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Guirijondo (II): ¿el flamenco está al alcance de cualquiera?

Una mesa redonda con maestros de la Fundación Cristina Heeren, un recital de alumnos y una conversación de Faustino Núñez y Rubem Dantas integraron la segunda jornada de la cita de Palomares con los flamencos del mundo.


La vieja cuestión sobre si flamenco se nace o se hace tuvo un enfoque diferente en la segunda jornada del Festival Guirijondo, que viene desarrollándose esta semana en la localidad sevillana de Palomares del Río: este arte, ¿está al alcance de cualquiera? ¿Puede acceder a su misterio alguien nacido fuera de las fronteras españolas, ajeno a nuestra cultura? ¿Cuál es la mejor forma de hacerlo? Para plantear algunas posibles respuestas, el mesón La Truja acogió por la tarde una mesa redonda moderada por el organizador del festival, el crítico Manuel Bohórquez, y en la que participaron distintas personalidades vinculadas a la Fundación Cristina Heeren

 

La propia Cristina Heeren, neoyorkina a la que el destino le tenía reservada el honor de ser una gran mecenas del flamenco, empezó asegurando que “me gusta el jazz, el rock, la música popular americana. Pero la primera vez que vi a Antonio Ruiz en un escenario en Londres me impactó, no solo por lo guapo que era. Cada uno tiene su música, y yo supe entonces que el flamenco era la mía”.

 

En el propósito de crear una fundación dedicada a la enseñanza y difusión del arte jondo para alumnos de todo el mundo, recordó, tuvo aliados como Calixto Sánchez, Manolo Franco, Milagros Mengíbar o José de la Tomasa. “Sabían lo que yo quería hacer y estaban de acuerdo: enseñar un flamenco muy ortodoxo. Era un momento en que se estaba introduciendo mucha música aflamencada, y sentíamos que había que mostrar que había otro camino”.

 

Preguntada por Bohórquez sobre si los españoles, a veces, no valoramos lo que tenemos, se mostró tajante: “Así es, en todo. La gente aquí crea, pero no da importancia a lo que hace. Y eso tiene también su parte bonita”.

 

A su lado, el cantaor Manuel Romero reconocía a Heeren porque “para mí fue un lujo estudiar en su academia gracias a una beca de la Fundación, y lo es también ahora seguir en ella como profesor”, dijo. Sobre el modo en que la Fundación evalúa a los alumnos que llaman a su puerta, Romero señaló que “lo primero es hacerles una prueba de nivel, porque partimos de la idea de que todo el mundo está facultado para cantar. Y a veces llegan alumnos que no cantan nada de flamenco, pero pueden tener cualidades. O que no saben nada, pero tienen muchas ganas. El de fuera a menudo viene con más intensidad que el de aquí”.

 

El italiano Emiliano Liti, exalumno, llegó a la Fundación con veinte años y nociones básicas de guitarra de concierto, pero no tenía ni idea de acompañar al baile o al cante. A lo largo de su formación aprendió con Paco Cortés, Niño de Pura, Pedro Barragán y Pedro Sierra, y hoy se gana la vida con su instrumento. “A los clásicos hay que conocerlos, esa es la base. Tener un respeto a este arte tan bonito que es el flamenco. Sabiendo los códigos tradicionales, ya puedes empezar a hacer tu recorrido”, aseveró.

 

“El de fuera, ¿tiene que demostrar más?”, preguntó Bohórquez, a lo que Litti replicó: “No sé si antiguamente pasaba, hoy es más normal. Sé de gente que lleva viviendo muchos años, y me cuentan que antes era un mundo más cerrado. Llamaba más la atención. Hoy un italiano tocando la guitarra flamenca es algo casi normal”.

 

 

«Jóvenes que antaño apenas podían aspirar a arrimarse a una reunión de cabales, hoy no solo se dan cita al calor del flamenco, todos juntos en promiscua comandita sobre el escenario, para beber de él, sino que también aportan sus decires, los intercambian y se enriquecen mutuamente. Y eso fue lo que reconoció el público puesto en pie»

 

 

Mesa redonda ‘Flamencos por el mundo’. Fundación Cristina Heeren. Mesón La Truja, Palomares del Río. I Festival Guirijondo. 13 abril 2023. Foto: perezventana

 

 

Todo se aprende

Otro caso de alumna que hoy es profesora en la Fundación es el de la malagueña Luisa Palicio. “Bebí de Milagros, Rafael Campallo, Manolo Soler, Carmen Ledesma. Llevo más años en esta casa que en la mía propia”, evocaba. Sobre su actitud hacia quienes quieren aprender el flamenco, subrayó que “la disciplina es muy importante. Hay alumnos que vienen con cualidades, pero se creen que esto es echar un ratito y ya eres profesional. El cante, la guitarra y el baile requieren mucha dedicación, esfuerzo y estudio. Esto es una carrera, o te formas a tope o vienen treinta detrás arrollándote”.

