte impresión». Ya en Monterrey, cursando estudios superiores, asistió a la Academia de Danza Española y Flamenco Cortijo San Felipe, bajo la tutela de su primera maestra de Flamenco, Rosario Zambrano.

«Años después, cuando en Ciudad de México vi a la compañía de Manuela Vargas con Los Junco y el legendario cantaor El Moro, el flamenco robó mi alma y supe que tendría que ir a España a recuperarla. Así que ahorre, vendí mi coche y aterricé en Madrid en los estudios de Amor de Dios durante su época de oro. Mis maestros fueron María Magdalena, la primera maestra que desarrolló un método de técnica para el flamenco, y Ciro, reconocido por su creatividad y constante improvisación, los dos incluidos en la película Carmen de Carlos Saura. Ellos me introdujeron a este inolvidable mundo mágico, asumí la técnica y la creatividad para desarrollar mi propio método para enseñar flamenco. Parte de los estudios de Amor de Dios estaban ocupados por el Ballet Nacional de España y en sus corredores –y en el bar Moca– encontraba artistas como Antonio Gades, Paco de Lucía, Serranito, Carlos Saura, Lole y Manuel, Diego Carrasco, Camarón… En aquella época, finales de los 70, Madrid y Amor de Dios eran la Meca del flamenco».

Rosario debutó como bailarina profesional con la compañía de Antonio del Castillo. Giraron por Italia y Portugal. Luego participó en el cuadro flamenco de Arco de Cuchilleros en Madrid. Allí aprendió a improvisar, experimentar, entender el cante, practicar las palmas, buscar su forma de sentir el baile flamenco. Se curtió junto a compañeras como Luisa Heredia, de gran estirpe flamenca, esposa del cantaor Vicente Soto. Fue en esa época cuando conoció a su futuro marido y compañero artístico, Víctor Kolstee, guitarrista de Vancouver, Canadá. Víctor tocaba en el Café de Silverio y acompañaba a Rafael Romero El Gallina, entre otros. Rosario y Víctor se enrolaron en la Compañía Paco Mundo y María Velázquez, con los que completaron dos veranos en Mallorca y una turné en el sur de Asia. Y de ahí a crear un hogar en Vancouver. Léase un hogar flamenco.

 

«Cuando en Ciudad de México vi a la compañía de Manuela Vargas con Los Junco y El Moro, el flamenco robó mi alma y supe que tendría que ir a España a recuperarla»

 

«Mi primera clase empezó con once estudiantes y se empezaron a multiplicar», continúa Rosario Ancer. «Nuestra escuela operaba con un promedio de 200 estudiantes durante el año. Nuestro primer festival, en junio de 1990, se vendió con dos meses de anticipación. El momento era el correcto, la respuesta fue abrumadora. En Canadá nuestra compañía y nuestro festival son reconocidos como líderes en Flamenco. Ahora se pueden encontrar en Vancouver al menos tres escuelas establecidas, que además producen obras de flamenco. Además, Flamenco Rosario mantiene una colaboración con Arts Umbrella –una escuela de arte y danza para gente joven con excelente reputación a nivel nacional e internacional–, donde enseñamos el arte del flamenco y montamos coreografías flamencas contemporáneas para sus alumnos de alto nivel. El nivel de enseñanza en Vancouver, como en el resto de Canadá, es alto, especialmente por los cursos de flamenco con grandes maestros que organizamos durante el verano y durante el Festival».

 

Rosario Ancer y Victor Kolstee en la obra «La monarca», 2013. Photo by VNB.

Rosario Ancer y Victor Kolstee en la obra «La monarca», 2013. Photo by VNB.

 

– En líneas generales, ¿cómo se percibe el arte flamenco en Canadá? ¿Llama la atención esta manifestación artística de origen andaluz? ¿Se pueden ver espectáculos en vivo?
– En Canadá el flamenco se percibe como un arte excepcional y muy completo, pues, aunque basado en una disciplina y técnica específica, una vez dominada la técnica, el compás y conocimiento del cante, esta forma de arte provee una libertad y posibilidades infinitas para la creación artística. Además de nuestro festival, donde presentamos anualmente compañías de España, compañías nacionales y locales, otros festivales internacionales dedicados a danza contemporánea han empezado a incluir flamenco en su programación. Contamos también con cafés estilo tablao que ofrecen espectáculos semanales de flamenco y artistas profesionales canadienses que se lo toman muy en serio: entrenados aquí, pero que viajan a España regularmente para afinar su conocimiento del flamenco.

