Carmen Linares, maestra en valores
La cantaora Carmen Linares celebra en el Teatro de la Maestranza de Sevilla sus cuarenta años sobre los escenarios con un recital a la altura de la ocasión, en el que ofreció sus mejores credenciales.
A menudo se olvida que tan difícil como llegar alto es saber mantenerse. Y aún más, sobrellevar el cansancio de los años, la natural merma de las facultades, el empuje de los nuevos. Conservar la dignidad y el decoro. A demasiadas estrellas hemos visto alzarse majestuosas en el firmamento artístico para naufragar penosamente al poco tiempo. Carmen Pacheco Rodríguez ha logrado mantenerse en este exigente ámbito durante cuatro décadas como solista, y merecía celebrarlo en un recital como el que brindó en un Teatro de la Maestranza lleno y fervoroso.
Mientras el paseo Cristóbal Colón y la ribera del río de Sevilla se llenaban de hinchas béticos coreando consignas con motivo de la final de Copa del Rey, en el Maestranza se oficiaba la liturgia con una escrupulosa puntualidad. Carmen Linares comparecía arropada, además de dos guitarras flamencas y dos figuras a las voces y palmas, por una formación jazzera, con piano, contrabajo y batería, que aportó colores y matices muy sugestivos a las composiciones.
Siendo como era, además, el Día del Libro, puede decirse que además de conmemorar esas cuatro décadas de carrera se recordó también a los grandes poetas de nuestro idioma, que tanto han iluminado al flamenco. Arrancó con García Lorca por tangos de Granada, para seguir con su personal versión de Andaluces de Jaén de Miguel Hernández, de cuya ignominiosa muerte se cumplían hace poco 80 años. La voz de Linares, que –todo hay que decirlo– no siempre se ha desplegado en sus mejores registros, fluía con solvencia, llegando bien a todas las notas y transmitiendo comodidad y gusto.
«Miguel Poveda dijo que Carmen Linares ha sido sobre todo una transmisora de valores, y no le faltaba razón. Valores que tienen nombre: generosidad, decencia, elegancia, integridad, honestidad»
Fue quizá en las cantiñas de la Mejorana y Rosario la del Colorao, siempre emocionantes en la voz de Linares, cuando empezó a cristalizar la sensación de que esta iba a ser una gran noche para la cantaora. Volvió a la poesía de la mano de Rafael Alberti, metiendo Se equivocó la paloma en soleá por bulería, antes de regresar a Federico y su Leyenda del tiempo con el sello de Enrique Morente.
Porque, aun tratándose como se trataba de un cumpleaños, no fue tanto un recital autocelebratorio como un homenaje a los maestros de la pluma y también a los compañeros de generación de la artista, algunos tan prematuramente desaparecidos, como Enrique –acaso el más afín a ella en el terreno cantaor– o Paco de Lucía, a quien se le tributó un número instrumental comandado por el espléndido guitarrista ecijano Salvador Gutiérrez.
De nuevo volvió la poesía de la mano de Juan Ramón Jiménez y José Ángel Valente por toná, rematada con el baile vigoroso y técnico de Vanesa Aibar, antes de dar paso a la estrella invitada de la noche, Miguel Poveda. El cantaor barcelonés, convertido al mismo tiempo en estrella de masas y en el enemigo número uno de los aficionados ortodoxos –y todo quizá, gracias a, o por culpa de la televisión–, hizo con Linares La zarzamora para mayor gloria de Lola Flores, y a renglón seguido ofreció su mejor cara flamenca desgranando mano a mano unas bulerías por soleá.
«Con sus mejores y peores momentos, porque la regularidad nunca ha sido un atributo artístico, sino deportivo, Carmen Linares ha prodigado esos valores durante más de cuarenta años. Y en Sevilla demostró que tiene cuerda para unos cuantos más»
Aún hubo tiempo para cantarle una vez más al Moguer de Juan Ramón y hacer la canción de las vendimiadoras por tanguillos enlazados con unas alegrías de Córdoba, así como unas cantiñas para lucimiento de Aibar y su bata de cola. Y con el respetable puesto en pie, un bis por Mercedes Sosa y su infalible Gracias a la vida, de nuevo acompañada por Poveda, y de remate el Canto de la resignación por toná que escribió Ortiz Nuevo.
El propio Poveda dijo que Carmen Linares ha sido sobre todo una transmisora de valores, y no le faltaba razón. Valores que tienen nombre: generosidad, decencia, elegancia, integridad, honestidad. Con sus mejores y peores momentos, porque la regularidad nunca ha sido un atributo artístico, sino deportivo, los ha prodigado durante más de 40 años. Y en Sevilla demostró que tiene cuerda para unos cuantos más.
Ficha artística
Carmen Linares, 40 años de flamenco. Teatro de la Maestranza, 23 de abril de 2022.
Dirección musical: Carmen Linares
Sonido: Álvaro Barco / David Rodríguez
Diseño de iluminación: Antonio Valiente
Voz: Carmen Linares
Guitarras: Salvador Gutiérrez / Eduardo Espín Pacheco
Piano: Pablo Suárez
Baile: Vanesa Aibar
Contrabajo: Josemi Garzón
Percusión: Karo Sampela
Coros y palmas: Ana María González / Rosario Amador
Artista invitado: Miguel Poveda
Fotos: Guillermo Mendo – Teatro de la Maestranza