Los que conocemos a Gema Moneo desde que se subía a las mesas de las bodas con pocos años para bailarle al cante de su gente, saga de primerísimo nivel de Jerez, sabemos y podemos constatar que es una bailaora hecha a sí misma. Nadie le he regalado nada. Ni siquiera el apellido le ha abierto puertas, porque ya decíamos que en su casa lo que se escuchaban eran los lecos de Manuel o de Juan Moneo El Torta, a quien por cierto acompañó en ese mismo escenario, Teatro Villamarta, cuando presentó su disco Momentos, en diciembre de 2007.

 

Dieciséis años después de aquella noche, la bailaora que en su día soñó con esta oportunidad pudo presentar Atrevida, una obra personal, sin aspavientos, defendiendo su estilo y una esencia en la que no cabe la impostura. Se muestra tal como es. Se valora, pues, la falta de complejos y la ausencia de fantasías sobrantes. Lo que Gema expone es baile de buena cosecha y una personalidad arrolladora.

 

Y no es con el baile como empieza la noche, sino con el cante. Lo suyo es lo primero, sin duda, pero nunca le dio la espalda a lo segundo. Se subió el telón y el rasgueo de Jesús Agarrado, su padre, conocido por El Guardia o el Guardián del Compás, nos hizo saber que estábamos en Jerez y que sobre las tablas sería el sabor predominante.

 

La bulería por soleá suena a compás con el cante de la propia Gema, lo que nos sorprendió, pues que la primera estampa de una bailaora en su puesta de largo en solitario en el Villamarta dentro de un Festival de Jerez sea esa no era de esperar. Suponemos que precisamente llevaba esa intención, romper esquemas. Dos letras cortitas y un remate al estilo de Carapiera nos hizo ver que el cante no sería solo la disciplina que habitualmente acompaña al baile. Aquí el cante estaría más presente de lo normal y eso que Gema cuando se pone a bailar no hay quien la pare.

 

Que la bailaora se haya construido su propia estructura en estilos y formas, movimientos y coreografías, no quiere decir que no haya pasado por distintas etapas de influencias como la que, con mayor peso, tuvo con Farruquito. En la noche del sábado 25 se palpó ese concepto eléctrico de unos pies que cuando empiezan a funcionar son infalibles. Además, el hecho de que para este estreno se cuente con María Vizarraga es otra herencia farruquera, con esas bulerías del principio en las que se apoyaron en el teclado de Melchor Borja.

 

 

«La soleá por bulerías que baila Gema. Ahí es donde entendemos que estamos frente a una de las grandes de su generación, o del baile de Jerez sin más. (…) Sus muñecas funcionan, sus pies están a la altura de la luna. ¿Atrevida por mostrarse como se es? Más atrevidas necesita el baile»

 

 

 

 

En una esquina del escenario aprovechan la luz cenital para crear intimidad y hacer sonar la seguiriya, en las voces de El Pulga y Miguel Lavi, este último más aclamado durante toda la noche, con la guitarra de El Guardia.

 

Con un mono burdeos, Gema vuelve al centro del escenario y se pasa de rosca con unos zapateados al borde del precipicio, con una velocidad alucinante y con ese pelo que va y viene en una señal de sensualidad y raza. Los cantaores dan rienda suelta a cantes como el romance del Gerineldo o la trilla, con la presencia imprescindible de la percusión de Carlos Merino, que es necesaria para crear esa atmósfera de contras y silencios, así como las palmas de Cantarote y Diego Montoya, magníficos.

 

La guitarra limpia y profunda de Paco Iglesias es otra pieza clave, no pasó desapercibida. Sonidos de granaína y malagueña para que el Pulga se luzca al estilo de la Peñaranda.

 

Y llega uno de los momentos más especiales con el dúo que ofrecen Gema y Melchor, sentado esta vez en piano de cola, iniciando por farrucas y cantando, luego, para que la bailaora recuerde a Lola Flores, una de sus grandes inspiraciones, con pelo suelto, chaquetilla y entonando algunas coplas como La flor del temperamento.

 

Todavía queda para que llegue el mejor momento de la noche. Unas bulerías del Lavi al compás de las palmas y unos tangos de Vizarraga. Pero de factura, factura… la soleá por bulerías que baila Gema y con la que acaba la función. Ahí es donde realmente entendemos que estamos frente a una de las grandes de su generación, o del baile de Jerez sin más. Un nombre propio al que hay que vigilar siempre porque lleva una bandera digna de admiración. Sus muñecas funcionan, sus pies están a la altura de la luna y su estilo es tan sincero que lo prefiero a lo que por ahí se ve. ¿Atrevida por mostrarse como se es? Más atrevidas necesita el baile.

 

 

Ficha artística

Gema Moneo – Atrevida
Teatro Villamarta, Jerez
XXVII Festival de Jerez
25 febrero 2023

Baile: Gema Moneo
Cante: Antonio «El pulga», Miguel Lavi
Colaboración especial: María Vizarraga
Guitarra: Paco Iglesias, Jesús Agarrado
Palmas: Manuel Cantarote, Diego Montoya
Percusión: Carlos Merino
Piano: Melchor Borja
Iluminación: Óscar Canales
Sonido: Gaspar Leal
Producción ejecutiva: Jerez Flamenco Internacional – IFI