La Estrella alumbra un nuevo festival flamenco
La hermandad sevillana impulsa una cita jonda con vocación de continuidad que rendirá homenaje cada año a una figura trianera o sevillana. En esta primera edición se honró en Fibes la memoria de Manuel Molina.
El nacimiento de un nuevo festival flamenco no es solo una buena noticia: es un acontecimiento. Y eso fue lo que albergó este viernes el Auditorio Al Andalus del Palacio de Congresos y Exposiciones de Sevilla (Fibes), con una reunión de estrellas del cante, el baile y el toque jondos conjuradas por una buena causa, el Centro Infantil Virgen de la Estrella y la Bolsa de Caridad de la Hermandad del mismo nombre. El público, numeroso, comprometido y de todas las edades, casi llenaba el patio de butacas para disfrutar de un cartel que nada tenía que envidiar a cualquier otra cita del género.
Ya lo advirtió el presentador de la gala, el compañero Antonio Ortega, veterano divulgador de este arte: nacía el tercer festival de la ciudad tras el de la Fragua Bellavista y la Hermandad de los Gitanos, y el hecho de asistir al bautizo de esta nueva criatura convertía a todos los presentes en “compadres y comadres”. Con ese espíritu familiar arrancó la noche. Luego de advertir sobre dos significativas caídas de última hora del cartel (Lole Montoya y Esperanza Fernández), el maestro de ceremonias invitaba a subir a las tablas a la primera figura de la noche, la jerezana Juana la del Pipa.
Disculpándose de antemano por tener la voz afectada por los cambios de temperatura de estas fechas, comenzó por martinetes para acto seguido invitar a Manolo Franco a acompañarla con la guitarra: un tándem inédito, a pesar de la gran veteranía de ambos artistas, que funcionó por tangos y bulerías con sabor a la Calle Nueva. En realidad, Tía Juana no necesita exprimir sus inconfundibles cualidades vocales, porque le basta levantar una mano y darse una pataíta de las suyas para encandilar al respetable. Porque hasta los flecos se le mueven a compás.
Tampoco necesita exprimirse al máximo José Valencia, el siguiente invitado de la noche. Escoltado por la sabia bajañí de Eugenio Iglesias, el cantaor lebrijano desplegó su conocido torrente sonoro por soleá, alegrías y bulerías, demostrando por qué tiene en las vitrinas tres giraldillos y un sinfín de reconocimientos más, pero sobre todo el respeto de los aficionados. Se animó tanto que acabó dejando, también él, una pincelada de baile después de cantar un rato a pelo, al borde del escenario.
«La maestra Cristina Hoyos subió a escena con Pepa Montes, Angelita Montoya, Alba Molina, José Valencia y la propia Aurora, para mayor gloria de ese Manuel Molina que sigue vivo en el corazón de todos los amantes del arte»
La noche siguió vibrando con una Angelita Montoya que, tras aquel espléndido disco titulado Versos olvidados, merecería una mayor atención de los festivales y de la afición en general, porque cantó de dulce por soleá, tangos y bulerías. Como dulces fueron las teclas de Pedro Ricardo Miño en sus dos piezas iniciales, antes de invitar a María Terremoto, otro caso de poderío digno de estudio, que se lució en la farruca y mariana, así como en la malagueña del Mellizo con la rondeña.
Al filo de la medianoche Aurora Vargas volvía a demostrar por qué sigue siendo un astro del cante y del baile gitanos, y de la mano de Nano de Jerez, otro corredor de fondo del cante, quedó servido el fin de fiesta. La maestra Cristina Hoyos, que había permanecido en el patio de butacas sin perder detalle del evento, subió a escena con Pepa Montes, Angelita Montoya, Alba Molina, José Valencia y la propia Aurora, para mayor gloria de ese Manuel Molina que sigue vivo en el corazón de todos los amantes del arte.
En una de sus intervenciones, Antonio Ortega recordó una simpática anécdota del homenajeado: asistiendo a una grabación de cierta cantaora, señaló que estaba desafinada, a lo que el técnico de sonido le dijo: “No te preocupes, Manuel, esto lo arreglo ahora con el Pro Tools”. Luego vio que se había ido de compás, y el mismo técnico repuso: “Tranquilo, esto también lo arreglo con el Pro Tools”. Hasta que el músico perdió la paciencia y acabó espetando: “Vale, pero ¿aquí cuándo se dice ole?”.
Una interrogante que no cupo en el recién nacido Festival de La Estrella, porque hubo sitio para muchos oles y palmas. Y los que vendrán.
Ficha artística
I Festival Flamenco de la Hermandad de La Estrella
Auditorio Al Andalus del Palacio de Congresos y Exposiciones de Sevilla (Fibes)
Cante: Juana la del Pipa, José Valencia, Angelita Montoya, María Terremoto, Alba Molina.
Toque: Manolo Franco, Eugenio Iglesias
Baile: Pepa Montes, Cristina Hoyos
Piano: Pedro Ricardo Miño.
Palmas: Manuel Valencia y Dani Bonilla
Percusión Javier Teruel
Producción artística: Jesús Molina