El Ballet Nacional de España aperturó la XXII edición del Festival de Jerez, una muestra que confirma su buen estado de salud a tenor de un fuerte e intenso comienzo en actividades, tanto oficiales como paralelas. Cierto es, también, que los cursos de formación siguen estando llenos de extranjeros que van a Jerez en busca del aprendizaje del baile, ya también de cante, toque e incluso palmas. Desde el viernes, asistimos al disfrute absoluto de ambiente flamenco, epicentro del mundo. La propuesta del viernes fue esperanzadora para nuevas ediciones ya que contar con el ballet denota seriedad y formalidad. Tuvimos la suerte de disfrutar de las distintas disciplinas de baile que emanan de nuestra tierra, desde la escuela bolera a la danza clásica y el flamenco. Bajo la dirección de Antonio Najarro, el elenco fue muy aplaudido en cada intervención, aunque ha de reconocerse que el apartado dedicado al manejo del mantón resultó más endeble que el resto. Gran puesta en escena, luces, armonía y sutileza, fruto de un gran trabajo previo.

La jornada siguiente presentó a Manuel Liñán en el Teatro Villamarta, con el estreno Baile de autor. Contó con Manuel Valencia a la guitarra, destacando su solo por seguiriyas, y David Carpio, quien se encargó de poner voz a los desplantes por seguiriyas, soleá de Triana o alegrías del bailaor granadino. Mostró solidez en todos los pasajes llegando a cautivar a la mayoría en número final donde recurrió a la manida bata de cola, el mantón, el abanico y el bastón. Su creación ha gustado bastante y vuelve a triunfar en este festival.

El tiempo de la guitarra ha sido para Antonio Rey, que presentó en González Byass su último trabajo discográfico, Dos Partes de mí, cosechando un rotundo triunfo. Su personal manera de contar su música lo hace diferente, también por su técnica depurada y, sobre todo, por el alma sonora con la que cuenta su ser que no deja lugar a dudas, es de lo mejor que hay. En la noche contó con Mara Rey, Makarines y con una colaboración muy especial, la de Joaquín Grilo, que son tan sólo un zapateado de cinco minutos demostró ser quien es y tener el lugar que tiene.

Dentro del ciclo ‘Toca Toque’ hemos podido conocer aún más a David Carmona, guitarrista que convenció con su espectáculo Un sueño de locura, dejándose llevar por sus profundos sentimientos y dejando claro que nada es porque sí, todo tiene un sentido y un porqué. David gustó bastante por soleá, por alegrías y por taranta, además de dejarnos embobados en los nuevos tientos tangos compuestos en último momento y en la seguiriya, a la que se sumó Luis El Zambo llegando ambos a un extremo del pellizco.

Una de las actuaciones más esperadas en esta muestra ya ha tenido lugar, y fue la de Vicente Soto, que presentó Coplas del Desagravio. A la mujer, con letras de Rafael Lorente. Noche de gala para el cante jerezano. Noche en la que Vicente encontró su refugio en casa. Noche en la que disfrutamos de las voces de Lela Soto y Melchora Ortega, por alegrías y malagueñas, respectivamente. Noche en la que echamos de menos a Tomasa ‘La Macanita’, faltó por motivos de salud. Noche en la que oímos a seis ases de la guitarra flamenca: Alfredo Lagos, Diego del Morao, Manuel Parrilla, Manuel Valencia, Nono Jero y Juan Diego Mateos. Noche en la que se hizo justicia a la figura de la mujer desde el flamenco. Noche que ya no olvidamos.