Paula Comitre (1994) ha sido una de las triunfadoras del XXIV Festival de Jerez consiguiendo el Premio Artista Revelación en una edición en la que se estrenaba en solitario con Cámara Abierta. La joven bailaora sevillana, que ha crecido artísticamente junto a maestras como Rafaela Carrasco, se muestra feliz con este reconocimiento a pesar de vivir estos difíciles momentos de pandemia mundial. Respecto a este asunto piensa que la cultura debe ser tratada como un “sector de carácter específico y por ello se le exige al Gobierno medidas concretas”.

– ¿Qué siente al obtener el Premio Artista Revelación del Festival de Jerez?
– Ha sido un lujo recibir este reconocimiento porque le tengo mucho respeto. Se lo han llevado artistas anteriormente que admiro mucho y no me esperaba que en esta edición sería yo la galardonada, sobre todo porque ha habido un nivel altísimo y muchas propuestas aspiraban a este premio. Mis compañeros han estado muy bien y que hayan destacado mi espectáculo me supone una alegría enorme.

– Un premio que a nombres como María Moreno, Luisa Palicio o los propios Estévez y Paños les ha servido de mucho para su proyección.
– Los artistas que han conseguido este premio han crecido de forma extraordinaria, les ha acompañado el éxito. Ellos ya son grandes figuras y están en primera línea, por lo que este premio de Artista Revelación exige mucha responsabilidad, respeto y superación. Con esto me obligo a seguir formándome, nutriéndome y aprendiendo, para seguir superándome.

«Estamos comprobando que la danza, el cine, la música… están sirviendo para que el confinamiento sea más ameno, por lo que cumplimos una gran función en la sociedad»

– En Cámara Abierta, nombre del montaje, se deja asesorar por nombres importantes. La apuesta por la calidad ha sido clara desde el primer momento, ¿no?
– Cuando Isamay –directora del Festival– me concedió la fecha lo primero que pensé fue en el equipo. Para mí el Festival es un encuentro de mucha categoría, es uno de los principales del mundo y al ser esta mi primera aparición en solitario supe que tenía que llegar bien arropada. Con cada uno de ellos tengo una gran relación personal y entendí que me tenían que acompañar en mi primera vez. Gente profesional, con experiencia y sabiduría…

– Presentarse en solitario de la mano de Mercedes de Córdoba, David Coria o Rafaela Carrasco no puede pasar desapercibido para el espectador.
– Sin duda. Los tres son muy importantes para entender mi desarrollo artístico. Con David tengo una relación muy especial, tanto en el escenario como fuera de él, desde que lo conocí en el Ballet Andaluz con 19 años, que él era repetidor. Es un referente. Luego entré en su compañía y desde siempre fantaseaba que él me dirigiera y supervisara en mi primer espectáculo. Por otro lado, en los últimos años he tenido la suerte de cruzarme con Mercedes de Córdoba, que la conocí en Los Gallos, entonces su visión me parecía siempre interesante. Rafaela me montó la liviana y eso es un honor.

– A pesar de su juventud, mostró un gran dominio del espacio escénico que a veces es lo complicado de superar en estas oportunidades.
– Bueno, no tiene nada que ver enfrentarse a un tablao que a una sala como en la que estuve en el Festival. Tampoco es lo mismo hacerlo en solitario que en compañía, pues en esto sí tenía experiencia con Rafaela, David o el Ballet Andaluz. Ha sido la primera vez que me he puesto al frente de una propuesta de esta envergadura y quería aunar en la escena mi lenguaje flamenco con el lado conceptual que ayuda a mostrar un mensaje. Moverme en ese equilibrio. Una vez que se estrenó el espectáculo noté un gran salto en mi carrera, para mí misma, quería llegar un poco más allá en ese aspecto y creo que lo conseguí.

– ¿Quizá resulte un tanto agridulce lo del premio en esta situación de pandemia?
– La felicidad que me dio la llamada en la que me decían lo del premio no se me va a olvidar en la vida. Yo estaba en Tokio, en el Tablao Garlochi, y me quedaba media hora para salir a escena. Entonces lo celebramos. Por otro lado, no voy a negar que mi alegría fuera de la mano de la preocupación evidente que me provocaba el asunto del Coronavirus, y desde Tokio veíamos la terrible situación que estaba viviendo España, ya que era muy al principio de todo y las decisiones cada día eran distintas y más impactantes. Te das cuenta que en estos momentos todo pasa a un segundo plano, solo importa la vida. Espero que todo vuelva a la normalidad cuanto antes y podamos seguir con nuestros proyectos.

«Las declaraciones del Gobierno dándonos la espalda hicieron que nos uniéramos para hacer fuerza y caminar en la misma dirección»

– El sector cultural se presenta como uno de los más vulnerables ante la situación.
– La prioridad es la sanidad y el abastecimiento de material sanitario, pero luego llegará el aspecto complicado de la economía. El Gobierno está tomando medidas para muchos sectores y lo que pedimos los artistas es que se enfrenten al nuestro como uno de carácter específico y tomen medidas concretas. Nuestra actividad laborar es intermitente, contratos con poca continuidad y no podemos adaptarnos a las soluciones que ofrecen. Esto será duro para todos, pero al menos que tengamos alguna manera de sobrellevarlo.

– No podrá decirse en estos momentos que la cultura no importa a tenor del movimiento de redes sociales y otras plataformas.
– Estamos comprobando que la danza, el cine, la música… están sirviendo para que el confinamiento sea más ameno, por lo que cumplimos una gran función en la sociedad. Las declaraciones del Gobierno dándonos la espalda hicieron que nos uniéramos para hacer fuerza y caminar en la misma dirección. Y vuelvo a decir que ahora lo importante son los centros sanitarios.

– Entendemos que todo se ha parado y Cámara Abierta, por ahora, no tendrá mucho recorrido…
– Al ser un espectáculo recién estrenado preferimos que tenga continuidad a partir de 2021. Esperamos que todo esto haya pasado y la situación esté normalizada, y centrarnos en girar con el montaje.

Imagen superior de Paula Comitre: Luciano Rubio