Eduardo Guerrero: flamenco jondo y lorquiano en el Generalife
El bailaor gaditano Eduardo Guerrero ha presentado su espectáculo 'Jondo' ante más de 27.000 espectadores en el XXI Festival Lorca y Granada en los Jardines del Generalife. Horas antes de una de las últimas galas mantuvimos con él esta grata charla registrada en vídeo.
La 21ª edición del Festival Lorca y Granada en los Jardines del Generalife, celebrado del 19 de julio al 27 de agosto de 2022, ha recuperado las cifras de asistencia anteriores a la pandemia. Más de 27.000 espectadores han acudido a sus treinta funciones para disfrutar del espectáculo Jondo. Del primer llanto, del primer beso, producido por Eduardo Guerrero y SEDA, y con el baile del propio Guerrero a la cabeza. El espectáculo, que rinde homenaje al centenario del Concurso del Cante Jondo, ha contado con grandes artistas invitadas como Carmen Linares y Pasión Vega, la dirección de Sharon Fridman y la dramaturgia de Triana Lorite.
En la recta final de estas treinta veladas, mantuvimos una agradable charla audiovisual con el bailaor Eduardo Guerrero (Cádiz, 1983). Durante la entrevista, que se desarrolló en el Hotel Porcel Alixares, justo frente al Generalife, el artista tuvo oportunidad de reflexionar animadamente sobre el honor de homenajear a Federico «Todos tenemos una parte de Lorca. Era un poeta muy del pueblo. Todos hemos tenido esas etapas lorquianas. Y ahora que lo he conocido más a fondo me he dado cuenta de lo poco que le dejaron hablar. Y hoy en día se habla muy poco de Lorca para todo lo que ha hecho», dice. «Él seguirá eternamente vivo según nosotros lo visualicemos a él. Y creo que él sería muy feliz viendo Jondo».
Por lo demás, Guerrero se desmarca del flamenco contemporáneo –«Yo soy quien soy, vengo de donde vengo, y aporto una visión actual»–, reivindica la absoluta libertad del creador y reconoce el bien que le han hecho al arte flamenco los nuevos artistas mediáticos. Y sobre aquel affaire cuando se resolvió el beneficiario del festival, afirma que «este año Lorca y Granada estaban para mí». Esa ciudad moruna que esconde tantas esquinas con arte, en sus palabras.
«Mario Maya me vio hacer la diagonal y dijo: este niño va a bailar»