¿Es flamenco Tomasito? ¿Cómo podemos calificarlo, o clasificarlo? Él mismo reconoce que lo es. Cómo no serlo habiendo nacido en San Miguel en una familia gitana perteneciente a Santiago, barrio al que se trasladó en su juventud para vivir en ese patio tan florido y con vida de la calle Cantarería que aparece en pantalla. Es el patio de la Bastiana, su madre, que por allí estaba sentadita en su mesa de camilla viendo la televisión, peinando canas. En esa casa se fraguan ideas, se han celebrado dichos, grabado escenas de documentales… Es de los pocos patios que sobreviven al boom del ladrillo y de los pisos.

Tomás Moreno Romero (1969) es eléctrico, nervioso e inquieto, con una personalidad arrolladora y un gran conocedor de la música de calidad. Muere con Camarón. Vive entre Madrid y Jerez. Entiende que ahora la música es otra cosa que cuando él empezó: «Ahora es más fácil darte a conocer». Fue descubierto en los escenarios por Manuel Morao en el grupo España-Jerez, pasando luego a la compañía de Lola Flores, por quien grabó su primer disco. Ahora, saca al mercado Agustisimísimo, su séptimo álbum, en el que colaboran Diego del Morao, Manuel Parrilla y Carles Benavent, entre otros. 

«Fui monaguillo de San Miguel, rapeaba el Padre Nuestro y me bebía el vino de misa»