Tocar muy bien un instrumento es importante, pero a veces lo es tanto o más tener una idea. Y no cabe duda de que hoy existen en el flamenco menos buenas ideas que intérpretes virtuosos, que por suerte de éstos los hay a docenas. Hace poco menos de un año, el jerezano Gerardo Núñez, músico veterano, tuvo la feliz ocurrencia de programar un ciclo de guitarra de concierto en el marco de la Bienal de Sevilla, y la primera cita estaba protagonizada por él mismo y cinco de los invitados del programa.

La idea de presentarse como una liga de superguitarristas, cada uno con sus propios superpoderes, no pudo ser más acertada, y quedó como uno de los hitos de una Bienal muy duramente cuestionada. Se vio, o se intuyó, que no todo el mundo está en condiciones de disfrutar de un recital completo de guitarra de concierto, entre otras cosas porque no todos los guitarristas están en condiciones de darlo con la enjundia necesaria. En cambio, la fórmula de un guitarrista-maestro de ceremonias como Núñez invitando a sus compañeros al escenario, cambiando de registro y de temperatura a cada rato, podía hacerlo todo más atractivo.

No es que fuera el descubrimiento del Mediterráneo, pero había primero que pensarlo y luego que montarlo para que funcionara. Y funcionó. Gerardo Núñez, que ha sido a la vez raíz y vanguardia en la sonanta flamenca, está a sus 62 años en condiciones de compartir escenario con creadores mucho más jóvenes y con facultades sobresalientes. Él va dando la entrada a cada uno, la “presentación”, como las llama, y luego los deja solos para que se luzcan como es debido.

El benjamín del grupo, el granadino Álvaro Martinete, me pareció el que mejor ha evolucionado desde aquella primera vez. Después de compartir con Gerardo unos tanguillos de Cádiz –o más bien de Quadish, por sus sugestivos aires morunos– regaló unas excelentes guajiras. Aunque le tientan las exhibiciones de velocidad –porque la tiene–, demostró también saber tocar reposado y con sabor, sin dejar de desplegar una técnica rica y sabia para sus 28 años.

«Gerardo Núñez, que ha sido a la vez raíz y vanguardia en la sonanta flamenca, está a sus 62 años en condiciones de compartir escenario con creadores mucho más jóvenes y con facultades sobresalientes»

A Jesús Guerrero, en cambio, que entró de la mano de Núñez con las bulerías del disco homenaje a José María Velázquez-Gaztelu, lo encontré algo más frío, menos vibrante que aquella vez en la sala Joaquín Turina de Sevilla. También es cierto que para seguir el discurso musical –escuchen en casa, con calma, esa deliciosa Anne Frank– es mejor un espacio como éste que los cielos abiertos del Castillo de Santa Catalina, donde por cierto esa noche había lluvia de perseidas. Con todo, sigo pensando que el cañaílla, acompañante habitual de Miguel Poveda, es uno de los grandísimos talentos de la guitarra actual, un volcán de creatividad que todavía tiene que prodigar mucha luz, mucho fuego.

Otro de esos talentos –ya amenazo repetirme demasiado– es Rycardo Moreno. Empezó con Gerardo por soleá por bulerías para quedarse solo con su sensibilidad única, llena de flamencura y atrevimiento. Ignoro lo que estará cocinando en este momento, pero confío en que siga queriendo demostrar que se pueden abrir aún espacios nuevos para la guitarra jonda, sin estridencias y sin fusiones forzadas. Si alguien puede hacerlo bien, es él y dos o tres más.

Pero también es un placer escuchar la vertiente clásica, la de un Salvador Gutiérrez que con sus 11 bordones demuestra también que hay terreno de creación por el lado de la ortodoxia. Después de tocar con todo el mundo, desde Mario Maya a Carmen Linares, Arcángel o La Tremendita, el ecijano es un baluarte de gusto y profundidad. Solo faltaba por salir a escena Canito, ese excéntrico siempre sorprendente, con su toque de pie y su caja rebajada con la cutaway florentine, que no obstante tuvo el peor sonido de la noche y no permitió disfrutar como es debido de la paleta expresionista de su toque.

Potente fin de fiesta con todo el elenco sobre las tablas, levantando el ánimo de los presentes y haciendo mecerse por bulerías a las espumas de la Caleta. Y dejando la convicción general de que, con una buena idea, acompañada de buenos mimbres y de buenos cuidados, se llega más lejos. 

Ficha artística

Ciclo Patrimonio Flamenco
Castillo de Santa Catalina, Cádiz
12 de agosto de 2023
Guitarras: Gerardo Núñez, Álvaro Martinete, Jesús Guerrero, Rycardo Moreno, Salvador Gutiérrez, Juan Antonio Suárez ‘Canito’  

Ciclo Patrimonio Flamenco. Castillo de Santa Catalina, Cádiz. Gerardo Núñez, Álvaro Martinete, Jesús Guerrero, Rycardo Moreno, Salvador Gutiérrez y Juan Antonio Suárez ‘Canito’. 12 agosto 2023. Foto: Antonio Barce