Manuel Liñán revoluciona el Festival de Jerez
Si el espectáculo de Sara Baras resultó brillante desde principio a fin, es la propuesta de Manuel Liñán la que más éxito ha tenido en la muestra hasta ahora. Liñán, junto a su impresionante grupo, consiguió con '¡Viva!' la ovación más grande que se recuerda en el teatro.
Manuel Liñán ha triunfado en el Festival de Jerez con ¡Viva! Cuando decimos triunfar, es hacer historia. Quizá el tiempo ponga en su lugar lo que en la noche del viernes 28, Día de Andalucía, ocurrió en el Villamarta. Los que pudimos entrar en el teatro salimos más que emocionados con un montaje rebosante de buen baile envuelto en todo momento por un mensaje claro y con sentido: la igualdad. El bailaor granadino huye en todo momento de discursos banales y vacíos, dándole una vuelta de tuerca a todo lo que durante veinticuatro años se ha vivido en el certamen. Al final de la actuación, con Bambino de fondo musical, había japoneses llorando, franceses gritando y jerezanos tocando palmas por bulerías.
Aunque Manuel es quien lleva la batuta, hay que pararse en mirar y disfrutar del resto de su compañía, empezando por Manuel Betanzos para llegar a Jonatán Miro, pasando por supuesto por Hugo López y rindiéndonos ante el jerezano Miguel Heredia. También hay que resaltar el perfil dancístico de Víctor Martin y Daniel Ramos (cedidos ambos por el BNE). Entre todos tejen un relato valiente y comprometido con sus propios principios, y que nos afecta a todos. Bailan, tan bien como siempre, pero vestidos de mujer. Algo que parece tan poco sorprendente pero que ha conseguido impactar a propios y extraños. La cuestión es dejarse llevar por la esencia del arte que desde el escenario sale, haga quien lo haga, se vista como se vista, peine como peine. Escenas con ritmo, con retoques divertidos, algo de diálogo, David Carpio y Antonio Campos llevan la voz cantante y entran en el juego, Francisco Vinuesa se hace cargo de la guitarra, simplemente genial, el violín es de Víctor Guadiana, y la percusión la asume Kike Terrón.
«Al final de la actuación de Manuel Liñán, con Bambino de fondo musical, había japoneses llorando, franceses gritando y jerezanos tocando palmas por bulerías»
A pesar de ser una creación ya presentada en distintos teatros a nivel mundial y que el factor sorpresa ya carece de fuerza, el directo es francamente sabroso y en cada instante comprobamos los infinitos recursos de estos bailaores que se asoman al mundo de la farándula, la noche y la hora canalla. Como diría aquel: no se lo pierdan.
La noche antes, 27 de febrero, fue Sara Baras la encargada de recibir el calor del Festival. Se presentó con Sombras, un espectáculo bastante rodado y totalmente controlado por todos y cada uno de sus participantes. Éxito de nuevo para Sara, que dejó su impronta y sedosa estética en Jerez. Recordemos nuestro comentario sobre la actuación en Algeciras, Encuentro Paco de Lucía.
Dos buenos cantaores de La Plazuela
Tanto jueves como viernes, González Byass ha vuelto a abrir sus puertas para acoger dos recitales de envergadura. Dos cantaores que acostumbramos ver en numerosas compañías de baile pero que en esta ocasión coparon el protagonismo, y bien merecido. El primero de ellos fue David Carpio, que se presentó para mostrar su esencia más desnuda, sin necesidad de llevar ningún guion sino disfrutando él y haciendo disfrutar al que lo escuchaba. Diez estilos de cante nos regaló el de La Plazuela, destacando por malagueñas y seguiriyas, con la guitarra de Diego del Morao y Manuel Valencia. Carpio evidenció su fuerte potencial en conocimientos y sus facilidades técnicas en la ejecución. Proviene de una familia castiza de Jerez que goza de personalidad propia y él, que mantiene la raíz, aporta incluso nuevos registros llegando a conquistar un repertorio escondido hasta el momento. También estuvo esa noche Manuel Liñán como invitado, bailándole a David los Tres puñales que fueron de ensueño.
La jornada siguiente sirvió para que Miguel Lavi presentara sus Viejos Retales, su primer trabajo discográfico en el mercado. También hijo del barrio de San Miguel, sabe masticar el cante para encontrarse con su propio ser. Interioriza, cierra los ojos y se duele en cada tercio. Manuel Parrilla lo acompaña con una mesura indefinible. ¡Qué grande Manuel! El trabajo incluye nueve títulos, y así se desarrolló el recital con una Gema Moneo que se suma a la fiesta y que es esperada por muchos de los asistentes. Si días antes lo veíamos en el atrás del espectáculo de Olga Pericet, vestido incluso de astronauta, en esta ocasión viste traje de chaqueta oscuro con chaleco y corbata. La seguiriya la borda, los cantes de compás se hacen grandes en su eco, las bulerías de La Plazuela guardan toda la historia de sus piedras. Miguel es una de las voces más relevantes de su generación y es hora de decirlo.
Imagen superior: Javier Liñán (foto Javier Fergo)