 

«En Canadá el baile es la atracción principal, pero se aprecian la guitarra y el cante. No imagina las veces que el público me ha comentado cómo le ha impactado el cante. La mayoría sin entender español, pero por supuesto entienden el sentimiento»

 

– Háblenos del Festival Internacional de Flamenco de Vancouver, que impulsaron usted y su marido. ¿Ha llegado a consolidarse como una referencia de la agenda flamenca en Norteamérica?
– Aunque ahora el flamenco esta muy bien considerado en Canadá como arte contemporáneo excepcional, no siempre fue así. Noté al llegar que, aunque el publico en general fue muy receptivo, había muchos clichés y preconcepciones, ya que se le veía como un arte estancado, algo así como folklore, cuando realmente el flamenco es todo lo contrario: un arte vivo que no se le puede atrapar y guardarlo sin que cambie. El flamenco invita al cambio: por eso sobrevive y continua siendo relevante. Los flamencos que vivimos en Canadá hemos puesto nuestro granito de arena en su difusión, pero puedo decir –sin parecer pretenciosa– que nuestro Festival y compañía han tenido un papel importante en cambiar esta mentalidad, debido a una enseñanza honesta en nuestras clases, lecturas, y creación de obras contemporáneas originales. Muy importante también es presentar en nuestro Festival obras de compañías españolas y canadienses de alta calidad artística y escolares que imparten mesas redondas. Agrega a esto los talleres de danza impartidos por artistas españoles. Todo esto ha creado un público entendido. Aunque por supuesto el baile es la atracción principal, hay una gran apreciación por el toque de la guitarra y el cante. No puede usted imaginarse las veces que el público me ha comentado cómo les ha impactado el cante, la mayoría sin entender español, pero por supuesto entienden el sentimiento.

– ¿Recuerda algún momento especialmente brillante en este festival?
– Siempre invitamos a artistas con los que nos identificamos en su manera de crear e interpretar flamenco, y que ya hemos admirado en España durante nuestras visitas a festivales. Nuestro público ha valorado a todos los artistas que hemos presentado en el Festival , ya que todos y cada uno de ellos nos regalaron momentos memorables. Siempre escucho este comentario: ‘Rosario, este año ha sido el mejor’. Esto quiere decir que nuestra programación mejora cada año y les sorprendemos con la variedad de estilos artísticos personales. Me vienen a la memoria dos momentos especiales en el Festival. La Moneta, con su presentación Muy Especial, provocó ovaciones de pie nada más terminar su primer número y así siguió hasta el final de su actuación. Manuel Liñán, con su obra Baile de Autor, dejó al público tan emocionado que al final de la actuación no paraba de hacer comentarios en el lobby y no querían irse del teatro.

– ¿Qué le gusta más a la audiencia anglosajona de Norteamérica? ¿El flamenco tradicional o el contemporáneo?
– Aquí en Canadá aprecian el arte del flamenco en general, tradicional o contemporáneo. Aprecian la calidad de los artistas, el ingenio y calidad de sus obras sin importar si son gitanos o payos, españoles o no españoles. Pero hay que mencionar que las presentaciones originales contemporáneas están abriendo el camino para la universalidad del flamenco.

 

«Los cursos de flamenco son un fenómeno internacional. Casi puedo asegurar que no hay otra disciplina de baile que sea tan buscada y solicitada como los cursos del flamenco»

 

– ¿De qué se siente más orgullosa como intérprete y docente de flamenco en Canadá?
– Como intérprete, haber encontrado y desarrollado mi propio estilo. Como artista, haber creado obras con temas universales. Como maestra, el privilegio de haber compartido con miles de vancouverites mi amor y conocimiento del flamenco. Y en muchos casos, de haberles inspirado a seguir carreras profesionales. Mediante el Festival, el servir como plataforma para presentar y seguir presentando los mejores artistas españoles, nacionales y locales.

– ¿Cómo le explica a sus alumnos en clase el sentimiento del baile flamenco? ¿Es más difícil que interioricen esa emoción por el hecho de que no lo hayan vivido en su entorno?
– Esta es una pregunta que recibo frecuentemente en entrevistas y siempre tengo esta respuesta. El Flamenco nació en Andalucía, pero lleva un mensaje universal que puede ser entendido por todos nosotros, sin importar tu lugar de origen. El flamenco vive en nuestros corazones, ahí es donde realmente se le encuentra. Al alumno se le tienen que dar las herramientas: enseñarle la técnica, el compás, los cantes y cómo estos elementos se combinan para lograr un buen flamenco. Después se le tiene que fomentar para que encuentre su propia manera de sentir e interpretar. Yo nunca le dirijo a un alumno cómo debe sentir, simplemente le pido que busque dentro de sí mismo.

