El Turry y El Capullo: una noche con arte
La joven voz granadina y el veterano artista jerezano inauguraron el ciclo veraniego Flamencad en el gaditano Baluarte de Candelaria. Dos formas complementarias de entender el flamenco que regalaron una buena velada de cante junto al mar de la Bahía.
Regresó el ciclo Flamencad, heredero de aquellos memorables Jueves Flamencos que capitaneaba –hay que recordarlo una vez más– el llorado Antonio Benítez. Media entrada en el patio de butacas, y con un público a primera vista más forastero que local, daba a entender que la afición flamenca de la capital gaditana vive unas horas bajas. Habrá que analizar en otra ocasión las causas de esta aparente desidia, si no se ha sembrado bien en los últimos años o si hay otras manifestaciones culturales que hacen una competencia irresistible. Lo cierto es que la noche, con Gala Évora como maestra de ceremonias, lo tenía todo para ser perfecta: una temperatura por la que suspirarían en Sevilla, un ambiente propicio y lo más importante, dos artistas con la suficiente personalidad para regalar una buena velada de cante junto al mar de la Bahía.
Empezó puntual Antonio Gómez El Turry, a quien hemos visto pasar en unos pocos años de promesa a contrastada realidad, hasta tal punto que ya destaca entre las voces imprescindibles del flamenco. El hijo del guitarrista Ricardo de la Juana y de la bailaora Rosa la Canastera tiene todas las condiciones para conectar no solo con el aficionado exigente, sino también con ese público de nueva generación que tanta falta hace. En su garganta concurren la dulzura y la fuerza, a las que suma una presencia escénica notable, y todo ello hace que sus recitales discurran con una singular armonía: de principio a fin, todo fluye, todo funciona, dice y transmite con la naturalidad de quien conoce su oficio y –no es la primera vez que se señala– lo ejerce con la preceptiva honestidad.
El de Almuñécar, dueño de un escenario grande, dejó momentos para saborear, especialmente recordado a Vallejo en la granaína y media granaína, y siguió dejándose tirar por la tierra en el guiño a Curro Albaicín por tangos de Granada, y acabar rindiendo el obligado tributo a Enrique Morente. Y demostró, dicho sea de paso, que Camarón de la Isla es para él, además de un icono en una camiseta, una efectiva fuente de inspiración.
Un breve descanso dio paso a la actuación de El Capullo de Jerez. Siempre que lo veo recuerdo a un viejo amigo, sabio conocedor de lo jondo, que en una fiesta me lo señaló y me dijo: “¿Ves a ese de ahí? Es quien mejor canta por bulerías de España. Ni Camarón, ni Mercé, ni nadie: él”. De eso hace mucho, y la carrera de Miguel Flores Quirós ha vivido toda suerte de altibajos. Pero ahí sigue, a sus 69 años, desplegando una envidiable vitalidad y atesorando una experiencia sin presunción, que casi se empeña en disimular.
«Siempre que veo a Capullo de Jerez recuerdo a un viejo amigo, sabio conocedor de lo jondo, que en una fiesta me lo señaló y me dijo: ¿Ves a ese de ahí? Es quien mejor canta por bulerías de España. Ni Camarón, ni Mercé, ni nadie: él»
Saltó Capullo al escenario con un estentóreo “¡Viva Cádiz!” que no dejaba lugar a dudas: venía con ganas de dar lo mejor de sí y de conquistar una plaza siempre difícil como es la de la Tacita. Comenzó con bulerías por soleá sintiéndose claramente a gusto, y lo estuvo aún mejor por fandangos, muy bien acompañados por las seis cuerdas de Ramón Trujillo.
Sin transición, se fue para levante y de allí para Triana con la debla de Tomás Pavón. No, a pesar del formato más bien frío, no puede decirse en absoluto que anduviera Miguel falto de fuelle ni de ganas, más bien al contrario: si algo puede reprochársele en voz baja es cierta tendencia a pasarse de frenada, a contener esa energía desbordante.
Algo imposible, hay que admitirlo, cuando entra en el terreno de las bulerías, de las que regaló una buena tanda bien arropado por su grupo. Y menos contenido aún estaría en su ya clásico popurrí por rumbas, una concesión que Capullo gusta de hacer al público menos iniciado, y que saca a relucir todo su histrionismo y su explosiva fuerza escénica. Podría haberse estirado con un bis, pero debió de pensar el cantaor que ya se había ganado el caché y que en un rato, carreterita mediante, estaría descansando en Jerez.
La próxima cita, el 3 de agosto con José Anillo y Manuel Gago…
Ficha artística
Ciclo Flamencad
Baluarte de la Candelaria de Cádiz
20 de julio de 2023
Cante: Antonio El Turry
Guitarra: José Fermín Fernández
Palmas: José Manuel El Oruco y Juan de Oruco
Cante: Capullo de Jerez
Guitarra: Ramón Trujillo
Palmas: José Rubichi y Jesús Flores
Percusión: El Tripa