Tres artistas que darán que hablar
Expoflamenco acudió a la Gala de Entrega de Premios del Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba, con las actuaciones de los ganadores Florencia Oz, El Perrete y José Fermín Fernández.
Asistimos a la Gala de Entrega de Premios del Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba. Cada tres años, la ciudad de los califas cambia los ropajes de los Omeya por los trajes de flamenca y la bata de cola. Es el concurso más importante del arte jondo, heredero de aquel que se celebró en Granada en 1922 de la mano de Lorca, Zuloaga y Manuel de Falla. El único, junto a la Cátedra de Flamencología de Jerez, que puede conceder el Premio Nacional de Flamenco. Para lo bueno y para lo malo, el certamen cordobés va unido íntimamente a la historia de nuestro arte.
El Gran Teatro de Córdoba, qué maravilla. Mil personas lo abarrotan en un silencio litúrgico de más de sesenta años. Qué bien que me hayas traído. Ahí está Fosforito, ganador absoluto de la primera edición en 1956. Saldrá a dar el premio de la categoría de cante, ya verás la ovación que se lleva. Es muy querido aquí. Por cierto, una gala tan bonita y qué complicada se antoja, con tantas entradas y salidas. A ti y a mí nos gustan los actos sencillos y breves. Por ejemplo, entrega de diplomas a los finalistas, premios a los vencedores y vámonos-que-nos-vamos a disfrutar del flamenco. Es una opinión.
«Florencia Oz fue la encargada de dar término a la gala, engalanada con una preciosa bata de cola en verde y naranja. Demostró un dominio virtuoso del mantón»
Hay baile al principio y al final, eso está bien, para facilitar sin esperas el obligado cambio de vestuario. Como en un bocadillo de música, el relleno entre esos sabrosos panes bailables está hecho de cante y guitarra de concierto, en ese orden. Los asistentes reciben a cada artista con una sorprendente ovación. Se nota que han asistido al teatro los días previos. Déjame que te lo cuente a mi manera. Primero la guitarra.
Se llama José Fermín Fernández, sin ningún remoquete artístico. Nació en Granada en 1995 y lleva tañendo las seis cuerdas del flamenco desde los once años. Si existe una razón para la continuidad en el siglo XXI de los concursos flamencos es el descubrimiento de grandes talentos como el de José. La fecha de 2019 permanecerá atada a su memoria, pues ha ganado en el mismo año el Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba y el Bordón Minero del Festival Internacional de Cante de las Minas en la localidad murciana de La Unión. Son los dos concursos más importantes, los que tradicionalmente han impulsado más y mejor las carreras de sus ganadores. Hoy no tienen esa trascendencia, pero su prestigio y su dotación económica son anhelados por muchos jóvenes artistas.
José saluda ofreciendo su guitarra al calor de las palmas del respetable. Suena la taranta íntima y elegante. Los trémolos ágiles, las yemas de su izquierda pulsan con maestría y sin compasión. Su rostro transmite su mundo interior tanto como la resonancia de su instrumento. Los presentes encogen la barriga y encajan los golpes en silencio. Al sonar la bulería, qué barbaridad, el silencio se rasga como un velo cuando llegan los primeros murmullos. Pero tú has visto eso, cómo lo ha hecho, mare mía.
Al cantaor Francisco Escudero Marques Perrete (Badajoz, 1992) ya lo venías tú siguiendo. Otro que no olvidará el año 2019, pues también se alzó este verano con dos primeros premios en La Unión. De garganta limpia y veloz, con una capacidad de afinación excelente, Francisco se tuvo que ver las caras con Enrique Afanador, Rocío Belén y Ángeles Toledano, antes de encaramarse al escalón superior del podio cordobés. La sonanta de Juan Vargas juega con los primeros sones de la malagueña, y Francisco toma con facilidad la salida chaconiana, a mano derecha:
Ni mancha ningún linaje,
el ser pobre no es deshonra
ni mancha ningún linaje,
Jesucristo vino al mundo
pobre, y sin calor de nadie.
Esa me la sé. La del maestro Ojana, también atribuida a Baldomero Pacheco. La grabó Vallejo antes que nadie. Gustaron mucho los abandolaos dedicados a sus paisanos Porrina de Badajoz y el Indio Gitano. Pero donde se quitó verdaderamente el escudo y la armadura fue en la seguiriya. Desgranó con penuria y pundonor los tercios del Viejo de la Isla y del maestro Antonio Mairena, para desembarcar en las playas de Sanlúcar de Barrameda al calor del Tuerto de la Peña.
Confieso que esta bailaora me ha dejado boquiabierto. Es chilena, de Santiago, afincada en Sevilla desde hace trece años. Se llama Florencia O’Ryan Zúñiga, Florencia Oz para gloria del baile flamenco. Viene acompañada de la guitarra de Miguel Pérez y de las sabias voces de Jesús Corbacho y Antonio Campos. Escuela sevillana, como a ti te gusta. Abrió la parte musical de la gala con una seguiriya soberbia, precedida de la toná del Cristo. Y fue la encargada de dar término a la gala, engalanada con una preciosa bata de cola en verde y naranja. Demostró un dominio virtuoso del mantón. Y el movimiento de la cola, que giraba y giraba a escasos milímetros de la superficie entablada, la sitúa al nivel de las mayores bailaoras contemporáneas. Lo pasamos bien, la verdad. Solo espero que este concurso suponga un espaldarazo para las carreras de los premiados. Se lo merecen, y el flamenco también.
Fotos: IMAE Gran Teatro de Córdoba
FICHA ARTÍSTICA:
Espectáculo: Gala Entrega de Premios
XXII Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba
Lugar y fecha: Gran Teatro de Córdoba. 23/11/2019Ganadora de la categoría de baile: Florencia Oz
Al cante: Jesús Corbacho y Antonio Campos
Al toque: Miguel Pérez
Palmas: José Manuel El Oruco
Ganador de la categoría de cante: Francisco Escudero El Perrete
Al toque: Juan Vargas
Ganador de la categoría de guitarra: José Fermín Fernández
Presentadora: Mar Rodríguez