 

Profesor desde 2007, Pedro Sierra es un guitarrista de larguísimo recorrido que ha acompañado a todas las figuras del cante “menos con Camarón, a quien no toqué en un homenaje al Beni de Cádiz por vergüenza. Con 11 años le toqué a Chocolate, a Sordera, luego con Lebrijano… Con todos. Y bailaores, Manuela Carrasco, Farruco, Mario Maya, la mejor época. No me puedo quejar”, confesó. “Uno no debe exigir de la vida más de lo que recibe, y en mi caso no es que haya llegado a mi techo, lo he superado”.

 

“A mí me encanta que ellos aprendan lo que yo tuve que aprender de otra manera. No ha habido otra escuela con ese esquema de trabajo de tres años más un cuarto profesional”, comentó sobre su magisterio en la Fundación.

 

Sobre la diferencia entre alumnos españoles y extranjeros, no dudó en señalar que “el nacional es más vago, porque cree que tiene ya algo adquirido. El internacional viene a lo que viene, a trabajar. Es constante. A veces ves que no va a ser profesional, pero es gente que ha dejado todo por su sueño, y hay que darlo todo para que se lleve el flamenco de verdad”.

 

“Todo se aprende”, agregó el maestro nacido en Cataluña y afincado en Sevilla. “Antes de cante no se enseñaba a nadie, y los guitarristas se daban la vuelta para que no le vieras la falseta. Tenía lógica, cada uno se había esforzado muchísimo. Pero hoy, con la globalización, es absurda esa prevención. Hay que enseñarlo todo”.

 

También Cristina Heeren afirmó que, con independencia de las cualidades que muestren inicialmente unos y otros, “hay que respetar a todos, porque de entrada no sabemos por qué están ahí, qué han vivido antes. No sabemos su experiencia. Para mucha gente es una terapia, el flamenco debería aparecer en los congresos médicos”.

 

Finalmente, Manuel Romero se atrevió a improvisar cómo enfocaría una clase cualquiera. “Siempre, aunque no sepas cantarlo, tienes que saber la melodía. Aunque sea tarareando, tienes que tener la música en la cabeza, es la única forma de diferencias un estilo de otro. Cantamos a coro, además. Tendríais que ver a las nueve de la mañana todo el mundo cantando una soleá de La Serneta o una seguiriya del Marrurro”.

 

El escenario de Guirijondo se trasladó a continuación a los Baños Árabes, donde tendría lugar el espectáculo Sueños, defendido por alumnos de la citada Fundación. El mero hecho de citarlos dibuja un mapa tan diverso como estimulante: Sarah Chan (Singapur), Chloé Houillon (París) y Roberto Montaño (Sevilla) arroparon al cante y las palmas el baile de Milena Tejada (Bolivia) e Ingrid Mugu (Estonia), con la guitarra de Yus Wieggers (Eindhoven, Países Bajos).

 

Desde la caña y polo iniciales hasta la jota por bulerías final, pasando por un ramillete de estilos en el que destacaron la soleá, la jabera o las alegrías, demostraron, para empezar, que en el largo camino del aprendizaje flamenco no hay motor como la afición y las ganas. Mientras el público oía las voces y las cuerdas y veía las evoluciones del baile, tal vez no podía evitar pensar que la globalización también es esto: jóvenes que antaño apenas podían aspirar a arrimarse a una reunión de cabales, hoy no solo se dan cita al calor del flamenco, todos juntos en promiscua comandita sobre el escenario, para beber de él, sino que también aportan sus decires, los intercambian y se enriquecen mutuamente. Y eso fue lo que reconoció el público puesto en pie.

 

 

«Si hay un guirijondo, ese es Rubem Dantas. Paco de Lucía tuvo el buen ojo de entender que al flamenco le venía bien la percusión, más allá de las palmas y los pies. Necesitaba un sonido que tuviera punch, como dicen los músicos de rock» (Faustino Núñez)

 

 

Faustino Núñez y Rubem Dantas, en el escenario de Guirijondo. Baños Árabes de Palomares del Río. I Festival Guirijondo. 13 abril 2023. Foto: perezventana

 

 

¿Dónde está el uno?

La jornada llegó a su término con una conversación entre Faustino Núñez, uno de los grandes divulgadores del flamenco, y Rubem Dantas, percusionista brasileño que acompañó a Paco de Lucía en numerosas giras, y que está considerado el introductor del cajón peruano en el flamenco.

 

Núñez presentó al músico afirmando que “si hay un guirijondo, ese es Rubem. Paco de Lucía tuvo el buen ojo de entender que al flamenco le venía bien la percusión, más allá de las palmas y los pies. Necesitaba un sonido que tuviera punch, como dicen los músicos de rock. Y cuando metes percusión y un bajo, el conjunto coge un cuerpo maravilloso. En aquel plan maestro, Rubem Dantas fue una pieza imprescindible, que incorporó una nueva sonoridad, y llegó para quedarse”.

