Farrucos: la saga continúa
Navidad en Familia, de Farrucos & Fernández, en el Gran Teatro Falla (Cádiz). Los Montoya Fernández conciben un espectáculo navideño para proyectar a los nuevos valores de la familia, una inagotable fuente de talento y flamencura.
Vaya por delante que no soy un enamorado de las zambombás. Y que soy consciente de que estoy bastante solo en mi prejuicio, ya que parece haber un auténtico boom del género. Ayer mismo, sin salir de Cádiz, uno podía tropezarse con villancicos flamencos en cualquier pub o chiringuito, en la Plaza de las Flores… Y el Gran Teatro Falla se llenaba hasta el Paraíso para ver a los Farrucos en un espectáculo de sabor igualmente navideño.
Así, de la propuesta de Navidad en Familia de Farrucos & Fernández me interesaba a priori menos la parte navideña y más la familiar, esto es, ver y oír a la estirpe de Antonio Montoya Flores en acción. Sin embargo, debo confesar que entré bien en la propuesta desde el primer momento, con esa sencilla dramaturgia de cuento de navidad que defienden los más pequeños del clan, especialmente Soleá –hija del Farru y ya dada a conocer en un programa televisivo de niños prodigio– en su papel de narradora.
Arranca el espectáculo propiamente dicho de la mano del cante con la pieza Manto de luz y sueño, para brindar a continuación los primeros destellos de baile con abandolaos. El respetable ovaciona cada gesto de La Farruca para dejar claro que ha venido a ver eso, la magia de manos y pies que ha dado nombre universal a estos artistas. Va a haber que esperar un poco más, sin embargo, para deslumbrarse en ese aspecto: con el número del Farru rodeado de bastones, en un alarde de dominio de los tiempos y los contratiempos a una velocidad endiablada.
«Farruquito sabe que es el más esperado de los hermanos, y también el que menos prisa tiene en desplegar su arte. Donde los demás tienden a atropellarse, él mece el baile, se lo lleva adonde quiere, sobreactúa lo justo. Ya habrá momentos para las acrobacias, que también las conoce, pero hay que saber parar, templar y mandar»
Así llegamos casi al ecuador del espectáculo habiendo presenciado más cante que baile, lo que quizá va a alargar demasiado su duración. Aparece El Carpeta para equilibrar la balanza con un amplio muestrario de recursos marca de la casa, y la memoria se va a aquella Bienal de Sevilla en la que Paco de Lucía, que no había tenido su noche sobre las tablas del Maestranza, acabó tocándole veinte minutos a quien era apenas un niño. El Carpeta prometía entonces una carrera rutilante que se ha verificado solo a medias: quizá tiene que encontrar su espacio, su discurso, su poética, pero es el vivo retrato de su abuelo y desde luego tiene aún tiempo de hacerlo, porque con 24 años un artista como él aún tiene mucho camino por delante.
Quien sí ha encontrado hace rato su tono es Juan Manuel, Farruquito. Sabe que es el más esperado de los hermanos, y también el que menos prisa tiene en desplegar su arte. Donde los demás acusan el horror vacui y tienden peligrosamente a atropellarse, él mece el baile, se lo lleva adonde quiere, sobreactúa lo justo. Ya habrá momentos para las acrobacias, que también las conoce, pero hay que saber parar, templar y mandar. Farruquito sabe.
Así van sucediéndose los números: los fandangos, los tangos morunos, los campanilleros farrucos, una hermosa pieza muy bien tocada a la guitarra y cantada por el Farru –porque esta familia hace de todo, y bien–, un villancico de los Makarines, la rumba final… Quizá demasiado, insisto. Pero el público, que había empezado a aplaudir antes incluso de subir el telón, ya se ponía en pie cada vez que veía la ocasión.
Por otro lado, el propósito último del montaje no parece otro que proyectar a los nuevos talentos de la familia: El Moreno, hijo de Farruquito, que ya fuera presentado con honores por su padre en la última Bienal, es más que una promesa, y hasta de un resbalón –cosa que le sucede a los más grandes– es capaz de incorporarse con toda la gracia y sin perder el compás. La pequeña, Pilar La Faraonita, es una semilla que recién germina, pero ya pisa las tablas con una naturalidad pasmosa. Y ojo con Soleá, que empieza pareciendo una actriz de teatrillo escolar y acaba bailando y cantando con un ramalazo soul que le diría a Pitingo échate pa llá. Un diamante en bruto que los Farrucos, a no dudarlo, sabrán pulir.
Se admite la carga sensiblera y el encanto de la moraleja final para un buen espectáculo de baile, generoso de elenco y capaz de tocar la fibra hasta a un Mr. Scrooge como el que esto escribe. Y la saga continúa…
Fotos: Compañía Farrucos & Fernández
Ficha artística
Farrucos & Fernández. Navidad en familia.
Gran Teatro Falla de Cádiz – 15 de diciembre de 2021
Farru. Voz, Baile, Guitarra, dirección.
Farruquito. Voz, Guitarra, Baile.
El Carpeta. Baile, Coros.
Farruca. Baile.
Afri de la Faraona. Baile.
Solea. Narración, Voz, Baile.
El Moreno. Narración, Baile.
Pilar La Faronita. Narración, Baile.
Pepe de Pura. Cante / Coros
Makarines. Cante / Coros
María Mezcle. Cante / Coros
Juli Manzano. Voz / Coros
Jose Fernández. Teclados.
Ñoño Santiago. Guitarra.
Lolo. Percusión.
Juan y Manuel Fernández, Reme Valverde y Alegría Fernández. Coros, palmas, panderetas.