Sota, caballo y reina. Jondismo actual es la última creación de Marco Flores, uno de los nombres más destacados del baile en estos momentos y que el lunes 27, en el Teatro Villamarta, demostró una vez más que no tiene rival en su terreno porque su personalidad es tan singular como difícil de copiar. Marco tiene sello propio, si nos sirve la manida expresión para definirlo como único y, también hay que decirlo, genial en algunos instantes.

 

Su movimiento en el escenario es embaucador, abriendo y cerrando brazos como figuras circulares y con una sonrisa cercana que nos hace ser partícipes de la propuesta. Pone el énfasis en el disfrute, sin dejar atrás la carga crítica, muy crítica, en la que basa su hilo narrativo.

 

Este montaje está inspirado en el mítico Concurso de Cante Jondo de Granada de 1922, cuyo centenario se cumplió el pasado año, cuando se estrenó este espectáculo. Ahora viene con algunos cambios, no demasiados. Sobre todo hay que destacar la participación de José Valencia como artista invitado y voz fundamental, que sustituye a Jesús Méndez.

 

Pero Marco no bucea en lo netamente histórico del certamen que promovieron algunos intelectuales como Falla o Lorca. Él se sumerge en el aspecto sociocultural y político en el que se desarrolla el mismo. Es por eso que concluye con el mensaje impresionado al fondo, que en su día expresó Federico: “Me parece absurdo imaginar que el arte pueda desligarse de la vida social cuando no es otra cosa que la interpretación de una fase de la vida por un temperamento sensible”.

 

Pues, en ese sentido, el arcense interpreta aquella realidad en colores sepia, llenando la escena de compás, divertimento y punto canallesco, en el que predomina el buen baile, el cante de Jerez y guitarras de gusto supremo. Son siete los números en los que se divide la obra, comenzando con algunas populares suites y canciones que nos sitúan en la década de los años 20. ¿Fueron tan felices como se decía? Ahí se para y cuenta.

 

 

«El arcense Marco Flores interpreta la realidad de los años 20 en colores sepia, llenando la escena de compás, divertimento y punto canallesco, en el que predomina el buen baile, el cante de Jerez y guitarras de gusto supremo»

 

 

 

 

Marco se apoya en todo momento en el baile de la gaditana Claudia Cruz y el de la sevillana Marina Valiente, que es la primera en arrancar los aplausos con tangos de Graná y el Arbolé, arbolé de Lorca llevada a la zambra de José Valencia. El cantaor se muestra cumbre, inmejorable, devastador, apabullante… Pone el cante en el cielo y se producen momentos tan emocionantes como inexistentes hasta ahora en esta edición del Festival.

 

Los otros cantaores son jerezanos y se meten en el papel que marca el guion, de ahí que canten, bailen, interpreten, pregonen, se disfracen y disfruten. Hasta para decir un jaleo hay que tener compás. El Quini, Manuel de la Nina y Enrique Remache defienden la papeleta sobradamente. Es Enrique quien se inicia con la caña y la cabal del Serna para que los tres bailaores continúen derrochando nivel. Vuelve al ataque el lebrijano Valencia, por seguiriyas, rozando el cielo junto a Claudia, que se expresa soberbia y muy flamenca.

 

Como en el Concurso de 1922, tiempo para la guitarra para recordar a Niño Ricardo y Ramón Montoya, interpretando sus composiciones por granaína y farruca los guitarristas José Tomás Jiménez y Francis Gómez. Marco se desliza cual cisne en laguna. Como recurso conductor utiliza las ilustraciones de Patricio Hidalgo, proyectadas al fondo y que nos facilitan entrar más en la cuestión como en el bucólico momento de “la caminata del Tenazas”.

 

Ahora viene un capítulo que no logramos entender. José Valencia canta soleá en solitario durante largos minutos. Él junto al guitarra, en primera línea de escenario. Lo hace para partirse la camisa, pero ese parón alarga el espectáculo que de por sí ya tiene minutos de sobra. Se la dedica a Manuel Morao. Todo parece un flashback a la inversa.

 

Vuelve la alegría con las cantiñas y mirabrás con el baile como protagonista de Marina y Claudia, crecidas y hechas en tablaos, trajes turquesas, y pequeño problema de sonido que afean los segundos. En esa atmósfera sarcástica que se respira, los tres cantaores junto a Marco comienzan a pregonar consignas entre lo humorístico y combativo, con las fechorías de Alfonso XIII como objetivo a destacar. Risas en el público.

 

A partir de ahí, vuelve a tomar fuerza el espectáculo con una ronda por bulerías de solvencia flagrante con un bailaor en estado de gracia. ¡Qué manera de bailar! Momentos impagables. Y esos cantaores que tienen el soniquete en las venas, bailándose con un gusto superior. Vuelta a la crítica para acabar con el texto que apuntábamos arriba y que nos dice de forma poética que la idealización de una etapa se derrumba desempolvando testimonios y fatigas.

 

 

Ficha artística

Marco Flores – Sota, Caballo y Reina. Jondismo Actual
Teatro Villamarta. XXVII Festival de Jerez
27 febrero 2023

Dirección, producción y coreografía: Marco Flores
Colaboración coreográfica: Claudia Cruz, Marina Valiente
Artista invitado al cante: José Valencia
Música: Manuel de Falla, Federico García Lorca
Música original y adaptaciones: José Tomás Jiménez, Francis Gómez
Baile: Marina Valiente y Claudia Cruz (colaboraciones especiales), Marco Flores
Cante: El Quini de Jerez, Manuel de La Nina, Enrique “Remache”
Guitarra: José Tomás Jiménez, Francis Gómez
Diseño de iluminación: Gloria Montesinos (A.A.I.)
Videocreaciones, ilustraciones: Patricio Hidalgo
Diseño de vestuario: Olga Pericet
Sonido Jorge: Cacheda “Chipi”
Asistencia técnica: Soviled
Regiduría: Reyes Pipió
Asistente de dirección: Jonatan Miró
Fotografía: Francisco Villalta
Producción ejecutiva: Miquel Santin
Distribución: Esmanagement, Elena Santonja