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Construyendo una guitarra: el mástil

En esta serie de artículos os estoy contando mis vivencias en el proceso de construcción de mi primera guitarra. Intentaré mostrar los diferentes procesos, materiales y herramientas que se utilizan. Comenzamos en el taller de Tato Rodríguez, luthier de origen onubense.


Continuamos esta maravillosa andadura que empezamos en agosto con un texto sobre las maderas. Un sueño que gracias a la gentileza, atención, consejos y ayuda del constructor de guitarras Tato Rodríguez se materializará en este último trimestre del año. En esta serie de artículos os estoy contando mis vivencias en el proceso de construcción de mi primera guitarra. No soy constructor de instrumento, más bien un friki de la sonanta, por lo que a través de estos artículos describiré mi experiencia personal. Intentaré mostrar los diferentes procesos, materiales y herramientas que se utilizan. Y a la vez, disculparme por los posibles errores que pueda cometer durante este proceso.

 

Comenzamos en el taller de Tato Rodríguez. Luthier de origen onubense, lleva desde los 16 años dedicado a la madera. Se forma en diferentes grados superiores de carpintería y ebanistería. Trabaja en diferentes talleres de carpintería hasta que monta el suyo, dedicado a la fabricación artesanal de muebles. Al conocer sus trabajos, solicitan sus servicios en la Fundación Nao Victoria para la construcción de diferentes embarcaciones, entre ellas el Galeón Andalucía. Hace unos tres años monta su propio taller de construcción de guitarras. Esta motivación viene por la intención de construir una guitarra flamenca para su hermano Alberto. En sus inicios aprende del constructor onubense Agustín Sánchez. Poco después toma su propio camino. Sus guitarras hoy día la usan profesionales y aficionados tanto a nivel nacional como internacional.

 

Bueno, una vez introducido el tema entremos en materia. Abordamos la construcción del mango. En este proceso fabricamos la cabeza con la pala, el mástil y el zoque. La cabeza es la zona de la guitarra donde se inserta el clavijero, además de donde realizaremos una de las señas de identidad de cada luthier: el dibujo y talla de la cabeza. El mástil es el lugar donde descansa el diapasón. Y el zoque es la pieza en la que el mango se une a la caja de resonancia, compuesta por tapa armónica, aros y fondo. Apuntamos que las piezas de maderas pasan por unas máquinas calibradoras específicas para obtener de cada una el grosor deseado. Aunque a medida que avanzamos volveremos a utilizar la calibradora para las diferentes piezas que componen una guitarra.

 

 

«No soy constructor de instrumentos, más bien un friki de la sonanta, por lo que a través de estos artículos describiré mi experiencia personal. Intentaré mostrar los diferentes procesos, materiales y herramientas que se utilizan»

 

 

La construcción del mango lleva una configuración específica para formar el zoque, además del ángulo adecuado en la cabeza, sobre la que se coloca la sobrecabeza, una lámina de palo santo que refuerza y embellece esa zona.

 

Para hacer el mango de la guitarra utilizamos cedro, aunque tradicionalmente se han usado otras maderas estables como el arce, pino o caoba. Partimos de un listón con el grosor y largo adecuado. De ahí obtenemos las piezas para el mástil, pala y zoque. Con la ayuda de una sierra hacemos cuatro cortes pequeños para el zoque. Dejamos uno largo, para que en el extremo contrario al zoque realicemos un corte angular para dar a la cabeza la inclinación necesaria. Una vez cortadas todas las piezas pasaremos a encolarlas para que queden en un bloque.

 

 

Construyendo el mástil de una guitarra flamenca. Taller de Tato Rodríguez, Huelva. Foto: Irra Torres

 

 

Después realizamos el adorno de la pala, la sobrecabeza, y lo encolamos. Para ello cogemos dos láminas de palo santo, previamente cortadas y calibradas en su medida. Entre esas dos láminas colocamos, en el caso de que se quiera, tres láminas finas del color elegido. En mi caso, negro y blanco. Y una vez encolado todo este conjunto dejamos su adecuado tiempo de secado. Se calibra de nuevo para dejarlo todo en una pieza consistente y lo pegamos en la cabeza. A continuación, sobre la pala de palo santo pegamos la silueta para realizar la talla de la cabeza. Esta silueta se puede dibujar en un papel, a modo de guía, o bien dibujarlo sobre la madera.

