Miguel Soto Peña (1976) es jerezano, de los que a veces no lo parecen. Introvertido y discreto, lleva sin parar desde hace más de treinta años. Acompaña a Miguel Poveda en sus espectáculos, en los que siempre encuentra «un lugar muy especial», y al que conoció cuando aún no era la estrella musical de estos momentos. Compartió ratos de juerga con Paco de Lucía, en la época de Madrid en la que el genio de la guitarra tenía a su vera a Joaquín Grilo, íntimo de Miguel. Incluso llegó a enfrentarse a él en pachanguitas de fútbol.

 

 

El Londro, apodo que hereda de su padre y de su abuelo, canta con personalidad, con una voz dulce y experimentada, y ha acompañado a la mayoría de bailaores, como Carmen Cortés, Mercedes Ruiz, Isabel Bayón, Antonio Canales… Interminable. Tanto está hecho a los escenarios y espectáculos de baile que cuanto se enfrenta al público en solitario «echa en falta a su bailaora», bromea. No es ni de juzgar, ni de quejarse, ni de pedir. Es un luchador y por eso se siente querido por sus compañeros, aunque a veces se olviden de él las instituciones públicas. 

 

 

La entrevista se realiza en la Cooperativa Vitivinícola Las Angustias (Jerez de la Frontera).