El universo que nos descubre Rafaela Carrasco en este montaje es tan íntimo como común. Si bien es cierto que nadie puede entrar en los sueños ajenos, o al menos eso pensaba yo, sí que todos podemos sentirnos reflejados en los de los demás. En Nocturna, arquitectura del insomnio, la bailaora y coreógrafa desmenuza una cuidada experiencia en torno al desvelo, en tanto en cuanto las horas de sueños que no se cumplen sirven de inspiración. ¡Qué cosa!

 

Así se las gasta una de las garantías del Festival de Jerez en esta edición de 2023. Y hablamos de certeza porque este espectáculo ya se estrenó en la pasada edición de la Bienal de Sevilla, sin acarrear ninguna polémica a su alrededor, que ya nos advierte que al menos no es una chufla. Rafaela es mucho más. Es trabajo y esfuerzo. Es pulcritud en el escenario. Y es maestra a la vez que compañera, pues apuesta por una juventud incipiente que da el do de pecho sin ninguna duda. Ocho son las jóvenes que conforman el cuerpo de baile. Dibujan la escena con brazos, caderas e interpretaciones que nos acercan a cada sensación, por muy contradictoria que sea, que aporta la noche en vela. Lo onírico se mezcla con lo carnal, lo real con lo espiritual.

 

Apuntaba Leonard Cohen en una de sus célebres citas que “el último refugio del insomne es un sentido de superioridad respecto al mundo dormido”. Es lo que parece sucederle a Rafaela. Crece y se reencarna en talento, ganándole la batalla al mundo del agobio, la oscuridad de la madrugada y hasta el aspecto paranoide del tictac del reloj.

 

Así, con un espacio sonoro poco flamenco que firma Pablo Martín Jones, va sorteando las distintas variantes que da el asunto. Son microrrelatos, más de veinte cortos episodios diferenciados por el negro en el escenario, un apagón da paso al siguiente. Los colores suelen ser blancos y negros, pero siempre aparece una pizca de color que nos invita al ensueño, con esa mirada de fantasía incluso a lo erótico. Eso también lo da la noche.

 

 

«Rafaela es mucho más. Es trabajo y esfuerzo. Es pulcritud en el escenario. Y es maestra a la vez que compañera, pues apuesta por una juventud incipiente que da el do de pecho sin ninguna duda»

 

 

 

 

Carrasco aprovecha cualquier recurso dancístico –cancanes, castañuelas, abanicos…– para contar su relato. Sinceramente, y aunque parezca que esta obra tiene una dramaturgia pastosa e inconcebible, hemos de decir que te envuelve hasta que llega el amanecer y de verdad se descubre quién gana esa batalla nocturna.

 

De indiscutible importancia resulta la presencia en el equipo creativo de Álvaro Tato, dramaturgo que ya compartió con Rafaela los resultados de otras obras anteriores que se pudieron presenciar en el mismo Teatro Villamarta: Nacida Sombra, en el 2018, y Ariadna, al hilo del mito, en el año pandémico 2020. Esa comunicación es fundamental para que el fondo tenga forma, y viceversa. Estéticamente nos encontramos con detalles de luces como faroles, siempre acudiendo a la intimidad de la habitación, y hasta suenan martinetes de Agujetas con aquel nadie diga que es locura…

 

Otra de las grandes componentes de este título es Gema Caballero, la voz flamenca en directo que cumple su papel holgadamente y aparece como parte del montaje con voz melosa y más musical que hiriente para entonar soleá y milonga, esta última bien rematada para que el público ovacionara. Del cuerpo de baile se aprecia profesionalidad y esfuerzo, compenetración e implicación. Hay un paso a dos en el que se unen las trenzas de los pelos, como si se tratase de la cara y la cruz de un mismo cuerpo en una sucesión de auto reproches de madrugada.

 

“Suena el canto del gallo…” y Rafaela encuentra su verdadero hogar, pues lejos de utilizar la maldita palabra de pesadilla la artista insiste una y otra vez en seducir al sueño o, en última instancia, dejarse seducir por él. Entre tanto, crea y construye sus ideas.

 

 

Ficha artística

Rafaela Carrasco – Nocturna, arquitectura del insomnio
Teatro Villamarta, Jerez – XXVII Festival de Jerez
26 febrero 2023
Dirección y coreografía: Rafaela Carrasco
Dramaturgia y letras: Álvaro Tato
Baile: Carmen Angulo, Carmen Coy, Alejandra Gudí, María Carrasco, Julia Gimeno, Cristina Soler, Blanca Lorente, Magdalena Mannion, Rafaela Carrasco
Dirección musical y composición: Pablo Martín Jones, Pablo Suárez
Versiones piezas clásicas: Marta Estal Músicos
Música grabada Piano: Marta Estal, Pablo Suárez
Voz en directo cante flamenco: Gema Caballero
Espacio sonoro: Pablo Martín Jones
Diseño de iluminación y escenografía: Gloria Montesinos (A. A. I.)
Diseño de espacio sonoro en directo: Ángel Olalla
Maquinaria: Miguel Ángel Guisado
Asistencia técnica: Soviled
Producción ejecutiva: Alejandro Salade
Una producción de Rafaela Carrasco
Distribución: Emilia Yagüe Producciones