Una noche de flamenco en Los Gallos
Mercedes de Córdoba, Rosario Toledo y Rafael Campallo, entre otras grandes figuras, rinden tributo al arte jondo en el tablao más antiguo de Sevilla.
Sevilla, cae la tarde sobre el barrio de Santa Cruz. Decenas de turistas caminan en procesión detrás de un banderín, o quizás de un paraguas a modo de cruz de guía. La muralla del Alcázar a este lado, al otro los Jardines de Murillo, no, esos son los de Catalina Ribera, que me lo ha dicho a mí el guía. Y esa cruz magnífica que da nombre al barrio, y a la plazuela más florida de este lado del río. Ahí al fondo están Los Gallos. Me han dicho que ese es un lugar para guiris. No te enteras de na.
El Tablao Los Gallos es el más antiguo de Sevilla. Fue inaugurado la noche del Domingo de Resurrección de 1966. Su fundador, José Luis Núñez de Prado, fue un empresario madrileño del barrio de Salamanca y amigo de Manolo Caracol. Enamorado del flamenco, le puso a su tablao el nombre de la finca que Caballero Bonald tenía caminito de Sanlúcar de Barrameda. Y encargó al afamado pintor Manuel Viola la decoración de un mural, con dos gallos de pelea presidiendo el escenario. Todo aquello se quemó años después, en un pavoroso incendio que lo destruyó por completo, pero el templo del arte fue reconstruido respetando escrupulosamente su estructura y su espíritu.
No es para guiris, no. Pero son el sesenta por ciento de su público. Vienen de todo el mundo, y saben a lo que vienen. Algunos son grandes aficionados. Otros, acuden con devoción, o con curiosidad. Pero todos saben escuchar. En Los Gallos no sirven comidas, y las copas te las sirven antes, no durante. No sé si me explico.
Siéntate a mi vera, desde aquí puedes verle las enaguas a las bailaoras. El primer número resulta algo caótico, con todos los artistas en escena. Es el Niño de Gines quien abre el melón de los cantes, con la malagueña de Gayarrito, aquella de Se me apareció la muerte. Cuando las guitarras llaman a misa al toque de abandolaos, cuatro pares de castañuelas bajan una escalera situada a la izquierda de la escena. Ahí hay un buen número de premios al baile, entre Giraldillos de la Bienal, Desplantes de Las Minas y Nacionales de Arte Flamenco de Córdoba. Demasiada grandeza para un escenario tan pequeño. Entre rondeñas, verdiales y fandangos de Lucena, el cuadro luce poco.
«Que sepas quién manda aquí, yo soy Rosario, la gaditana, la del fuego en los ojos y la boca ensangrentada»
Ese de ahí es Antonio Villar, el hijo de Juan, el maestro gaditano. Tiene una voz muy gitana, tirando a afillá. No hay más que escucharlo templarse por alegrías y comprobar que el aire de Los Gallos se inflama de expectación. Qué estampa más bella la de Sandra Cisneros, la joven bailaora malagueña. Su bata de cola gira en redondo mientras los bajos de sus volantes tiñen las tablas de rojo sangre. El verde turquesa de su cuerpo nace de las mismas aguas de la bahía de Cádiz, evocando la proa de una barquilla mareante. Quédate con esas manos, derraman verdad en cada braceo.
Quién te iba a ti a decir lo que estás disfrutando ahora. Está el Niño de Gines cantando por tonás, sí, la de los Pajaritos. Y esa guitarra de Juan Campallo, llamando por seguiriyas. Es Rosario Toledo, bailaora de Cai, viene vestida de corto, eso es que va a hacer el baile de hombre, te dicen al oído. Antonio Villar recuerda la cama del Hospitalito de Cai, a mano derecha, y Rosario tira de riñones para dejarle un recadito con sus pies a las tablas de Los Gallos. Que sepas quién manda aquí, yo soy Rosario, la gaditana, la del fuego en los ojos y la boca ensangrentada. Aquí hay gente que nunca ha visto nada parecido. Y ahí fuera, tampoco.
Tiempo de guitarra, un remanso después del agua bravía. El joven tocaor Jesús Rodríguez, de Mairena del Alcor, estuvo cuatro años robándole el toque al mismísimo Niño Elías, que lo recibía en su casa a diario para darle clases en exclusiva. Es una soleá magnífica, muestra temprana de enorme sabiduría.
Y qué me dices de José Méndez, cantaor de lujo para una audiencia de medio centenar escaso de personas. José es familia de la Paquera de Jerez, que también actuaba aquí en los primeros años del tablao. Le va a cantar unos tarantos a Rafael Campallo de esos que hacen temblar las paeres. Rafael Campallo bailaba ya en Los Gallos cuando era un mocito. Entre aquel tiempo y esta noche, ha bailado con María Pagés, con Manuela Carrasco, con Mario Maya. Fue primer premio en el Festival de las Minas de 1999. De lo mejor que puedes encontrar hoy en día, si vas en busca de la pureza del baile. No solo es la velocidad de pies y la técnica deslumbrante. Cuando Rafael baila, te tira unos gañafones que acabas con el costado dolorido. Sin darnos cuenta, nuestro corazón salta por rumbas de su mano. Ahora son tangos de Granada, en la voz de Antonio Villar y, de nuevo, José Méndez.
«Esos ojos, el semblante transfigurado, estamos ante la soledad más desconsolada que puede expresar una mujer. Ya no puedo más»
Y queda por servir la jondura desnuda, el baile por soleá. Cómo se puede bailar con los ojos. Tú me dirás, porque eso es lo que hace Mercedes de Córdoba. Dos premios nacionales y un Giraldillo al Baile. Así, sin anestesia. Vestida de negro riguroso, el color de la soleá. Solo una flor grana en su negro pelo. No te asombres, esas dos chicas rubias, tan rubias, están llorando. Cómo se explica eso. La guitarra de Juan Campallo, qué gran músico es el hermano de Rafael y de Adela, contribuye a ese olor a arte grande. Entre el Niño de Gines y José Méndez le meten a Mercedes el diablo en el cuerpo. Soleá de la Serneta, el primero. El segundo, por la Andonda. Zapateados de categoría, mírale los pies, tú que estás delante. Quieres fijarte en sus manos, que son una delicia, en su baile de cuerpo entero, tan difícil de ver hoy. Pero no puedes. Esos ojos, el semblante transfigurado, estamos ante la soledad más desconsolada que puede expresar una mujer. Ya no puedo más, llévanos a la soleá por bulerías, a las bulerías por soleá. Llévanos al fin de fiesta, Mercedes, que yo esto no me lo esperaba.
FICHA ARTÍSTICA:
Espectáculo: Guitarra, cante y baile flamencos
Lugar y fecha: Tablao Los Gallos, Sevilla. 23/5/2019
Al baile: Mercedes de Córdoba, Rosario Toledo, Rafael Campallo y Sandra Cisneros
Al cante: El Niño de Gines, José Méndez y Antonio Villar
A la guitarra: Juan Campallo, Jesús Rodríguez y José Pérez