Antonio Ricardo Gómez Muñoz El Turry (Almuñécar, 1987) es una nueva voz de Granada con muchas posibilidades de llegar a ser fundamental en los próximos años. Tiene un gran talento musical y es creador. O sea, que apunta maneras. Además tiene buena imagen y, sobre todo, una enorme sensibilidad para el arte y una educación personal que invita a ser su amigo. Se sale de lo común, algo importante en un arte con tantos enterados, tan pocos entendidos y demasiados copistas.

En el pasado Festival Internacional del Cante de las Minas lo echaron para su casa, siendo la mejor voz que estuvo en La Unión. Lejos de acobardarse, acaba de lanzar su segundo disco al mercado, Borracho de arte, donde lo primero que sorprende es una voz fresca y bien timbrada. No da voces, canta con un prodigioso arco melódico, afinado y sin ojana, luego estamos ante una nueva figura que celebramos con palmas a compás y una visita imaginaria a Granada.

– ¿Alguna vez se ha emborrachado de arte?
– Muchísimas veces. Cada vez que escucho alguno de los grandes maestros o en alguna de nuestras fiestas cuando alguno canta o mi mujer o algún familiar o compañero baila. Es una sensación única, que los que de verdad somos amantes del arte la conocemos y nunca nos cansamos de ella.

– Hábleme de su familia. De su dedicación al arte flamenco, de su padre.
– Mi familia es el principal motivo de mi dedicación al cante, es con lo que mi padre se ha ganado la vida y lo que siempre hemos visto en casa. Mi padre es el mejor artista que conozco en todos los sentidos: canta, toca bien y además con un profundo conocimiento de nuestro arte y de su instrumento.

– ¿Por qué el remoquete de El Turry?
– Me lo puso mi abuela materna de pequeño. Era un niño muy dulce, decían, y me gustaba mucho el turrón. “Este niño es como un turroncillo”. Fue derivando a turro, turrillo… hasta que se quedó en Turry. Y ya hasta mi madre me llama así.

– ¿En qué escuela se reconoce? ¿O considera que tiene un sello propio?
– No me gustan las etiquetas. Me gusta todo el que cante bien y tenga sensibilidad, ya sea marchenero, mairenista, morentista o camaronero. A mí me gusta todo el cante e intento conocerlo y hacerlo. Luego, lo del sello propio, creo que aún soy muy joven y creo que es algo que tendrán que decir los demás y no yo. Intento solo cantar lo mejor posible y con verdad, sin intentar copiar a nadie.

– ¿Ve a Morente y Camarón muros insalvables? O sea, ¿cree que nunca podría llegar a tener esa altura?
– Son dos genios creadores y revolucionarios que veo a un millón de kilómetros de distancia. Únicos e irrepetibles.

«’Borracho de arte’ es un reflejo de lo que realmente es mi cante. Intento respetar la línea melódica principal de los palos, pero intentar aportarle cómo los siento y los veo musicalmente»

– ¿Qué nos quiere mostrar en Borracho de arte?
– Mi situación actual como cantaor. Los que me sigan, espero que vean en mí una evolución. Que lo disfruten mucho y le presten atención a los detalles, porque es un disco que hemos tratado con mucho cariño y que está muy cuidado.

– Diga lo que quiera sobre el contenido del disco.
– El disco tiene una variedad de palos muy distintos entre sí, y es un reflejo de lo que realmente es mi cante. Intento respetar la línea melódica principal de los palos, pero intentar aportarle como los siento y los veo musicalmente.

– ¿En qué momento ve el cante flamenco?
– Refiriéndome al cante en particular, veo a muchísimos compañeros que cantan todos genial. Pero en mi humilde opinión hay poca personalidad, muchos con las mismas formas, con las mismas letras y con un repertorio casi idéntico.

– ¿Se considera un compositor?
– Son palabras mayores. Casi todos los temas de mi disco son míos o en coautoría con algún compañero, pero siendo sincero no me considero un compositor en el sentido magno de la palabra. Junto palabras y melodías que me vienen a la cabeza y luego sale un resultado más o menos decente. Si lo hago es por pura necesidad. Mi disco es una autoproducción.

– ¿Para usted qué es cantar gitano?
– Es la forma de expresar el cante flamenco de una etnia con una historia cultura y vivencias que se quedan impregnadas en la forma de vivir y, en consecuencia, a su vez de decir el cante y de expresarlo, sobre todo nuestros mayores.

– Un deseo para el próximo año.
– Salud para todos. Que se acabe por fin de una forma definitiva esta pesadilla de la Covid-19. Y cantar mucho. Poder compartir mi cante y disfrutar de la afición flamenca.

Antonio Gómez El Turry, durante su actuación en las semifinales del Concurso de Las Minas, La Unión. Agosto 2021. Foto: perezventana