Festival Flamenco de Düsseldorf: el flamenco como arte contemporáneo
El Festival de Düsseldorf goza de la mejor salud. Aunque ha encogido un poco, el festival en la Tanzhaus NRW fue un gran éxito y visitantes de toda Alemania asistieron a los cursos y actuaciones durante el fin de semana de Pascua.
El festival anual de flamenco que se celebra en Düsseldorf en Semana Santa existe desde 1995. El hecho de que sea el festival más importante de Alemania no basta para sentirse satisfecho. Tampoco era esa la mentalidad de la anterior directora artística, Dorothee Schackow. Desde su jubilación, Juan Carlos Lérida se ha hecho cargo del festival, por desgracia en su forma reducida, ya que pasó de dos fines de semana a uno. Visitantes de toda Alemania acudieron de nuevo al Festival de Düsseldorf, sobre todo por los talleres, pero también la programación despertó el interés de muchos aficionados.
La programación del Tanzhaus debe servir a dos amos. Por un lado, el empeño valiente, vanguardista y creativo de contribuir a dar forma al flamenco en Alemania, dar nuevos impulsos y ampliar horizontes, lo que se ha vuelto a conseguir con artistas como Carmen Muñoz, Marco Vargas y Chloé Brûlé. Al mismo tiempo, estos mismos eventos contaron con menos asistencia que la primera velada con Alfonso Losa.
Como en el pasado, los espectáculos que primero agotan las entradas son siempre los que ofrecen flamenco tradicional y hacen enloquecer a la sala. Con apenas 300 localidades disponibles, no todos los sueños de programación pueden cumplirse, por supuesto. Pero lo que siempre y rotundamente se desea es música en directo, lo cual es comprensible. Si se mira la programación de los teatros en Alemania, hay que buscar con lupa los eventos flamencos con música en directo, por lo que el anhelo es comprensiblemente grande.
Los talleres son el corazón palpitante del festival, como elemento ganador e identitario del encuentro entre artistas y público, entre españoles y alemanes, entre profesionales y aficionados. El lujo es que incluso los cursos que no están completos tienen lugar. Lo que cada vez se ofrece menos en los últimos años son cursos de cante y palmas, lo que es una pena, pero probablemente tendrá sus razones.
Como en años anteriores, las actuaciones fueron acompañadas de charlas con el público tras las representaciones, lo que ofreció la oportunidad de conocer mejor a los artistas y quizá desde una perspectiva diferente, hacer preguntas y entablar conversación aún mejor después con una copa de vino. Uno de los puntos fuertes de este festival es que tanto las representaciones como las charlas con los artistas y los talleres tienen lugar en un mismo edificio, por lo que siempre hay oportunidades de conocer y hablar con los artistas, los periodistas, los participantes en los cursos o el director del festival. De este modo, a lo largo de los años ya se han realizado varios proyectos.
«Las voces de Sandra Carrasco e Ismael de la Rosa, la excelente guitarra de Francisco Vinuesa, la impetuosa potencia de Alfonso Losa y la encantadora elegancia de Concha Jareño levantaron al público de sus asientos»
La programación de Juan Carlos Lérida fue un poco atrevida este año, pero al final le dio la razón: las actuaciones contaron con una gran asistencia y los cursos prácticamente se llenaron. La velada inaugural con Alfonso Losa y sus exquisitos acompañantes fue todo un éxito, tanto para los músicos como para los bailarines. Las voces de Sandra Carrasco e Ismael de la Rosa, la excelente guitarra de Francisco Vinuesa, la impetuosa potencia de Alfonso Losa y la encantadora elegancia de Concha Jareño levantaron al público de sus asientos y, con razón, sembraron una euforia que se prolongó durante mucho tiempo. Desde el estreno, Alfonso ha estado en la carretera con su Flamenco: Espacio Creativo y las rosas allanan su camino. Por cierto, también como profesor, porque sus alumnos quedaron encantados.
En la segunda velada, hubo un verdadero programa de contrastes con Carmen Muñoz y sus Bailes de histéricas. Una bailarina y un cantaor –Jorge Mesa El Pirata– fue todo lo que se necesitó y llegó al variopinto público, aunque no siempre entendieran exactamente a qué o a quién se refería Carmen Muñoz. Pero eso se aclaró en la posterior charla con el público.
El fin de semana de Pascua, Chloé Brûlé y Marco Vargas presentaron su excursión al cosmos con Los Cuerpos Celestes. Por primera vez junto con otros bailarines, Gero Domínguez y Yinka Esi Graves, y la excelente composición de Miguel Marín, llevaron al público a un viaje fascinante del que despertaron al final de la representación como de un sueño. Las ovaciones recompensaron el esfuerzo y todos quedaron contentos.
La última velada contó con el proyecto de improvisación Im Flame, creado por Juan Carlos Lérida, en el que artistas de diferentes disciplinas compartieron escenario. Te gusta o no te gusta. A mí me gusta.
Entre medias, el domingo, tuvo lugar la presentación del proyecto Invocation de Carmen Muñoz y Derek Van den Bulcke, resultado de una residencia en Tanzhaus. Un informe provisional en el camino hacia su nueva pieza, que aún tiene que crecer.
El festival de Tanzhaus NRW es sin duda uno de los escaparates más importantes del flamenco en el norte y es siempre interesante ver lo que nos traerá el año que viene.
Imagen superior: Marco Vargas. Tanzhaus. Festival Flamenco de Düsseldorf. Foto: Albrecht Korff