 

 

Construyendo el mástil de una guitarra flamenca. Taller de Tato Rodríguez, Huelva. Foto: Irra Torres

 

Construyendo el mástil de una guitarra flamenca. Taller de Tato Rodríguez, Huelva. Foto: Irra Torres

 

Construyendo el mástil de una guitarra flamenca. Taller de Tato Rodríguez, Huelva. Foto: Irra Torres

 

 

Lo siguiente relacionado con el trabajo en la cabeza de la guitarra pasa por la talla. Para este cometido podemos ayudarnos de una segueta –también se utiliza una sierra eléctrica– para detallar la silueta. Y luego con el formón y diferentes lijas fijamos la forma deseada. Seguidamente realizamos las medidas correspondientes para los agujeros del clavijero y los huecos de la pala. Y aprovechamos ese trabajo para dejar hecho el canal, a lo largo del mástil, para la colocación posterior del refuerzo del diapasón.

 

 

Construyendo el mástil de una guitarra flamenca. Taller de Tato Rodríguez, Huelva. Foto: Irra Torres

 

Construyendo el mástil de una guitarra flamenca. Taller de Tato Rodríguez, Huelva. Foto: Irra Torres

 

Construyendo el mástil de una guitarra flamenca. Taller de Tato Rodríguez, Huelva. Foto: Irra Torres

 

 

Llegados a este punto iniciaremos la construcción y talla del zoque. Este incluye, por una parte, el tacón de la guitarra, que quedará en la parte exterior. Por otra, el bloque interior, pieza visible a través de la boca de la guitarra donde se unen fondos, aros y tapa armónica. Empezaremos por marcar las medidas de la forma completa del zoque. Una vez dibujada la forma, con la ayuda de una sierra eléctrica recortamos gran parte de la madera sobrante. Así llegaremos a la forma deseada con la ayuda de varios formones y la escofina, en procesos de talla y lijado. Seguidamente, detallamos el tacón que incluye las caras interiores para el fondo y la tapa junto a las dos ranuras laterales donde se insertarán los aros más adelante. 

 

 

Construyendo el mástil de una guitarra flamenca. Taller de Tato Rodríguez, Huelva. Foto: Irra Torres

Construyendo el mástil de una guitarra flamenca. Taller de Tato Rodríguez, Huelva. Foto: Irra Torres

 

Construyendo el mástil de una guitarra flamenca. Taller de Tato Rodríguez, Huelva. Foto: Irra Torres

Construyendo el mástil de una guitarra flamenca. Taller de Tato Rodríguez, Huelva. Foto: Irra Torres

 

Construyendo el mástil de una guitarra flamenca. Taller de Tato Rodríguez, Huelva. Foto: Irra Torres

Construyendo el mástil de una guitarra flamenca. Taller de Tato Rodríguez, Huelva. Foto: Irra Torres

 

 

Ya con el mango en bruto pero en su forma adecuada, pasamos a lijar toda la pieza. En este proceso utilizaremos diferentes lijas. Partimos de lijas de grano grueso, con la intención de eliminar pequeños restos sobrantes e igualar la pieza. Poco a poco cambiaremos a lijas de granos más finos para pulir la forma de la cabeza, los orificios para el clavijero y el zoque completo.

 

En todo este proceso hemos utilizado diferentes herramientas. Añado que hay algunas herramientas eléctricas como sierra, taladro, lijadora, calibradora o alguna otra que utilizaremos más adelante. Pero la base tradicional de la construcción la ejercemos con utensilios de carpintería como formones de diferentes tamaños, escofinas, prensillas, reglas, escuadras o lijas. Incluyo la cola y los lápices de marca para las medidas, así como los diferentes formeros, como la solera y otros útiles, que facilitan el trabajo y el encastre de las diversas partes del instrumento. Pero sobre todo, y con vital importancia, los planos para el desarrollo y construcción de todas las piezas.

 

Si queréis ver cómo queda la tapa armónica, en breve os lo contaré. Y además para amenizar esta serie de escritos os detallaré algún chascarrillo o anécdota de luthier. Para que estos artículos no parezcan esos tutoriales ilegibles de Ikea.

 

Como aquel 6 de mayo de 1913 cuando Andrés Segovia, sin apenas recursos económicos, llega a la Guitarrería Ramírez poco antes de su primer concierto en el Ateneo de Madrid. Entonces Manuel Ramírez, hermano pequeño del fundador de la casa, José Ramírez I, le presta un instrumento para que lo pruebe. Cuando el luthier escucha lo que toca y ve cómo ejecuta, le comenta con alegría y asombro que se lleve la guitarra. Días después, Manuel Ramírez describe que el recital había sido un éxito. Y que sintió una inmensa felicidad viendo cómo se transformaban en música las cuatro tablas que había juntado para fabricar esa guitarra. Esta guitarra, a día de hoy, se expone en el Museo Metropolitano de Nueva York.

 

 

→  Ver aquí todos los artículos de Irra Torres en Expoflamenco

 

 

 


Huelva, 1977. Maestro y guitarrista apasionado del flamenco. Investigador y divulgador de nuestra cultura. El camino del compás le lleva a ser un docente con duende.

1 COMMENT
  • Francisco en Paris 30 septiembre, 2023

    Muy interesante , gracias

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