La nueva generación del cante para el baile llega pisando fuerte y ya son algunos los elegidos para coger el testigo de los grandes maestros que han marcado una etapa, como el propio Chano Lobato, Diego El Boquerón o los actualmente en activo Enrique El Extremeño o Juan José Amador.

Uno de los que son más reclamados por las primeras figuras es Ismael de la Rosa El Bola (Camas, Sevilla, 1994), de la familia de los Fernández de Triana con Curro a la cabeza. Es perspicaz, lo coge todo al vuelo, tiene una buena voz y está sobrado de compás. Son algunas de las claves del porqué comparte escenarios con Farruquito o María Moreno. Se emociona al hablar de Manuel Molina, a quien conoció y escuchó en numerosas noches a la brisa del Guadalquivir. Es tajante cuando considera que su posición actual es el resultado del trabajo de años en tablaos, viajes y giras, y sobre todo del amor que siente por este arte. Siempre tuvo claro que quería dedicarse a esto, aunque en su casa no lo obligaron. Tiene una visión positiva del flamenco de su generación: «A los que estamos nos tienen que entender, dar el sitio y dejar ser».

«La soleá de Triana es un cante muy grande y se deja de la mano por desconocimiento o por su dificultad, es una pena»

El cantaor Ismael de la Rosa El Bola, durante su entrevista con Juan Garrido en el Restaurante Damajuana, Jerez. Enero 2022.