 

“La música lleva viviendo conmigo toda la vida, ya mi madre era pianista, organista, violinista y cantaba ópera”, recordó Dantas. “Vine a España por la música, claro, con un grupo que cantaba en yoruba. A Paco lo conozco en la cafetería de un aeropuerto. Paco y Ramón se iban a Venezuela y México, puso su teléfono en una servilleta firmada como Francisco Sánchez Gomes. Yo era puro, no sabía ni quién era aquel hombre. Y la servilleta se perdió con la maleta”.

 

Hasta que en los 70 se fundó el grupo Dolores, al que se incorporó el bahiano. “Un día nos dijo Pedro Ruy Blas ‘vamos a tocar con Paco’. No me lo podía creer. Cuando él me vio, me preguntó: ¿qué te pasó, dónde está la servilleta?”. Tras aquel disco de música de Falla, el grupo se desplazó a Umbrete (Sevilla) para acompañar a Camarón en La leyenda del tiempo. “Fue una época increíble. La gente quería hacer cosas con sentido”.    

 

Y cosas con sentido haría junto a Paco de Lucía, hasta que llegó la célebre fiesta en casa del Embajador español en Lima en la que el cajón peruano llamó la atención del genio algecireño. “Es curioso, porque antes que yo había tocado las percusiones con Paco el peruano Pepe Ébano, que era el mejor cajoneador que había, pero con Paco solo había tocado los bongós”, recordó Dantas.

 

También evocó cómo la primera pieza con la que probaron el nuevo instrumento fue Solo quiero caminar, “y de inmediato parecía que estábamos tocando eso desde hacía mucho tiempo”. La dificultad vino con el paso de los tangos a la bulería. “Me puse enfermo, me preguntaba todo el rato, ¿qué hice para meterme en esto? ¿Dónde está el uno?”.

 

Una primera actuación en Santander, otra en Salamanca, y el gran estreno en el Parque de Atracciones de Madrid, sirvieron para certificar que el invento funcionaba. “Ahora viene Su Majestad y toca, me encantó el detalle… Pero también fui a un colegio en Granada a hablar de flamenco, y un niño confundió la bulería con lo de Bisbal. ¿Por qué ocurre eso?”.

 

En todo caso, Dantas nunca olvidará que, cuando recién estaban rodando el cajón peruano para que fuera definitivamente flamenco, “nosotros flipábamos también, porque no teníamos un espejo para lo que estábamos haciendo. Yo ni siquiera dormía, y todo el mundo sabe lo que me gusta dormir”.    

 

 

Ingrid Mugu. ‘Sueños’ – Fundación Cristina Heeren. Baños Árabes de Palomares del Río. I Festival Guirijondo. 13 abril 2023. Foto: perezventana

 

‘Sueños’ – Fundación Cristina Heeren. Baños Árabes de Palomares del Río. I Festival Guirijondo. 13 abril 2023. Foto: perezventana

 

Faustino Núñez y Rubem Dantas, en el escenario de Guirijondo. Baños Árabes de Palomares del Río. I Festival Guirijondo. 13 abril 2023. Foto: perezventana

 

Milena Tejada. ‘Sueños’ – Fundación Cristina Heeren. Baños Árabes de Palomares del Río. I Festival Guirijondo. 13 abril 2023. Foto: perezventana

 

El guitarrista holandés Yus Wieggers. Fundación Cristina Heeren. Baños Árabes, Palomares del Río. I Festival Guirijondo. 13 abril 2023. Foto: perezventana

El guitarrista holandés Yus Wieggers. Fundación Cristina Heeren. Baños Árabes, Palomares del Río. I Festival Guirijondo. 13 abril 2023. Foto: perezventana

 

‘Sueños’ – Fundación Cristina Heeren. Baños Árabes de Palomares del Río. I Festival Guirijondo. 13 abril 2023. Foto: perezventana

 

Faustino Núñez y Rubem Dantas, en el escenario de Guirijondo. Baños Árabes de Palomares del Río. I Festival Guirijondo. 13 abril 2023. Foto: perezventana

 

Rubem Dantas. Baños Árabes de Palomares del Río. I Festival Guirijondo. 13 abril 2023. Foto: perezventana

 

Ingrid Mugu. ‘Sueños’ – Fundación Cristina Heeren. Baños Árabes de Palomares del Río. I Festival Guirijondo. 13 abril 2023. Foto: perezventana

 

Milena Tejada. ‘Sueños’ – Fundación Cristina Heeren. Baños Árabes de Palomares del Río. I Festival Guirijondo. 13 abril 2023. Foto: perezventana

 


Un pie en Cádiz y otro en Sevilla. Un cuarto de siglo de periodismo cultural, y contando. Por amor al arte, al fin del mundo.

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