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Tremendita, Perrate y Moneo: se hace camino al andar

El ciclo de recitales Flamencad concluye con una noche de artistas heterodoxos en la que brilló, por encima de todos, la cabeza de cartel.


Llegó a su fin el ciclo Flamencad, que ha recuperado para la ciudad de Cádiz el espíritu jondo de las noches estivales de la mano de su conductor, Curro Velázquez-Gaztelu. Cuatro noches de arte que culminaban con un cartel de heterodoxos, de artistas de raíz flamenca que, en nombre de su libertad creativa, han decidido prescindir de los más estrictos corsés del género.

 

Abrió el telón el jerezano José Agarrado, Moneo, hijo de Manuela Moneo y Jesús El Guardia, sobrino de Luis Moneo y de El Torta, y artífice de un interesante disco titulado 25 madrugadas en el que lo jondo se impregna de sonidos contemporáneos como el rap, el rock andaluz o el pop. Tal vez no puede ser de otro modo, perteneciendo el joven músico a esa generación Youtube o Spotify que ha crecido con toda la música –de todos los tiempos– al alcance de un clic.

 

La propuesta escénica de Moneo se dividió en dos partes: una primera, eléctrica y con bases rítmicas digitales, que lo avecina a nombres actuales como Cristian de Moret, y otra en la que –según sus propias palabras– deja de “hacer el Jimi Hendrix” para desplegar su costado flamenco más acentuado.

 

Un tema como Octubre, con el que cerró el primer apartado, puso de manifiesto la atracción de Moneo por la línea baladera de un Alejandro Sanz o un Manuel Carrasco, aunque el deje cantaor le acompañe siempre. Tengo entendido que el citado álbum ha tenido una gestación de años, y se nota en su pulcritud lírica y musical. El problema de ese perfeccionismo de estudio es que luego hay que trasladarlo al directo, y ahí me temo que a Moneo le faltan aún horas de vuelo sobre las tablas. Pero estoy seguro de que cuando logre rodar su repertorio estará en condiciones de hacer grandes cosas, porque talento y ambición no le faltan.

 

 

«La Tremendita acabó caldeando el Baluarte de Candelaria por alegrías y abuelerías, y fuera ya de tiempo la dejaron hacer sus tangos por aclamación popular»

 

 

Otra cosa es su proyección como cantaor flamenco. Aunque demostró desparpajo en escena y su fuelle es óptimo, y el repertorio apetecible (unos tangos que insistió en definir como “personales”, la zambra que popularizó en su día El Beni, con su hermana Gema Moneo al baile, un recuerdo de El Torta por bulerías), el remate de la actuación fue confuso, estridente, por debajo de lo que se espera de un Moneo llamado a empresas más elevadas.    

 

Había en Cádiz muchas ganas de ver y oír a otro artista inquieto como Tomás de Perrate, quien de la mano de Pedro G. Romero y Refree ha grabado un disco Tres golpes, que escarba en unas hipotéticas raíces europeas del flamenco, pero que va claramente dirigido a un público contemporáneo y no necesariamente aficionado.

 

Respaldado por un trío de percusión, guitarra y teclado, no vi a Perrate particularmente cómodo en la toná de Jacinto Almadén o la folía de Henry le Bailly, o en las seguidillas mitológicas de Alosno, aunque sí sonrió con ganas a la hora de acometer el tango argentino La última curda de Troilo y Rivero. La verdad es que el de Utrera ha estado tan abierto a todo tipo de aventuras, que nunca alcanzamos a saber exactamente hacia dónde quiere dirigir su cante. O tal vez no importe tanto, y desde luego no importó a los espectadores que lo despidieron, tras sus fandangos callejeros, en pie y aplaudiendo a rabiar.          

 

Creo que si la triunfadora de la noche fue Rosario La Tremendita se debe entre otras cosas a que es quien más claro ha tenido su propio camino. Y no se trata solo de raparse media cabeza o colgarse un bajo de los hombros, como pretenden sus detractores: un recital de la trianera, guste más o menos su voz y su estilo, es siempre la culminación de una conquista (la de la libertad personal) que no renuncia nunca a los orígenes, ya sea con las colombianas de Marchena, bambera fandango, seguiriyas de Juan Feria y el Marrurro o la Petenera de Pastora (con sonidos a lo Stranger things, bromeó) como toma de tierra.

 

Con el apoyo a la batería de un espléndido Manuel Reina, La Tremendita acabó caldeando el Baluarte de Candelaria por alegrías y abuelerías –el popurrí de letras copleras aprendidas de sus abuelas que mete por bulerías–, y fuera ya de tiempo la dejaron hacer sus tangos por aclamación popular.

 

Fotos: Raúl García Romero      

 

 

Ficha artística

Ciclo Flamencad. ‘Nuevos territorios’.
Baluarte de Candelaria de Cádiz, 18 de agosto de 2022.
Moneo
Tomás de Perrate + Tres Golpes
Rosario La Tremendita Trío

 

 


Un pie en Cádiz y otro en Sevilla. Un cuarto de siglo de periodismo cultural, y contando. Por amor al arte, al fin del mundo.

1 COMMENT
  • Curro Velazquez Gaztelu 21 agosto, 2022

    Mil gracias al cariño que tanto Alejandro Luque, a través de EXPOFLAMENCO, hemos podido apreciar desde FLAMENCAD 2022.
    No tenemos palabras para agradecer todo el trabajo a conciencia que a través de las palabras de Alejandro Luque se ha podido apreciar y disfrutar.
    Y sobre todo la manera tan espléndida que EXPOFLAMENCO, con Bohórquez al mando de la tripulación, hemos podido palpar sin ningún tipo de conjeturas…
    Aquí es donde se ve la afición sin ningún tipo de preferencias.
    Todo por nuestro arte y por nuestra cultura, reflejada en el FLAMENCO.

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