 

Montaje «Ayer y hoy» de Rosario Ancer, Vancouver, 2000.

 

– ¿Qué tipo de perfil predomina en su alumnado? ¿Edad? ¿Nivel cultural o socioeconómico? ¿Ascendencia hispanoamericana?
– Entre los alumnos y público se encuentran todas las edades –predominando los adultos– y todos los niveles culturales y socioeconómicos. Por supuesto, hay hispanoamericanos, pero no es el público predominante. Siendo Vancouver y Canadá en general una sociedad multicultural –una amalgama de culturas, como el flamenco–, el arte flamenco proporciona un punto de referencia y les da un sentido de pertenecer, les hace sentirse bienvenidos.

– ¿Qué le falta al arte flamenco para despegar aún más en Canadá y EE UU?
– No hay nada en el mundo igual que el flamenco. Es uno de los artes más populares. Un arte español que gusta a personas no españolas. Desde este punto de vista, el flamenco ha despegado en Canadá, EE UU y en el resto del mundo. Una de las cosas que han influido en su difusión en los años recientes es cómo los artistas españoles han departido de interpretar el flamenco tradicional, o sea, el baile por el baile. El artista ha empezado a utilizar el arte del flamenco para llevar a la escena mensajes más personales. Esto tiene completo sentido, ya que el flamenco es un arte esencialmente personal. El público, además de presenciar un buen espectáculo de flamenco, quiere recibir un mensaje personal del artista. Esta combinación es oro puro.

 

«Cuando llegué a Canadá el flamenco se veía como un arte estancado, cuando es todo lo contrario: un arte vivo que no se puede atrapar y guardar sin que cambie. El flamenco invita al cambio: por eso sobrevive y continua siendo relevante»

 

– ¿Cree que está suficientemente valorada la labor del docente de baile flamenco a nivel internacional?
– Tanto profesionales como aficionados valoran muchísimo a los maestros, ya sean locales o españoles. Y me parece que esto no solamente pasa aquí en Canadá. A nivel global, los cursos de flamenco son un fenómeno internacional. Casi puedo asegurar que no hay otra disciplina de baile que sea tan buscada y solicitada como los cursos del flamenco.

– ¿Tienen los intérpretes flamencos de Canadá un sello especial?
– Hay de todo, como me imagino que sucede en España. Los que buscan imitar a otros artistas y solo interpretan, y los que buscan su sello especial. Aunque se entiende que al principio el alumno tiene que imitar al maestro, yo promuevo lo segundo.

– ¿Qué le ha dado el flamenco a su vida?
– En nuestra obra Mis Hermanas lo cuento todo. El flamenco dio dirección a mi vida. Mediante el flamenco conocí a mi marido –mi compañero en la vida y en profesión–, mi hermosa familia, hijos y nietos. Al llegar a Canadá hablaba muy poco inglés. El flamenco me dio voz y la oportunidad de comunicarme y canalizar mi energía y creatividad, el privilegio de servir a otros y la oportunidad de llevar felicidad a muchos mediante la enseñanza y presentaciones. No hay suficiente espacio para explicar todas las notas de agradecimiento que he recibido en mi vida. Personal y artísticamente me siento muy completa y me encuentro en una etapa de madurez muy especial en mi vida.

– ¿Alguna palabra de ánimo a los flamencos en esta época oscura de virus y confinamientos?
– Estos tiempos son muy inciertos, pero todos estamos unidos en esto. Seguramente todo va a cambiar, pero estoy segura de que encontraremos medios creativos para continuar actuando y enseñando. Los flamencos deben sentirse seguros de que la demanda continuará, pero también que habrá cambios y todos tendremos que ajustarnos a ellos. Aunque tuvimos que cancelar las presentaciones públicas del Festival de este año, estamos en comunicación con nuestros invitados para hacer posible algún modo de presentación on-line. Y ya estamos planeando el 2021 Vancouver Internacional Flamenco Festival. ¡Nosotros seguimos aquí luchando por el flamenco!

 

Imagen superior: Escena de la obra Fastforward Rewind de la Compañía Flamenco Rosario (Rosario Ancer), Vancouver, 2015. Foto: Tim Matheson.

 

Rosario Ancer y Victor Kolstee, 2008. Foto: David Cooper

 

 


Sevilla, 1969. Periodista andaluz de intereses etéreos y estrofas cabales. Tres décadas de oficio en prensa musical y cultural. Con arrimo y sin arrimo, para seres de cualesquier afecto.

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