Marina Heredia y Los Voluble, el flamenco ortodoxo y la propuesta heterodoxa de fusión con la música electrónica, pusieron la guinda a la VIII Bienal de Málaga en un fin de fiesta celebrado en el Auditorio Edgar Neville, y no en el Patio de Tabacalera por la previsión de lluvia. «Mano a mano entre tradición y vanguardia que agudiza el ingenio y estimula la creatividad», asegura Lourdes Gálvez del Postigo en la presentación.

 

Abre el fuego Marina Heredia por alegrías, con el cuadro al completo: Bolita, sostén melódico y armónico, Paquito González, colchón rítmico, y una coral flamenca femenina —Anabel Rivera, Fita Heredia, Macarena y Estrella Fernández— de negro riguroso con sus coros celestiales. 

 

Y de la luz a la oscuridad, de la alegría más desbordante a la pena más profunda, expresada por seguiriyas, con su padre, Jaime El Parrón, allí presente entre el público, como referente. Las remata con la cabal de Juanichi El Manijero. 

 

«Sois un público maravilloso, entendío y sensible», asegura la cantaora granadina. Y explica el porqué de Status Quo: «Es un resumen de lo que he aprendido y de lo que me gustaría ser, un repertorio muy variado de artistas que me han influido: mi padre, Falla, Lorca, las artistas del Sacromonte…». A continuación, arrostra una farruca que le compuso Bolita en homenaje a su tío Manolete y que por momentos recuerda al tango argentino. Cómo llenan el escenario tres personas —Marina, Bolita y Paquito—, excelsos cada uno en lo suyo. 

 

Vuelve el coro en los deliciosos cuplés por bulerías de Adela La Chaqueta. Los vellos como escarpias. Y el cuadro le concede un descanso con la interpretación de El Fuego fatuo, de Falla, y tras retirarse la coral, enjundioso solo de guitarra de Bolita sobre la Danza del molinero.

 

 

«Marina Heredia y Los Voluble, mano a mano entre tradición y vanguardia, que agudiza el ingenio y estimula la creatividad. Los Voluble, transgresión del gusto de un buen puñado de jóvenes que se acercan así a un arte centenario al que quizá lleguen a amar algún día»

 

 

Reaparece Marina Heredia por malagueñas —la atribuida a Gayarrito— en homenaje a El Chino, «que tenía un caramelo en la garganta». Las remata por abandolaos —ya con el coro, que entona el estribillo de Los segaores sobre un poema de Lorca—, deudores de Frasquito Yerbabuena. «Representa la hermandad entre los artistas de un lado y de otro, verdiales malagueños y fandangos del Albaicín», explica.

 

Acto seguido, interpreta una bulería que firma Bolita sobre una letra del poeta granadino. Arte, belleza y emoción a raudales. ¿Alguien puede pedir más? Pues sí, tangos de Graná. Momento álgido.

 

Aún habría tiempo de disfrutar de cantes y bailes típicos del Sacromonte, como la alboreá, la mosca y la cachucha, remozados y puestos al día.

 

Y después de un larguísimo aplauso, con el respetable enhiesto, Marina Heredia se despide «con un cante y baile pícaro de las gitanas del Albaicín», el Petaco, a ritmo de tanguillos.

 

Tras un receso, turno para Los Voluble. El quejío inconfundible de La Paquera se funde con la música electrónica que pergeñan Pedro y Benito Jiménez. Por la pantalla desfilan el crítico Alberto García Reyes, María José Llergo, Agujetas, Menese, El Torta, Tía Anica La Piriñaca, Terremoto, Patricia Guerrero, Rocío Jurado, Chocolate, Mairena, El Camas o Lola Flores, entre otros muchos. Transgresión del gusto de un buen puñado de jóvenes que se acercan así a un arte centenario al que quizá lleguen a amar algún día.

 

 

Ficha artística

Fin de Fiesta – VIII Bienal de Arte Flamenco de Málaga
Auditorio Edgar Neville, Málaga
27 de mayo de 2023
Aforo: Lleno

Status Quo, de Marina Heredia
Cante: Marina Heredia
Guitarra: José Quevedo Bolita
Percusión: Paquito González
Coral Flamenca Femenina: Anabel Rivera, Fita Heredia, Macarena y Estrella Fernández

Flamenco is not a crime, de Los Voluble
Idea y dirección: Los Voluble
Remezcla musical en directo: Los Voluble
Realización audiovisual en directo: Pedro Jiménez
Dirección técnica: Benito Jiménez